Como una pulsación de ternura se mueve Flora a través de una casa alegre, atildada y clara. Alguna sustancia prenatal ha dejado en ella una traza chinesca, pero su obra tiene los colores y las luces de Cuba.

La participación de Flora Fong en el XII Festival del Habano tiene unos antecedentes muy claros. Desde la década del 90, la artista ha trabajado con recurrencia la naturaleza cubana y dentro de ella, específicamente, el tabaco. «A su hoja, que abarca tanto y que en su paso por diferentes momentos va tomando colores diferentes, le he dedicado una mirada en todos estos años.» Flora expone en los días del Festival en el Palacio de Convenciones de La Habana, una hermosa instalación de cuatro piezas –grandes paneles de PVC con el color y la vitalidad de la hoja del tabaco– y una serigrafía de su obra Habano producida especialmente para la ocasión, formará parte del agasajo preparado por los organizadores del evento para la noche de homenaje a la mujer, junto con el lanzamiento de la vitola Julieta, de la marca Romeo y Julieta. «Este es un cuadro que tiene mucho que ver con la espiritualidad y la meditación a la que invita el Habano en el momento de ser fumado, cuando ese humo que sigue un movimiento continuo expresa tanto y es, a la vez, lamentablemente, demasiado fugaz. Se observan en él las nervaduras de la hoja, las casas de los vegueros y hasta una palmera, referencia obligada de nuestro entorno y paisaje.» Flora Fong es una de las más reconocidas artistas cubanas, singular por la vitalidad de su trazo y el colorido. También ha incursionado en la cerámica, el vitral, la escultura y el diseño de tejidos. Su obra profusamente catalogada, le ha merecido invitaciones a EE.UU., Alemania, Rusia, España, México, Portugal, Italia, Francia, Japón y Corea, entre otros.