"La Loma de la Cruz es símbolo de la ciudad de Holguín y el destino de las tradicionales Romerías de Mayo, gran fiesta cultural de la localidad."
"Cayo Saetía, la finca forestal Los Exóticos y el Jardín La Plancha, son algunas de las reservas naturales que se explotan en el territorio con fines turísticos."
Salto El Guayabo.

A pesar del paso del tiempo, algo perdura de los magníficos ambientes descritos en su diario por el Almirante tras desembarcar al norte de Holguín, en una caleta conocida aún hoy como Bariay. Porque acá se encuentran todavía playas solitarias y es posible perderse por caminos poco trillados que generan la sensación agradable y fecunda de estar en algún sitio muy especial. Esto explica que se localice en la provincia –«la tierra más hermosa que ojos humanos vieran», al decir de Colón–, el tercer polo turístico más importante del país, con todo lo que cabe imaginar. Pero como Holguín no se agota en su litoral, ofrece además una rica naturaleza interior, con parajes exquisitos sobre empinadas montañas, paisajes en los que apenas se descubre la presencia humana, una interesante cultura y proverbial hospitalidad. La ciudad capital La ciudad de Holguín, capital provincial, se abre en un llano polígono entre el cerro de Mayabe y la Loma de la Cruz y resulta muy fácil orientarse en ella por el trazado regular de sus calles y, sobre todo, por sus parques, que siempre son buena referencia para el caminante. El itinerario básico se concentra en el centro histórico: Museo Provincial de Historia, el Parque Calixto García, el Museo de Ciencias Naturales Carlos de la Torre Huerta –que atesora una de las más importantes muestras de malacología de América–; la bonita Catedral de San Isidoro, en cuyo jardín se exhibe el único monumento a Juan Pablo II en Cuba; el Centro Cultural Plaza de la Marqueta y la Iglesia de San José. La mejor manera de cumplirlo consiste en caminar sin prisa, mezclarse con la gente, hacer algunas fotos, detenerse en un sitio u otro a degustar un cafecito o beber un Cuba Libre de un modo sencillo y sin exigencias de lujos, porque esta es una ciudad simple y al margen de los protocolos, en la que el viajero podrá sentirse reconocido como un amigo más, dándose un baño de humanidad como es poco posible regalarse en cualquier otro lugar del mundo. Ese es el Holguín real que el turista experimentado o neófito debe proponerse descubrir; el del típico pueblo de la Cuba interior con casas de tejas y patios con palmeras, en cuyas calles tranquilas la gente todavía conserva la tradición de saludar a cualquiera que se encuentre en su camino y desearle, además, la más feliz de las jornadas. Otros sitios muy recomendables, aunque en las afueras, son la Loma de la Cruz –símbolo y mirador de la ciudad– y Finca Mayabe, buen lugar en medio del campo a tan sólo 10 minutos del centro, con hotel, piscina y restaurante criollo donde sirven tasajo, cerdo asado y frutas tropicales a la vista de un paisaje encantador. La aventura del mar… El litoral de Holguín se caracteriza por la presencia casi constante de formaciones orográficas, lo cual hace que sus playas sean en general distintas a las que predominan en Cuba, pues se abren entre escarpes que descienden hasta el mar, enmarcadas por vegetación y rocas blanquecinas. De Gibara (al oeste) a Cayo Saetía (al este), donde se ubica en lo fundamental el escenario de nuestros próximos movimientos, hay un gran circuito turístico con excelentes hoteles, variedad de servicios y todas las ofertas de deportes náuticos, aprovechando la privilegiada geografía costera de la provincia, en la que sobresalen abundantes bahías, caletas y playas notables. Pesquero Viejo, Don Lino, Guardalavaca, Esmeralda y Pesquero Nuevo, entre otras, son algunas de ellas y tienen en común que ofrecen a los huéspedes que van a sus hoteles el ambiente perfecto de un mar que se abre cristalino y espléndido, tras la blanca franja de arenas. Sitio de gran espectacularidad es, por ejemplo, el Parque Natural Bahía de Naranjo, donde funciona una bonita instalación marinera con piscinas naturales, restaurante, un delfinario en el que se ofrecen shows y baños con estos mamíferos, tiendas y otras prestaciones. Excursiones y ofertas náuticas se comercializan en los buroes de turismo, que incluyen los transfers terrestres y marítimos de ida y vuelta. Una de las más demandadas tiene como destino Cayo Saetía, paraíso de 42 kilómetros cuadrados con muelle propio y el 65 por ciento del territorio cubierto de jungla tropical, lagunas interiores y playas como existen pocas. En total libertad habitan antílopes, búfalos, venados, jabalíes, avestruces y cebras, introducidas aquí y tan bien adaptadas, que en ocasiones Cayo Saetía es locación de filmes cuyo protagonista puede ser o un jefe tribal samburu o un cazador inglés de safari en una hipotética pradera de Kenya. Pinares de Mayarí, aventura y relax al natural Con una villa de muy singular arquitectura y su ubicación aislada del mundo a 680 metros sobre el nivel del mar en la Sierra Cristal, Pinares de Mayarí ofrece una manera muy especial de disfrutar de la vida y de la naturaleza. El alojamiento que se explota en este hermoso paraje no tiene parecido en ningún lugar de Cuba y del Caribe –es absolutamente de estilo suizo, al menos alpino– y constituye una magnífica base de operaciones desde la cual regalarse caprichos como internarse en el bosque cercano a deleitarse con la melodía del viento y de los pájaros, descubriendo manantiales cristalinos y comiendo frutas, entre ellas mangos y otras exquisiteces, directamente de su árbol. Aquí se encuentran el salto de agua El Guayabo, considerado el más alto de Cuba y para cuya contemplación existe un mirador; mientras, también son de imprescindible mención el Jardín La Plancha y la Finca Los Exóticos, una reserva forestal que alberga poblaciones de venados y otros mamíferos. Pasar unos días en Pinares de Mayarí es muy recomendable porque permite interactuar con el medio, dejándose inundar por una inevitable sensación de levedad, fruto del esplendor de los bosques, del paisaje imponente, de la fuerza y el vigor que muestra la naturaleza.

Si bien en las costas de holguín se encuentran espectaculares playas, no hay que perderse la oportunidad de disfrutar los encantadores parajes de su naturaleza interior