Altar palero
Altar palero con elementos de la religión católica
Tipos de nganga

Una de las zonas más devastadas por el comercio de esclavos en África, en el período de la colonización europea, fue la correspondiente a la cultura bantú. Diversidad de tribus, dialectos, hábitos y costumbres caracterizan a dicha cultura que aúna hoy, alrededor de 200.000.000 africanos, localizados en Zaire, Congo, Gabón, Kenya, Tanzania, Mozambique o Angola, entre otras naciones. En general, las prácticas religiosas originarias de los bantú, que forman parte de la urdimbre de credos del Caribe, no se corresponden particularmente con las de ninguna de las etnias que integra este mosaico cultural. Por el contrario, se han conformado con rasgos de unos y otros pueblos, de manera que es muy difícil definir el origen etnográfico de la liturgia y los dioses. La Regla Conga o Regla de Palo es la concepción más amplia que existe de los cultos de origen bantú y de donde se deriva la Briyumba, la Kimbisa y el Mayombe, que si bien utilizan el palo monte como elemento mágico, tienen algunos aspectos rituales que los diferencian. La liturgia conga es muy compleja. Su eje central es la nganga o prenda, concentración de fuerza mágica capaz de cumplir con todos los establecimientos dentro del código ritual. Está conformada con diversos elementos adquiridos del ámbito físico, social e histórico. De igual forma, se utiliza en la preparación de la prenda, un variado número de palos del monte con cualidades medicinales y venenosas, así como animales que son escogidos teniendo en cuenta sus particularidades. Se le añaden también, elementos del mundo inorgánico, como tierra de cementerio, piedras volcánicas o cantos rodados. El contenido de las ngangas –cazuelas de barro, de hierro u otro tipo de depósito– puede variar en dependencia de quien las utilice y de las entidades bajo las cuales se hayan preparado, pero siempre tienen que responder a un principio ineludible: todo lo que se le pone adentro debe estar en correspondencia con su condición de centro mágico de fuerzas. Sin embargo, hay un elemento que no se puede obviar, los restos humanos del nfumbi –muerto–, los cuales le dan vitalidad y fuerza al conjunto depositado en la cazuela. Así, lo más importante dentro de la nganga es el matari –piedra--, referencia directa a Nzambi, quien potencia y armoniza el conjunto, y el nfumbi, que anima todos los elementos de la naturaleza. Entre el dueño de la prenda y el nfumbi se establece, además, una alianza que marcará los destinos tanto de la familia consanguínea como de la religiosa del practicante. Evidentemente, en la concepción de la prenda, los nfumbi desempeñan un papel primordial. Constituyen, de cierta forma, la herramienta de trabajo religioso, capaz de enfrentar todas las contingencias de la vida y la muerte. Las ngangas se heredan una y otra vez siguiendo estrictas normas que se guardan en secreto. Forman enlaces, como especie de una familia: cuando se confecciona una se toman elementos de la del padrino. Esta prenda nueva no se entrega en el momento de la iniciación, sino cuando ya el neófito ha logrado alcanzar un determinado nivel de conocimientos y ha mostrado una ética acorde con los códigos del sistema. La adivinación es uno de los principios básicos en la Regla Conga. Presagiar y contribuir a mejorar la vida es esencial en este culto. Para esto se emplea el mpake o mpaka menso, cuerno que tiene en su interior elementos con poderes mágicos y cuya boca está cubierta por un espejo, generalmente ahumado. El palero empaña este espejo y lee a través de él las figuras que aparecen entre el humo. También se emplean collares con amuletos para la adivinación con aguardiente y tabaco. Como en todas las manifestaciones religiosas, en la Regla de Palo también existe una jerarquía: el Tata Nganga o Padre Nganga, quien es el dueño de la Nganga Madre, de la que se han derivado las otras. Tiene prestigio reconocido para iniciar en la práctica de esta religión, así como para construir otras ngangas. Posee, además, la facultad de la adivinación. Realiza el culto a partir de la tradición heredada individualmente de sus antepasados. La Madre Nganga, la mujer poseedora de una nganga madre y con prestigio para ayudar a los Tatas en la realización de las liturgias; las Madrinas, quienes fungen como ayudantes de los Tatas en los rituales, sobre todo en las "rayaduras" o iniciaciones; y por último, los Padrinos, los que tienen iguales atribuciones que las madrinas. Entre las principales celebraciones litúrgicas de la Regla Conga se pueden mencionar las llamadas "rayaduras" o bautismo palero, habilitación de nuevas "prendas", limpiezas, ofrendas prometidas y ritos curativos, fundamentalmente. En el caso de la ceremonia de iniciación, se le llama rayado, pues dibujan con una navaja o cuchillo unas cruces, no muy profundas en la piel, a ambos lados del pecho y atrás, en los omóplatos. Existen diversas maneras de hacer las incisiones, las cuales se realizan acompañadas de cantos y gestos físicos. Este es un acto que permite la incorporación de un nuevo adepto a la casa-templo palera; es un pacto con el muerto, con Nzambi y con la familia religiosa. Los bailes congos –maní, yuca, garabato y palo- se pueden ejecutar en cualquier casa-templo, en las ceremonias de iniciación o de celebración de la festividad de alguna deidad. Por su parte, los cantos congos son breves y se repiten continuamente. En cuanto a melodías no son muy complejos; sin embargo, están dotados de gran ritmo. También se recitan extensos parlamentos con la finalidad de invocar a las fuerzas sobrenaturales o de saludar a los Tata Ngangas o Tata nkisis. Un lugar destacado en la Regla de Palo lo ocupan los símbolos gráficos de carácter sagrado –firmas– para identificar a los espíritus y antepasados a los que se solicita el permiso para realizar las diferentes ceremonias cultuales. Al trazar las firmas, los creyentes consideran que en ellas están representados los poderes sobrenaturales y que los mismos responden por la efectividad de la labor realizada. Cada una de ellas adquiere una función personal para cada iniciado, que la emplea para identificarse ante su fundamento –nganga– y ante el resto de los creyentes. Por otra parte, expresa la relación con el espíritu protector con el que ha realizado el pacto. Los elementos más comunes en las firmas son los primarios y están en la naturaleza y en la realidad social. Cada firma expresa un cúmulo de experiencias que sobrevivió a los siglos de explotación. De la misma manera, las fuerzas sobrenaturales poseen una gama de firmas. Se dibujan en el suelo, en las paredes, en las cazuelas, en las puertas con grandes trazos circulares o rectos. Al igual que todas las religiones existentes, para los paleros existe un Dios Supremo, una fuerza máxima creadora del Universo, a la que llaman Nzambi, Zambi, Nzambia o Mayimbe, de la cual emana la fuerza de los mpungos o fuerzas mágicas, seres incorpóreos, que nunca devienen antropomórficos. En los cultos congos, el dios universal provoca una necesidad imperiosa de alcanzarlo, a tal punto que puede considerarse, según algunos investigadores, como un culto monoteísta. Los adeptos a estas prácticas veneran las almas de los antepasados, de los muertos y de los espíritus de la naturaleza que moran en árboles, ríos y mares. Establecer una jerarquía de estas entidades sobrenaturales o mpungus se hace muy difícil, si se tiene en cuenta la gran cantidad de designaciones que pueden tener. Cada uno de ellos cumple una función específica dentro del ritual: Tiembla Tierra, Lucero Mundo, Zarabanda, Siete Rayos, Madre de agua, Brazo Fuerte, Tata Pansua Kisimba, Lufo Kuyo, Centella, son los más conocidos, llegaron al Caribe en la memoria de los esclavos de origen bantú y hoy son venerados en la región. La Regla Conga o Palo Monte es una manifestación religiosa de arraigo popular. Su sistema ritual y teológico imbrica concepciones muy profundas, a pesar de que se formó a partir de la convergencia de prácticas de diferentes grupos étnicos del mundo bantú. Así, ha influido directamente en otras religiones populares de origen africano y tiene miles de adeptos en el mágico universo del Caribe.

La cultura bantú fue una de las que más sufrió los efectos de la trata de esclavos. Hoy es un mosaico cultural que se ha conformado con rasgos de muchos pueblos diferentes.

Los ritos de la Regla Conga o Palo Monte cuentan con millones de seguidores que veneran a dioses como Siete Rayos, Madre de Agua, Brazo Fuerte, Zarabanda o Centella.