- La trascendencia histórica de Juan Luis Guerra y la 440
Juan Luis Guerra es, sin lugar a dudas, un artista resultado directo del merengue y la bachata. Su figura se acrecienta en la historia de la música dominicana y se consolida en el ámbito latinoamericano y mundial.
Al hacer un balance objetivo de los éxitos alcanzados por Juan Luis como compositor, arreglista, autor de letras, líder de la orquesta 440 y como hombre cristiano y solidario, podemos concluir que estamos ante la presencia de un artista fuera de serie y de un ser humano de dimensiones excepcionales.
Juan Luis es considerado en la actualidad uno de los mejores compositores latinoamericanos. Su dimensión en ese aspecto se compara con la de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Violeta Parra, Alberto Cortez, Manuel Alejandro, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Víctor Manuel, Armando Manzanero, Chico Buarque…
De su capacidad creativa han salido temas que por su calidad literaria y musical forman parte de la antología de la mejor música dominicana y del mundo. Temas como Amor de conuco, Ay, mujer, Ojalá que llueva café, Visa para un sueño, Burbujas de amor, Bachata rosa, La bilirrubina, Estrellitas y duendes, Frío frío, Coronitas de flores, Viviré, La cosquillita, La hormiguita, Quisiera, Palomita blanca, Cuando te beso, Amapola, Las avispas, La llave de mi corazón, Que me des tu cariño, A la vera, Tan solo he venido, Canción de sanidad, Tus besos…demuestran la capacidad extraordinaria de Juan Luis para crear canciones trascendentes, perdurables en el tiempo, convertidas en temas ampliamente conocidos y cantados por mucha gente.
Esa calidad y trascendencia de Juan Luis como compositor ha sido reconocida también en certámenes internacionales de la canción como el famoso Festival OTI. Dos temas de Juan Luis, De tu boca y Te ofrezco, ganaron en dos versiones diferentes de ese festival, uno interpretado por Taty Salas y el otro por Maridalia Hernández, exintegrante de la 440.
De sus trece producciones y más de veinte compilaciones, Juan Luis y la 440 han vendido más de treinta millones de discos y ganado numerosos premios, incluyendo dieciocho Grammy Latinos, dos Grammy norteamericanos y dos Premios Latin Billboard.
En 2007 fue el máximo galardonado en los Grammy Latinos, sentando un precedente al obtener seis premios con la producción La llave de mi corazón: Álbum del Año, Grabación del Año, Canción del Año, Mejor Álbum de Merengue, Mejor Canción Tropical y Mejor Ingeniería de Grabación de un Álbum. En ese mismo evento, Juan Luis fue reconocido como el Personaje del Año, una distinción que solo la han recibido artistas de la categoría de Shakira, Gloria Estefan, Juanes, Marc Anthony y Juan Gabriel, entre otros.
Reconociendo su gran calidad y talento como compositor, artistas importantes del mundo han grabado temas de Juan Luis. La lista incluye a los mexicanos Luis Miguel, Emmanuel, el trío Los Panchos, Lucero, Mijares y Marco Antonio Muñiz; los españoles Ana Belén, Camarón de la Isla, Tomatito, Plácido Domingo y Mocedades; los puertorriqueños Gilberto Santa Rosa, Luis Fonsi y Danny Rivera; los brasileños Raimundo Fagner y Daniela Mercury; los dominicanos Romeo Santos, Milly Quezada y Jhonny Ventura; el argentino Diego Torres, el colombiano Juanes, el español Enrique Iglesias… Asimismo, Juan Luis ha expresado su gran satisfacción por el hecho de que el tema Ojalá que llueva café fue grabado en idioma hebreo, y Burbujas de amor en alemán.
Un artista
de dimensión internacional
La dimensión internacional y la calidad humana de Juan Luis le han permitido obtener una gran cantidad de logros en las principales premiaciones latinas de la música, así como importantes reconocimientos por su trayectoria y su apoyo a las causas sociales de su país y del mundo.
La prestigiosa revista Billboard le entregó en el 2005 el premio especial Espíritu de Esperanza por sus éxitos como artista y su ayuda a los más necesitados a través de la Fundación Juan Luis Guerra. El premio Lo Nuestro, que se otorga desde hace más de tres décadas en la ciudad de Miami, le hizo entrega del Premio a la Excelencia 2007 por sus aportes a la histona de la música latina y a la sociedad de América Latina.
Otra distinción de gran importancia que consolida la figura internacional de Juan Luis como artista fue su declaración como Ícono de la Música por parte de BMI, una organización americana de derechos de ejecución que reúne a más de trescientos mil compositores y que maneja un repertorio de más de seis millones de obras musicales en el mundo. Esta distinción se realizó por el aporte de Juan Luis a la música latina y por su influencia en las generaciones de creadores de música.
Juan Luis se formó musicalmente desde el punto de vista académico en el famoso Colegio de Música de Berklee, en Boston. Allí estuvo dos años estudiando música y fue donde encontró las bases del conocimiento que luego lo llevaría a crear grandes innovaciones en la música dominicana.
Esta institución musical norteamericana también ha reconocido el talento, la capacidad creativa y los aportes de Juan Luis a la música latina. En 1996, durante las celebraciones del aniversario 50 de la fundación del Colegio de Música de Berklee se escogieron los mejores cincuenta alumnos que habían pasado por sus aulas, y Juan Luis fue escogido entre ellos. En el 2006, Guerra fue elegido por los propios estudiantes latinos que cursaban estudios allí como el Mejor Estudiante Latino y a la vez para participar en el concierto especial de conmemoración de los sesenta años de fundación de esa importante escuela bostoniana de preparación académica musical. Asimismo, se creó una beca con el nombre de Juan Luis Guerra para que estudiantes latinos de escasos recursos puedan ingresar a las aulas del Colegio de Música de Berklee.
Los espectáculos de Juan Luis Guerra han movilizado millones de personas en más de sesenta países del mundo y se han presentado en los más importantes y exigentes escenarios de todas las naciones que han visitado. Han llenado estadios deportivos, salones de lujo, teatros… En fin, no existe un escenario de importancia para la música latina que no haya recibido la calidad y el sabor de Juan Luis Guerra y la 440.
Juan Luis ha compartido tarima con los más importantes artistas de América Latina, como Juanes, Carlos Vives, Shakira, Ricardo Montaner, Alejandro Sanz, Miguel Bosé, Gloria Estefan, Maná y Diego Torres. Asimismo ha compartido los escenarios con artistas anglosajones de la importancia y trascendencia de los Rolling Stones, Paul Simons y Sting.
Juan Luis rescata
calidad del merengue
Cuando el líder de la 440 llegó al merengue, este ritmo se encontraba caracterizado por sus letras sin un gran contenido literario y más bien orientado a desarrollar la picardía, el doble sentido y con esporádicos temas donde se mezclara con claridad una visión mucho más profunda que el simple deleite.
El merengue, con muy honrosas excepciones, era un ritmo simple, para ser disfrutado sencillamente con los pies.
Juan Luis creó un merengue para los pies y para la cabeza. El estilo 440 de hacer merengue se caracteriza por sus aportes literarios al ritmo, que lo llevan a que, además de ser sumamente bailable y contagioso, llama también a la reflexión y a la preocupación sobre temas importantes de la sociedad dominicana y el mundo. Temas como Elena, Ojalá que llueva café, Visa para un sueño, Acompáñeme, civil, El costo de la vida, Los mangos bajitos, El Niágara en bicicleta, Apaga y vámonos, La guagua son muestras claras de este nuevo estilo de merengue donde compromiso, literatura y música se matrimonian de forma magistral para darle conformación al nuevo merengue que crea Juan Luis Guerra.
Entre las innovaciones que introduce Juan Luis en el merengue está la de utilizar ampliamente la guitarra en la ejecución del ritmo dominicano. Eso es producto de su formación básica como jazzista y su manejo del instrumento con mucha precisión.
El merengue tiene como característica musical esencial que se ejecuta con güira y tambora. Juan Luis mantuvo la esencia del ritmo, pero le incluyó una serie de innovaciones que le dan su sello distintivo. Hasta la llegada de Juan Luis al merengue uno de los instrumentos que marcaba la esencia del ritmo era el piano; el líder de la 440 le da mayor importancia a la guitarra y al sonido de sintetizadores para darle un color moderno a la ejecución del ritmo. Con este accionar el creador de La bilirrubina logra combinar de manera dialéctica la tradición con la innovación que, tal y como plantea muy bien el investigador Darío Tejada al analizar los aportes de Juan Luis a la música dominicana, es la clave para mantenerse vigente sin perder las raíces principales.
Otra de las innovaciones de Juan Luis en su nuevo estilo de hacer merengue se encuentra en la forma de hacer los coros. De acuerdo con el líder de la 440, hasta su llegada existían coros muy buenos en el merengue, pero él les da un color más diferente, mucho más acorde con la nueva realidad de la música. En una conversación con el periodista dominicano Carlos Batista, Juan Luis precisa este aspecto de la manera siguiente: «Wilfrido Vargas, por ejemplo, hacía coros maravillosos, pero los míos tenían otro color. No es que fueran mejores, porque unos no eran mejores que otros, simplemente los míos tenían otro color, con más influencia de Los Beatles, Manhattan Transfer y el pop inglés».
Los otros dos aspectos donde Juan Luis logró un aporte innovador en el merengue fueron el fraseo de los metales y la forma de ejecutar la percusión. En el primer aspecto el creador de la 440 introdujo sus enseñanzas de Berklee, más orientadas al jazz, logrando que el ritmo dominicano se matrimoniara de manera eficaz con esa positiva influencia de la música.
En cuanto a la percusión, Juan Luis introdujo algunos elementos propios de la música africana de estos tiempos y de un movimiento prácticamente creado en los estudios de grabación por músicos que tenían gran formación musical y que participaron con él en la grabación de los primeros temas de la 440. Juan Luis no se dejó arrastrar por el modelo percusivo tradicional en el merengue ni por una variación moderna llamada «A lo maco», que fue creada para aquellos merengueros que no tenían una gran formación académica.
Él creó su propio estilo, donde hacía una mezcla efectiva de escuela, calle y África. «En el ritmo yo diría que me influyó mucho la música de África que escuchaba; en el aspecto melódico de instrumentación me influyó mucho el jazz norteamericano; en el aspecto vocal me influyó el rock norteamericano y el inglés; y en lo que respecta a la composición, me influyeron todas las cosas que me precedieron».