Más moderna, con más enlaces entre sus distintos destinos turísticos y mejores estándares hoteleros, esta parte del mundo sigue siendo región para exploradores, llena de singulares atracciones naturales, culturales e históricas.

Con desarrollos desiguales pero con una sólida dinámica conjunta hacia el turismo sostenible, América La­ti­na y el Caribe han maniobrado ac­ti­va­mente en los últimos 10 años para lo­grar cuotas cada vez mayores –y de mayor calidad– en el mercado turístico mundial, hoy marcado por la lenta y a veces incierta pers­pec­tiva de recuperación de la crisis global, la creciente competencia de destinos emergentes de Asia, el Mediterráneo y África y la configuración de un nuevo viajero mol­deado por las circunstancias económicas y tecnológicas. La industria turística regional, que emplea a unos 12 millones de personas, siguió consolidando la tendencia al crecimiento en 2010. Y no sólo lo hizo en comparación con 2009, fatídico para el sector a escala mundial, sino que varios países e incluso Centro y Sudamérica, mostraron mejores desempeños que en el exitoso primer semestre de 2008. Tomando las lecciones de la crisis y mirando a la anterior experiencia de desarrollo turístico de otras zonas, Latinoamérica y el Caribe trabajan hoy en el desarrollo y diversificación de sus productos, la ponderación del turismo intrarregional a la par que el de largo alcance, por un crecimiento que asegure la sostenibilidad de la industria, una más eficaz construcción de su imagen y, sobre todo, en la accesibilidad y conectividad de sus destinos. Conectividad, comunicación y diversificación Estados Unidos, Canadá y Europa han sido emisores tradicionales a los países latinoamericanos y caribeños, pero golpeados por la crisis, sus flujos bajaron desde mediados de 2008 y a lo largo de 2009. Los viajeros optaron por destinos nacionales o, en el caso de Europa, por destinos más próximos de regiones vecinas como Túnez, Turquía, Marruecos y Egipto e incluso por no viajar. El turismo intrarregional e interno, alcanzaría un mayor nivel y comenzaría a ser atendido con mucho más interés. En Centroamérica, por ejemplo, el turismo entre sus siete países hoy representa más del 41 % del total, mientras que el de Sudamérica es tercero –acapara alrededor del 10 %–, por detrás de Norteamérica (37 %) y delante de Europa (cerca de 9 %). Brasil, Argentina, Chile y México se han convertido en mercados claves para los destinos de Sudamérica, Centroamérica y el Caribe. Ese intercambio turístico es acompañado –e impulsado– por la expansión de las aerolíneas del continente, en un proceso que además de la apertura de nuevas rutas en los ejes Sudamérica-Centroamérica, Sudamérica-Caribe y Caribe-Centroamérica, ha implicado fusiones como las de LAN y TAM y AVIANCA-TACA, junto a adquisiciones, códigos compartidos y el crecimiento de las flotas. Según Boeing y Airbus, Latinoamérica comprará más de 1 600 nuevos aviones hasta 2028. A la vez, gracias a las gestiones de los sectores privado y público, aumenta incesantemente la presencia de aerolíneas norteamericanas, europeas y asiáticas. Varios gobiernos cerraron acuerdos de exención de visados con Rusia y China –esta última ya representa 50 millones de viajeros anuales y concedió la categoría de «destino turístico aprobado» y garantías para más paquetes de turismo a Cuba, Argentina, Brasil, México, Perú, Venezuela, Chile, Uruguay, Costa Rica y Colombia. Meses atrás, el presidente de Exceltur, Gabriel Escarrer, destacaba la diversificación de destinos de inversión hotelera como clave para afrontar la crisis. Desde este lado del Atlántico, los países de América Latina y el Caribe tomaron como prioridad ante la crisis la diversificación de los mercados, con lo cual concentraron esfuerzos en impulsar más las conexiones aéreas y la touroperación en todo el mundo, mejorar las relaciones intergubernamentales y en algo también vital, más promoción y apoyo a sus marcas turísticas. El acento en la promoción internacional es apreciable en la publicidad conjunta de los países centroamericanos bajo el lema «Centroamérica tan pequeña… tan grande» y en las nuevas campañas de destinos como «Auténtica Cuba» o «Ecuador ama la vida»; la intensa actividad de entes como el de la Ciudad de Buenos Aires, PromPerú y Embratur, con su lema «Brasil te llama. Celebra tu vida aquí» y una inversión de más de 50 millones de euros en Europa; o en las continuas acciones de las autoridades de Cancún y Riviera Maya, la Secretaría de Turismo de México y el gobierno dominicano, cada vez más presentes y activos en ferias de todo el mundo. Una industria de alto estándar Con enormes reservas naturales –la mayor diversidad biológica, casi la mitad de los bosques tropicales y entre el 30 y el 50 % de las especies animales del planeta–, Latinoamérica y el Caribe se están moviendo hoy hacia un turismo de alto estándar y con mayor poder adquisitivo, y hacia proyectos de menor impacto ambiental que aseguren la sostenibilidad de la industria, un balance más armónico entre desarrollo y conservación y una mayor participación de las comunidades. Esa concepción, ajena al «cortoplacismo» de otras épocas y latitudes, y compartida por gobiernos y el sector privado, implica además un reconocimiento de que en el siglo XXI la acepción de lujo se ha desplazado del estrecho marco del producto caro y ostentoso, a lo vivencial y emocional. El inmenso universo amazónico; los arrecifes, playas y bosques del Caribe; los monumentales paisajes de los Andes y la Patagonia o los volcanes y selvas de Centroamérica son un tesoro natural de inmensas proporciones que se une a expresiones culturales únicas, un vasto patrimonio y riqueza arqueológica y arquitectónica, que va mucho más allá del medio centenar de ciudades con sitios en la lista del Patrimonio Mundial, ubicadas en Guatemala, Chile, Ecuador, Panamá, República Dominicana, Uruguay, Venezuela, Colombia, Bolivia, Perú, Cuba, Brasil y México. Para estar a tono con el lujo de esa experiencia, la región asiste actualmente a un fuerte movimiento de inversiones en hoteles de alta gama con espacios para reuniones, Spas de primera categoría y en muchos casos servicios de golf y marinas, así como infraestructuras extra-hoteleras de primer nivel y más posibilidades de contacto con los pueblos, culturas y realidades locales. La información pública especializada en el sector ofrece diariamente decenas de noticias de gran interés que son clara señal de cómo y cuánto se avanza. En Buenos Aires abrió la nueva terminal de cruceros Quinquela Martín, continúa el desarrollo del Town Center en el puerto de Roatán, Honduras; en Jamaica fue abierto el puerto temático de estilo georgiano de Falmouth. Obras de construcción o de ampliación y mejoras de aeropuertos se ejecutan en República Dominicana, Cuba, México, Panamá y Nicaragua. Por su parte, Brasil invierte en 16 terminales aéreas con vistas al Mundial de Fútbol y los Olímpicos, en un plan que incluye, además, 300 proyectos hoteleros y un tren bala en la ruta Río-Campinas-Sao Paulo, que debe estar listo en 2016 y es una novedad en la región. Panamá consolida un ambicioso plan de inversiones con dos hoteles de Hyatt, cinco de Hilton y el primer Waldorf Astoria de Latinoamérica (2011), además del metro de la capital, la ciudad gubernamental, el nuevo centro de convenciones, la Torre Financiera y otros proyectos por unos 13 000 millones de dólares; mientras República Dominicana anuncia el desarrollo inmobiliario de lujo The Cliffs Ocean Resort y el condo-hotel de lujo Amber Dune Resort & Spa, al tiempo que abre el curso de golf Corales en Punta Cana Resort & Club, considerado entre los mejores del orbe. Cuba emprende un proceso de gran envergadura para desarrollar inmobiliarias asociadas a marinas y campos de golf. Argentina continúa elevando el estándar del exclusivo Puerto Madero con un hotel de seis estrellas, para 2013. En Cartagena de Indias se espera en 2012 la apertura del Nao Fun & Shopping, un complejo que tendrá como eje una torre hotelera de 27 pisos y 282 habitaciones de cinco estrellas operada por InterContinental, e incluirá centro de convenciones, tiendas, casino, oficinas, piscinas y salas de cine. Ese mismo año debe inaugurarse en Puerto Rico el Ritz-Carlton Dorado Beach, segundo resort de seis estrellas de la marca después del abierto en Tailandia en 2009. Cadenas como RIU, Sol Meliá, Iberostar, Barceló, Hyatt, Starwood, Hilton –sólo en 2011 abrirá siete hoteles en Centro y Sudamérica– e IHG, que planea duplicar en una década los más de 70 hoteles con que cuenta en la región, tienen importantes planes de desarrollo en varias naciones. Paralelamente, aumenta el número de pequeños hoteles boutique en ciudades con centros coloniales como La Habana, Santo Domingo, Cartagena o Mérida; en aisladas ensenadas de las pequeñas islas del Caribe, en el Valle de los Incas o en las inmediaciones de los volcanes de Costa Rica, y se expanden los alojamientos en selvas o asociados a emprendimientos de turismo rural comunitario –desde Bolivia a Nicaragua–, frecuentemente ubicados en áreas protegidas y que han sido generalmente exitosos «porque son productos diferenciados, lo que es un factor de competitividad en el turismo», según experto de la OMT. Diversa y moderna Pensar en América Latina y el Caribe es pensar en Machu Picchu, Kuélap y Nazca; en Chichén Itzá y Copal; los fondos marinos de Belice, Río de Janeiro y su carnaval; el tango rioplatense y las delicias de la gastronomía peruana o la pesca de altura en las aguas al norte de Cuba y maravillas como el lago Atitlán, el Salto Ángel y las Cataratas de Iguazú; las ruinas mayas y la costa del Caribe mexicano o los lagos y glaciares patagónicos; la aventura en un cráter volcánico, los tratamientos de salud en Costa Rica y la cartelera cultural de Buenos Aires, o productos creadores de cultura, como el Tequila o los Habanos. Poco a poco, la región va dotándose de una industria turística madura y responsable que pese al desarrollo no pierde frescura y novedad. Para atraer más mercado y mejorar el producto turístico promueve el multidestino –a menudo a través de rutas temáticas trasnacionales–, porque, como dijo recientemente el ministro de Turismo dominicano, «si Cuba recibe muchos visitantes, después querrán viajar a República Dominicana, del mismo modo que los turistas que lleguen a Dominicana querrán ir luego a Puerto Rico, Colombia o Venezuela». Con un dinamismo económico que atrae cada vez más inversores (el crecimiento estimado es de más de 5 % en 2010 y 4 % en 2011), avanza en áreas tecnológicas claves como el comercio electrónico –que de 21.800 millones de dólares en 2009 debe pasar a 34 500 millones a fines de 2011, según Visa–, y mejora su posicionamiento en el segmento de negocios y reuniones, liderado por Argentina y Brasil. Esos dos países, junto a México, encabezan una decidida apertura al turismo LGTB, con una importante ganancia en flujos de turismo e imagen. Cada vez más accesible a turistas de todo el mundo y con mejores instalaciones para recibirlos, mayores sinergias entre sector público y privado para desarrollar la industria y promoverla en los mercados emisores, quizá los mayores retos de América Latina y el Caribe sean mantener el desarrollo del turismo sin dañar su patrimonio natural y cultural –para muchos su mayor capital turístico, junto a su gente–, aumentar las cotas de seguridad y la distribución de la riqueza y empleo, y seguir diversificando destinos y productos para lograr mayores índices de captación y repetición de turistas.

En América Latina y el Caribe el crecimiento hotelero se produce en dos direcciones básicas: por un lado, hoteles urbanos de lujo o resorts vacacionales y complejos inmobiliarios con modernos Spas y que frecuentemente tienen asociados campos de golf y marinas; y por otro, pequeños hoteles boutique en ciudades o escenarios naturales, donde el lujo llega a muy altos niveles y donde toma fuerza la modalidad del «lujo-rústico»

Algunas aperturas hoteleras de referencia Banyan Tree Cabo Marqués, México; Hyatt Regency Curaçao Golf Resort, Spa & Marina; Breezes Buzios Resort & Spa, Brasil; Barceló Habana Ciudad, NH Parque Central Torre, Meliá Buenavista All Inclusive Royal Service Spa Cayo Santa María, Cuba; Santa Elena Country y Marina Club, Paraguay; Secrets Wild Orchid Montego Bay y Secrets Wild Orchid, Jamaica; Urubamba Luxury Collection, Valle Sagrado de los Incas, Cusco, Perú; St. Regis Bahía Beach Resort & Residences, Puerto Rico; Secrets Sanctuary Cap Cana, Hamaca y Punta Cana Presidential Suites, República Dominicana; Embassy Suites by Hilton Valencia-Downtown, Valencia, Venezuela; Doubletree by Hilton, Riu Panamá Plaza, Panamá;, 100 habitaciones, Royal Service, sólo para mayores de 18 años, cuarto de la cadena en la cayería norte del centro de Cuba y número 25 en el país).