- Teatro para aquellas que no están más.
Latinoamérica en escena
Entre los sesenta millones de latinos que viven en Estados Unidos se generan propuestas teatrales enfocadas a reafirmar las identidades de sus orígenes y a validar así la memoria, a la vez que se articulan con procesos educativos e indagan en las problemáticas que los afectan, relacionadas con la migración, la discriminación y la violencia.
Recientemente tuve la oportunidad de reencontrar a la artista del performance Violeta Luna en el XXVI Festival Mujeres en Escena por la Paz, en Bogotá. Violeta vive y trabaja en la ciudad de San Francisco, donde defiende su sentido de lo latinoamericano en colaboración con distintos artistas. Formada como actriz, en Estados Unidos ha sido miembro del colectivo transnacional La Pocha Nostra, liderado por Guillermo Gómez-Peña, y cercana colaboradora de los grupos Secos y Mojados y El Teatro Jornalero, los cuales, como indican sus nombres, recrean procesos migratorios y tensiones de los trabajadores agrícolas.
Violeta presentó una impresionante acción performática contra el feminicidio titulada Para aquellas que no están más. Concebida en Brasil con el grupo Rubio Obsceno, la acción participativa rememora y rinde tributo a muchas mujeres víctimas de la violencia de género. Acompañada por Leticia Olivares, crea potentes imágenes en medio de un cuadrilátero rodeado por el público, y el video es un efectivo instrumento para mostrar decenas de rostros identificados con sus nombres y edades, mujeres que han muerto a manos de hombres, en muchos casos sus propias parejas. Las artistas sacan de una pila piezas de ropa femenina y visten variedad de prendas. La diversidad de formas, colores y géneros estimulan que evoquemos las múltiples identidades de aquellas que alguna vez pudieron haberles dado vida. Cuelgan algunas prendas en barras que penden del techo y las acuñan de rótulos que conjuran el feminicidio. El delito es descrito y tipificado en sus variantes en un texto que alguna espectadora, previamente elegida, leerá a viva voz.
Estadísticas globales y nacionales se articulan con breves testimonios, mientras el espacio se transforma en un paisaje del dolor, en el que las ausencias gravitan en una atmosfera de desolada emotividad. Un ritual de sanación nos involucrará a todos cuando las actrices nos invitan a compartir el acto de encender y colocar velas en montículos de arena, mientras leemos de la tira de papel que rodea cada vela el nombre completo de alguna de esas mujeres asesinadas. Hermoso homenaje que es también conciencia y compromiso.