- LA PASION DE MI VIDA
Entrevista a Roberto Chile
Roberto Chile ha sabido forjar una imagen singular, siempre digna y luminosa de Cuba. Sus imágenes conforman un universo de fe y espiritualidad, perceptibles para aquellos, que como él, son capaces de amar.
(Eusebio Leal)
Roberto Chile es un excelente retratista, reinventor de sus modelos, a los que transporta hacia la imagen con su percepción personal, indagando en sus sicologías particulares. Todo el sincretismo religioso que reflejan estas imágenes parte de la fuerza y relevancia que poseen los sujetos que las escenifican, registrados magistralmente por su ojo.
(Rafael Acosta de Arriba)
Aquí estamos, todos mezclados, para vernos de cerca como una unidad, como en esa imagen maravillosa en la que el propio autor se refleja en las pupilas oscuras de alguien que lo mira, alguien que también está atento a la ceremonia y deja traslucir su asombro, y canta, o baila, o dibuja unas cruces en la piel, blanca, negra, mestiza, en esa cercanía que el artista insiste en reproducir para convertirla en poesía.
(Francisco López Sacha)
ROBERTO CHILE
(La Habana, 29 de septiembre de 1954)
Documentalista, camarógrafo y fotógrafo. Ha escrito y dirigido gran número de documentales, reportajes y cortos de arte sobre la cultura y la actualidad cubanas. Sus obras más conocidas son los documentales Desafío, En las laderas del Himalaya, En mis ojos brillas tú, Hágase la luz, Sencillamente Korda, Soy Tata Nganga, Esencias, La Colmenita en Estados Unidos, Iluminar La Habana, Fidel es Fidel, Chávez y Fidel, Hasta siempre y Justicia en Londres.
Junto con las expresiones de la Regla Ocha-Ifá y del espiritismo común a la memoria de los ancestros, la muestra evoca simbólicamente el comienzo o el final de los ritos del palo monte, una de las expresiones de la religiosidad popular más antiguas en Cuba, donde el tata nganga pregunta: «¿Somos o no somos?». Y con toda confianza y certeza, quienes le acompañan responden: «¡Somos!».
(Jesús Guanche)
ROBERTO CHILE
(La Habana, 29 de septiembre de 1954)
Documentalista, camarógrafo y fotógrafo. Ha escrito y dirigido gran número de documentales, reportajes y cortos de arte sobre la cultura y la actualidad cubanas. Sus obras más conocidas son los documentales Desafío, En las laderas del Himalaya, En mis ojos brillas tú, Hágase la luz, Sencillamente Korda, Soy Tata Nganga, Esencias, La Colmenita en Estados Unidos, Iluminar La Habana, Fidel es Fidel, Chávez y Fidel, Hasta siempre y Justicia en Londres.
En calidad de camarógrafo personal acompañó a Fidel Castro en sus viajes por Cuba y el mundo desde 1984 hasta 2006. Como cronista de su tiempo, ha exaltado los valores de artistas y creadores cubanos en más de ochenta realizaciones de corta y mediana duración, en las cuales promueve, con visión artística, la obra de figuras destacadas del arte contemporáneo cubano.
En enero de 2008 creó el proyecto Alas con puntas, que promueve la obra de un numeroso grupo de artistas contemporáneos cubanos que, bajo su liderazgo y curaduría, han promovido el arte cubano dentro y fuera de Cuba.
Ha participado como camarógrafo, director de fotografía, editor, productor o codirector en disímiles realizaciones de importantes productoras cubanas y extranjeras, y ha trabajado con profesionales reconocidos internacionalmente.
A lo largo de su vida ha recibido importantes reconocimientos por su quehacer artístico y periodístico, entre los que resaltan la Réplica del Machete del Generalísimo Máximo Gómez (1998), el Premio Anual de Periodismo Juan Gualberto Gómez (2002, 2003 y 2004), la Distinción Félix Elmuza de la Unión de Periodistas de Cuba (2005), y la Honrar Honra de la Sociedad Cultural José Martí (2012). En septiembre de 2011 fue declarado Visitante Ilustre de la ciudad de Buenos Aires.
Es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), de la Upec, de la Asociación de Comunicadores Sociales y de la Asociación Cubana del Audiovisual.
Si eres un hombre del audiovisual, ¿por qué decidiste involucrarte casi por entero desde hace algunos años en la fotografía?
La fotografía ha sido siempre la pasión de mi vida. Durante más de dos décadas dediqué mis mayores esfuerzos a una labor sostenida e ininterrumpida como camarógrafo, director de fotografía y documentalista. Ahora comparto la labor cinematográfica con la foto fija, lo cual amplía el diapasón de mi obra y trae a mi vida nuevas emociones.
¿Por qué escogiste el tema de las raíces africanas en la vida cubana?
Escogí este tema con el fin de indagar en nuestras raíces y herencia africanas, impulsado esencialmente por un incurable deseo de crear.
Siento inmensa atracción y curiosidad por el mundo mágico-místico que rodea a las religiones de origen africano y sus expresiones en la sociedad cubana. Así nació este proyecto, que ya comienza a alzar vuelo, y que, si Dios me da salud, fuerzas y lucidez, continuaré y llevaré a otras latitudes.
¿Por qué la mayor parte de las fotos son en blanco y negro?
El proyecto ha sido concebido en base a la fotografía digital. No es que desprecie la película, jamás, pero no se puede negar el desarrollo, y mucho menos las ventajas de las nuevas tecnologías. Las primeras fotografías de esta serie fueron en Guanabacoa, un poblado situado en la periferia de La Habana, donde nuestras raíces africanas tienen gran arraigo. Las fotos nacieron a todo color, pero, a la hora de editarlas, preferí hacerlo en blanco y negro. El proyecto creció y se expandió a otros sitios del país, ya más concentrado en la religiosidad, y a pesar de la riqueza de color que aflora en esos rituales, sigo dándole preferencia al blanco y negro, porque me ofrece mayor expresividad y más dramatismo. No son imágenes para decorar espacios: son imágenes para indagar en la naturaleza huma na, la espiritualidad y la fe.
¿Cuál es la propuesta de esta exposición?
El reencuentro con nuestras raíces y ancestros africanos, un viaje al paraíso espiritual de aquellos hombres y mujeres que fueron arrancados de sus tierras nativas y traídos por la fuerza a la nuestra, sin otras pertenencias que sus memorias, ritos, cantos, lenguas, bailes y, por supuesto, creencias religiosas.
Todo comenzó en Guanabacoa. Después, mi lente rebasó las fronteras de este pintoresco poblado habanero y llegó a otras zonas de la capital y del país: Regla, Centro Habana, Párraga, Marianao, Orozco, Jagüey Grande, Cárdenas, Perico, Agramonte, Palmira, Trinidad, Santiago de Cuba. Un viaje que espero continuar, y poder recorrer más temprano que tarde otros sitios donde perviven arraigadas nuestras raíces, como Remedios, Cruces, Santa Isabel de las Lajas, Sagua la Grande…
¿Qué zonas de las religiones cubanas de origen africano son las que más te impactan o interesan?
Generalmente se habla de la santería, término incorrecto e incompleto. Son cuatro las religiones cubanas de origen africano: la Regla de Osha, la tan nombrada santería; el culto a Ifá, el Palo Monte o Regla Bantú, y las sociedades abakuá. Todas tienen sus misterios y sus encantos, todas por igual me impactan y me sobrecogen.
¿Te ha sido fácil entablar relaciones íntimas con los protagonistas de este proyecto fotográfico?
Al primero que conocí fue a Enrique Hernández Armenteros, «Enriquito de La Hata», de la barriada de Guanabacoa. Fue en el año 2006. Tanto él como yo quedamos gratamente impresionados el uno hacia el otro, y nació una sólida amistad. Tiene 98 años, yo 61. En el presente somos grandes amigos, casi familia. Siento gran admiración hacia él dados su carácter, tenacidad e infinita fe. Posteriormente, he conocido a muchos otros en diversos sitios de Cuba, y todos me han abierto sus puertas. Son personas nobles, sin reservas, generosas. Si llegas a ellos con honestidad y buenos sentimientos, hallarás abrigo, encontrarás transparencia, recibirás afecto verdadero y humanidad.
Aprovecho tu pregunta para darle las gracias a quienes me han abierto las puertas de sus casas y sus templos, a quienes han abrazado mi alma y con plena confianza me han permitido perpetuar esos momentos, que son parte de la historia de Cuba. A todos ellos —santeros, paleros, babalawos, abakuás…— mi más sincera gratitud y mi aché.
¿De qué manera influyó tu trabajo sobre la Revolución y la sociedad cubana para emprender este proyecto?
Los practicantes de las religiones cubanas de origen africano son también la Revolución, la sociedad, parte indisoluble de esta Cuba, de su historia e identidad. No es posible separarlos de la nación cubana, porque son portadores de nuestras raíces, exponentes de nuestra cultura. He puesto en los trabajos de carácter patriótico que he realizado a lo largo de toda mi vida la pasión que ahora pongo en estos. Ni más ni menos.
¿Cómo comparar tu trabajo fotográfico-audiovisual con tus más recientes incursiones en la foto fija?
Me resulta imposible apartarme de mi estilo, de la manera individual de enfrentarme a la vida para perpetuarla o poetizarla en secuencias audiovisuales o fotografías. Miro con el corazón, tanto con la cámara de cine o video que con la de foto fija. Siempre entrego lo mejor de mí, no reservo nada para mañana. Todo lo que hago es con la creencia de que vivo el último día de mi vida.
¿Qué te resultó más difícil en la realización de este proyecto?
Dejar de retratar momentos de una energía sobrenatural, de una vibración espiritual impresionante, para no violentar la ética de estas creencias y no defraudar ni traicionar a quienes me abren las puertas, no solo de sus templos y sus casas, sino de sus almas. Dejar pasar el trance sin apretar el obturador, dejar la cámara a un lado en el momento más intenso de un ritual, respetando así el código de ética que se debe cumplir.
¿Cuál fue la reacción del público cuándo presentaste esta exposición por primera vez en la Sala de la Diversidad de La Habana Vieja?
La Sala de la Diversidad es un espacio singular del centro histórico de La Habana. Las fotografías se exhiben en siete displays de cuarenta y dos pulgadas en secuencias animadas que admiten la proyección de decenas de imágenes. Además, hay espacio para ocho impresiones de gran formato y unas paredes donde pueden colocarse textos alegóricos al tema de la exhibición. Ese día, el 10 de diciembre de 2015, Día Internacional de los Derechos Humanos, vio la luz por primera vez el proyecto «Raíces, magia y mística», que ahora hemos bautizado como «Somos». Se expusieron más de trescientas imágenes digitales, la mayor parte en colores, en una sala repleta, no solo de creyentes, sino también de personas que no profesan ninguna religión. Verlos allí a todos reunidos, impresionados, atentos, contemplando la obra fotográfica y audiovisual a la que tanto tiempo había dedicado, fue una bendición. No hubo quejas, solo elogios, admiración y aplausos.
¿Hay más seguidores de las religiones cubanas de origen africano ahora que hace quince o veinte años?
La fe de los cubanos en las religiones de origen africano ha crecido. No me he dedicado a estudiar el impacto de estas religiones en nuestra sociedad, pero a simple vista se percibe un crecimiento de la fe religiosa en toda la Isla, en particular las heredadas de nuestros ancestros africanos.