El Caribe está de moda. Tal aseveración la reafirman cada año los 22 millones de personas que escogen esta región para disfrutar de sus vacaciones. Es una moda muy particular que incluye viajes cortos, recorridos en cruceros o estancias desde uno a tres meses. También se ha elegido la cuenca caribeña para celebrar eventos deportivo-recreativos como regatas en veleros, carreras de lanchas o citas de negocios. Con el nacimiento en 1994, de la Asociación de Estados Caribeños esta situación toma mayor importancia. El área, según cálculos oficiales, cuenta con una población de 202 millones de habitantes y tiene 508.398 millones de dólares de Producto Interior Bruto (PIB), 101.782 millones en importaciones y más de 80 millones de dólares en exportaciones. Al margen de las cifras, el clima y el temperamento de los caribeños se convierten en el principal atractivo, según criterios de expertos. Muchos de los viajeros declaran con insistencia que, a pesar de todos los encantos naturales del Caribe, resulta imprescindible comprender esta región, indentificarse con ella para disfrutarla mucho más. No se puede tener una sóla visión, exótica por demás, del conjunto de culturas y tradiciones encerradas en el área, insiste los especialistas. Llave del Golfo Cuba, por su parte, impacta cada día más en el mercado del turismo. Bautizada como La Llave del Golfo desde hace muchos años, interpreta el ritmo del Caribe con todas sus esencias y virtudes, sobre todo en ciudades como Santiago de Cuba, en el oriente de la isla. En la actualidad, la infraestructura hotelera, de transporte y servicios le permite ser una magnífica base de operaciones, desde donde se puede realizar la gran aventura de visitar el Caribe, o a la inversa, disfrutar de programas, bautizados por las autoridades turísticas cubanas como Multidestinos, y atendido aquí por la mayoría de las firmas dedicadas a la industria del ocio. En principio, las oportunidades alcanzan a Cancún, el complejo mexicano de excepcionales características y 250.000 habitantes; un territorio de 22 kilómetros de arena en sus playas, unos 100 hoteles y 250 establecimientos gastronómicos, además de presentar una ámplia gama de comercios, centros de navegación y locales nocturnos. Ese puede ser el principio de un recorrido que abarque a otros enlaces, como la azteca Isla Mujeres de ocho kilómetros de largo y poco más de 13.000 habitantes. El acceso a esos dos puntos se inicia en Cuba en aviones que llevan a los viajeros primero a Cancún y luego en travesía, en ferry, arriban a la hermosa isla. Cultura y deporte Como aspectos más relevantes de dicho viaje, en relación con Cancún y Mujeres, será el visitar los lugares arqueológicos mexicanos y bucear en aguas turquesas. De sobra son conocidas las marinas y playas de Bahamas y en especial a partir de su primer punto de contacto: Nassau, la capital ubicada en New Providence. Componen este paseo 40 islas habitadas, de las más de 700 integrantes de este archipielago de la Mancomunidad Británica. Además, de los lugares propuestos para la oferta Multidestinos existen dos más, de claro colorido: Montego Bay en Jamaica y la República Dominicana. La primera, cuna del “reggae” y de Bob Marley; la segunda, eje del músico salsero Juan Luis Guerra. Montego Bay es todo mar. A la ísla en su conjunto la caracteriza ser “tierra de bosques y aguas” como la idearon los indios Arawak; territorio de 320 kilómetros de largo y 112 de ancho (9.770 kilómetros cuadrados). Allí suena el calypso, se habla inglés y lo africano fluye con facilidad. Santo Domingo se añade a la propuesta, fácil de alcanzar desde La Habana, en vuelos cortos de dos horas de duración. El viajero tendrá la impresión de que sigue en el mismo lugar, por el calor de sus gentes y el rítmo; pues lo español y africano dotaron a estas tierras de un esplendor muy particular. Y como toque de distinción existe la posibilidad de embarcarse en cruceros como el “Costa Playa” que toca semanalmente tres puertos cubanos, incluida la bahía capitalina luego de visitar Montego Bay y República Dominicana. Al margen de mencionar puntos de desembarque, playas, costumbres y gentes, el Mar Caribe parece entonar una sola canción para todos sus pueblos, como suelen decir los poetas. Aquí se conjugan mezclas preciosas, provenientes, en muchos de los casos, del sonido de los tambores: introducidos por los esclavos africanos y extraidos por la fuerza de sus hogares en el siglo XVI. A este hecho histórico se suman encuentros y desencuentros, y el aporte de toda una tradición, religión y música, defendidos a capa y espada por sus descendientes, quienes hoy viven en el Caribe, o están diseminados por el mundo.

La Habana Vieja, declarada Patrimonio de la Humanidad el 14 de Diciembre de 1982 por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura.