Plaza de toros, artesanía mexicana.

Una de las sentencias del más universal de los cubanos, el Héroe Nacional José Martí, señalaba que Mientras más arte tenga el oficio, más caballero hace al artesano, lo cual retrata en su justa medida a quienes se erigen como artífices de lo bello y lo utilitario Con un gran sentido artístico, la artesanía refleja los orígenes de nuestra cultura y las características de su sincretismo.

La fuerte influencia de las raíces de las cuales se nutre la identidad cubana se aprecian en lo que ha pasado a reconocerse como un arte mayor, dada su excelente factura. Como reino o vitrina de la artesanía latinoamericana, Cuba ha sido calificada por muchos que valoran cuánto se ha difundido en la Isla el quehacer de los artesanos nacionales, pero también de los países del área.

En ese sentido hay que reconocer la labor de promoción de instituciones culturales cubanas como la Casa de las Américas, que cuenta en la Galería Mariano con colecciones de arte de nuestro continente, una valiosa joya devenida fuente de inspiración para artistas del patio, los cuales se han nutrido de esa fuente.

Sobresale igualmente en el Centro Histórico de la Ciudad, Patrimonio Mundial de la Humanidad, la casa del Benemérito Benito Juárez, en cuyas salas se aprecia las más relevantes muestras artesanales de la nación azteca. Con el pueblo mexicano existen especiales vínculos históricos y afectivos, que tienen su expresión en esa mansión señorial, ubicada en la calle Obrapía número 116, donde la belleza de la artesanía mexicana en cada uno de los Estados, el arte, la literatura y su rica historia, se encuentran a disposición del visitante.

Precisamente a México, como país invitado de honor, está dedicada esta décima edición de la Feria Internacional de Artesanía 2004, una fiesta de lo bello y lo utilitario que reúne por estos días en La Habana a miles de visitantes de numerosas naciones.

En el Complejo Cultural Parque Morro-Cabaña de la capital cubana, se desarrolla esta cita que destaca entre sus artículos más relevantes al mueble artesanal, por ser uno de los productos de mayor demanda en este tipo de encuentro.

Signada por el lema "Artesanía y Espacio Vital", esta fiesta es visitada por un público que aprecia las diferentes líneas de productos artesanales en las tiendas especializadas, abiertas para esta ocasión en la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña. A la par de esas exposiciones, se realizan sesiones teóricas e intercambio cultural entre los delegados de una decena de países asistentes a la cita cultural.

POR EL VERDE CAIMAN CARIBEÑO A FIART 2004, que se desarrolla en el complejo cultural Morro-Cabaña, le antecedió -en Holguín- Iberoarte, que agrupó a los creadores de la zona oriental del país, mientras en Trinidad se realizó Feriarte, con los artistas del centro de la Isla.

Igualmente tuvo lugar Arte en la Rampa, una experiencia que, convocada por el Ministerio de Cultura, acogió las obras del 80 % de los artesanos del Fondo Cubano de Bienes Culturales.

También se celebró el IV Simposio Internacional de Cerámica Artística en Camagüey, bautizada como ciudad de los tinajones por ser un objeto de la alfarería altamente difundido en ese territorio.

Delegados de numerosos países asistentes a ese encuentro coincidieron en que sería un gran atractivo para el turismo cultural en Cuba crear allí un Museo Internacional de la Cerámica. Como se aprecia, el verde caimán caribeño, como se le dice a la Isla, cuenta en todas sus regiones con una amplia gama de artículos artesanales, que se exponen en plazas y tiendas del Fondo Cubano de Bienes Culturales. En las ciudades, sobre todo aquellas situadas en los polos turísticos, acuden los viajeros en busca de un souvenirs representativo de la nación caribeña, que puede haber sido confeccionado con madera, metales, textiles, cerámica, fibras, caracoles o semillas. Entre los sitios más emblemáticos, donde se venden al turista esos artículos artesanales, se sitúan la feria localizada frente al antiguo seminario de San Carlos, en el Centro Histórico de la Ciudad de La Habana, donde centenares de vendedores, muchos de ellos creadores, brindan día a día las mas disímiles joyas de la artesanía cubana. Su ubicación en el casco histórico sirve también de complemento a los atractivos de la centenaria urbe para los miles de visitantes que se adentran en sus calles, muchos de los cuales desean llevar consigo algún recuerdo de su estancia en esta nación caribeña.

También en la capital cubana está la llamada feria del Malecón, denominada así por su cercanía al mar, en la populosa barriada de El Vedado.

FAMILIAS DE ARTESANOS Aunque la Asociación Cubana de Artesanos Artistas agrupa a miles de miembros, con trabajos de reconocida calidad, Excelencias del Caribe seleccionó para que figuraran en sus páginas en esta edición a un grupo de familias, entre las que está la de Dámaso Crespo Entenza, quien sobresale en el calzado artesanal cubano por su sello distintivo. Se asegura que de herencia le viene esa forma tan especial de diseñar, cortar, montar y dejar listos los más atractivos modelos de zapatos, tanto masculinos como femeninos.

-Muchas personas piensan que es una broma mía, pero detrás de mí hay 300 años de quehacer en la esfera del calzado, cuenta Dámaso, cuyo abuelo Juan Crespo vino para Cuba a finales del siglo XIX, en la década del 90, y fue a vivir a Trinidad, en la actual provincia de Sancti Spíritus.

Estuvo enrolado en el ejército mambí y, según cuentan, él decía: ‘Yo simpatizo con esta lucha, pero no voy a pelear contra un español como yo'. Fue por eso que se mantuvo en la retaguardia con su oficio y con su arte. Como era un maestro artesano hacía botas para el ejército mambí, entre ellos para el Generalísimo Máximo Gómez en la campaña de Villa Clara.

El padre de Dámaso también siguió la tradición del calzado artesanal, una actividad a la que se sumó este popular artista con el paso de los años, porque primero trabajó en la esfera de la economía.

Piensa que si su papá viviera aún se daría gusto viendo como él se vale de una computadora para diseñar los modelos, correr los moldes y para informarse por Internet de los modelos de moda en todo el mundo, pues eso ayuda mucho.

Opina que la artesanía y la computación logran una buena conjugación, importante para diseñar un modelo de zapato y traspolarlo a toda la escala de tallas, lo cual antes se hacía de forma manual y ahora se logra pinchando varias teclas.

LOS MUEBLES DE MERLYS FERNANDEZ La holguinera Merlys Fernández Hernández es una artista que al margen de su versatilidad, decidió entregarse al duro oficio de la mueblería artesanal, pero no con piezas comunes, porque ella lo asume como una recreación artística dentro del hábitat humano en cuanto a objetividad y funciones se refiere".

Tomando como base la escultura, Merlys apostó por un diseño sui-géneris que, en perfecta armonía con el espacio, diera el toque distintivo y a la vez natural a cualquier locación.

Ella mantiene en su quehacer, al que se han sumado otros miembros de su familia, una constante en la forma natural de la madera y hay quienes la catalogan como barroca, porque trata de completar con el mueble lo que falta en otras cosas.

En sus obras predominan las curvas, las flores, las hojas y el acercamiento a la naturaleza, tal como puede apreciarse en numerosos salones de las más diversas instituciones y de la red hotelera, como el Mirador de Mayabe, en su natal Holguín.

TALLAS DE MADERA CON MARCA OVIEDO Contrario a lo que muchos pudieran pensar al leer este titular, y trasladarse a la ciudad de Oviedo, en nuestro reportaje para Excelencias del Caribe, hemos querido destacar el trabajo artesanal de tallas de madera que realizan los hermanos Oviedo, unos jóvenes de cuyas manos brota el arte.

Especialistas y críticos de ese tipo de obras reconocen en la labor de esa familia una forma de hacer muy peculiar, con una alta calidad artística, reconocida tanto en Cuba como en otras naciones donde han expuesto sus creaciones. Este tipo de artesanías están muy difundidas en la Isla, pero tienen, sin lugar a dudas, en los hermanos Oviedo a unos de sus más altos exponentes.

UN RECUERDO DE CUBA LLEVA CONSIGO EL VIAJERO Quienes bajan de los cruceros que atracan en la bahía habanera o descienden de un avión, tanto en la capital cubana, como en otras regiones de la Isla, no pueden sustraerse a la curiosidad de visitar las ferias o tiendas donde se ofertan los más disímiles artículos artesanales.

Son sitios donde la mirada acaricia desde una pequeña lámpara de art noveau, un collar de semillas o caracolas, una tinaja de barro cocido hasta una talla de madera con figura de una venus morena, o un calzado cómodo y adecuado para recorrer las viejas calles adoquinadas del Centro Histórico de La Habana, Trinidad o de la Plaza de Marte, en Santiago de Cuba.

Con él lleva el viajero el recuerdo de una Isla calificada como reino o vitrina de la artesanía, por la diversidad y belleza de las piezas que, como cuidadosos escultores, salen del ingenio y las manos de los artesanos, artífices de lo bello y lo utilitario.