Maserati, 95 años en la cúpula del arte automovilístico
El 1o de diciembre de 1914 se funda en Bolonia (Italia) la Societá Anonima Officine Alfieri Maserati. Son los hermanos Maserati (Alfieri, Bindo, Carlo, Ettore, Ernesto y Mario), quienes han montado un pequeño taller con vistas a preparar motores Isotta Fraschini para las carreras locales. No es hasta 1926 que fabrican su propio motor Maserati, cuyo emblema (logotipo) es el tridente del dios Neptuno, muy común en Bolonia. Y sale el primer auto de carreras (Tipo 26), con el cual Alfieri Maserati gana la importante carrera Targa Florio. En 1927, Ernesto Maserati gana el Campeonato Italiano de Automovilismo. Llega una nueva marca al escenario del automovilismo italiano: Maserati. Y compite con las firmas que tienen la hegemonía italiana en las pistas internacionales: Bugatti y Alfa Romeo. De este trío, Maserati se adelanta. En 1929, récord de velocidad en pista: 246 km/h sobre diez km. Es el modelo V4, con motor de 16 cilindros (3961 cc) que da 280_CV. Lo condujo Baconin Borzacchini. Al año siguiente, 1930, ese mismo team gana por primera vez un Gran Premio (GP) para Maserati en Trípoli. Inspirados, deciden probar en el mar: en 1931, el conde Theo Rossi Montelera XII, consigue récord de velocidad sobre agua, usando un motor Maserati. Ya en esos tiempos tan remotos se sabía muy bien que para mantener la empresa económicamente a flote, hay que vender autos. Y que para vender automóviles había que ganar carreras y desarrollar un buen plan de marketing. Maserati aprendió la lección. Apoyado por sus indudables victorias, presentó en 1931 su primer auto Gran Turismo en el Motor Show de Milán, una joya diseñada por el carrocero Castagna. Maserati se forjó fama por desarrollar constantemente tecnologías de punta. Una de sus primeras innovaciones (del mundo automotor) fueron los frenos hidráulicos, que aparecieron en 1933 en los Maserati modelos 8C/8CM. Con ese auto Giuseppe Campari ganó el GP de Francia y Tazio Nuvolari se coronó en los GP de Bélgica y Niza. En 1934, otro récord de velocidad, esta vez en la categoría hasta 1 100 cc, logra Giuseppe Furmanik con el modelo 4CM. Maserati está en la cúpula del automovilismo mundial. Las firmas italianas reinaban en los circuitos, especialmente Maserati, hasta 1934 que llegan las poderosas marcas germanas: Mercedes-Benz y Auto Unión, potenciadas por el enorme respaldo político de la Alemania nazi y presupuestos millonarios para desarrollo tecnológico. Maserati, que no disfrutaba de una floreciente economía, se refugia inteligentemente en las categorías de menor cubicaje, con motores entre 1.5 y 2.5 litros, así como en carreras de resistencia. Y sigue ganando. La economía de los hermanos Maserati jadea, está claro que su fuerte es la ingeniería, la mecánica, la competición. Ante esta realidad, en 1937 toman la cruda decisión de entregar la administración financiera a la familia Orsi, mientras se quedan con todo lo referente al desarrollo tecnológico de la firma. Esto permite a los Maserati dedicarse más al área de competición. Como resultado, logran una de las victorias más rotundas de la historia de la marca del Tridente. En la Catedral de la Velocidad de Estados Unidos, Indianápolis, ganan las 500 Millas de los años 1939 y 1940, consecutivamente. Wilbur Smith es el piloto del Maserati 8CTF triunfador. E iban ganando esa misma carrera en 1941 cuando se vieron obligados a retirarse. Al propio tiempo, la firma Maserati se muda de Bolonia en 1939 a su base actual en la Viale Ciro Menotti, de Módena. No hay tiempo para más, llega la guerra, quedan suspendidas todas las actividades deportivas y la construcción de vehículos civiles. La producción es dedicada durante la guerra a material bélico. Terminada ésta, se vuelven a construir automóviles de turismo y especialmente de competición. En Estados Unidos, dos viejos Maserati 8CTF sin apoyo oficial, logran 3ro y 4to lugares en Indianápolis (500 Millas de 1945). El primer modelo post bélico es el A6 1500 Sport, del cual Pininfarina diseñó la carrocería del Coupe. La versión de competencias (A6GCS) la condujo el corredor Alberto Ascari. En estos años ocurre un hecho trascendental: aparece una nueva marca italiana de competencias: Ferrari, con el mismo estilo de Maserati. Este rival es mucho más fuerte y la contienda será a muerte. En 1950 surge el 1er Campeonato Mundial de Fórmula 1, donde solo podrá competir la élite del automovilismo. Y allá van todos: Maserati, Ferrari, Mercedes-Benz, Alfa Romeo… En 1953, Ferrari ha dado su auto a Alberto Ascari, quien se corona Campeón. Le sigue en 2do lugar el argentino Juan Manual Fangio, que tripula un Maserati A6GCM 2000. Pero en 1954, Fangio guía el debut del mejor Maserati de carreras (según expertos): el legendario 250F, fabricado para la nueva categoría de 2.5 litros. El 250F tenía un motor de 6 cilindros en línea (A6SSG), con cubicaje de 2500 cc, que daba 220 CV a 7400 rpm. Utilizaba como combustible una mezcla especial, compuesta por 50% de metanol, 35% de petróleo (diesel), 10% de acetona y 1% de aceite, que “quemaba” muy rápido y aumentaba las prestaciones del motor. La caja de 4 velocidades, situada detrás de forma transversal, unida al diferencial. Giaocchino Columbo se encargó del diseño (carrocería de aluminio) y Valerio Colotti del chasis tubular, las suspensiones y la transmisión del monoplaza. Con este Maserati, Fangio inició la temporada de 1954. Victorias rotundas en los GP de Argentina y Bélgica. Todo parece que Maserati ganará, pero Fangio se va a Mercedes-Benz para tripular su nuevo bólido y deja plantado al equipo Maserati. Rápidamente lo sustituye al timón Alberto Ascari, quien no consigue resultados con el 250F. Sin embargo, Fangio gana otros cuatro GP y se corona Campeón ese año. Maserati contrata a un joven piloto británico: Stirling Moss, quien rápidamente demuestra sus grandes cualidades. Pero, para desesperación de los italianos, también se va a Mercedes-Benz. En 1955 Maserati hizo modificaciones al 250F, la más importante: frenos de disco. Pero recibe un nuevo golpe: Ferrari ficha a los dos mejores ingenieros de Maserati: Bellantani y Maximino. Otro año perdido. En 1956, Mercedes-Benz abandona las competencias tras un cruento accidente. Fangio se va a Ferrari y Moss regresa a Maserati. Se revive la rivalidad entre italianos. Finalmente Fangio y Ferrari volvieron a ganar, Moss y Maserati fueron ambos 2dos. Pero en 1957, Fangio corrió Maserati y ésta vez sí ganaron el doblete: Pilotos, con Fangio (su 5to y último Título), y Constructores, con 50 puntos sobre Ferrari, que fue 2do esta vez. También Moss fue 2do, pero corriendo un Vanwall. Este fue el “canto de cisne” del equipo de carreras de Maserati. La economía de la marca estaba arruinada y su área deportiva fue eliminada. Se mantuvo la fabricación de motores de carrera, a pedido, pero nunca más hubo equipo oficial. Con modelos como el 3500 GT, presentado en 1957 en el Salón de Ginebra, dio un nuevo aire a la marca del tridente. El sedán de lujo Quattroporte y los grandes turismos Sebring y Mistral, en 1963, se inició una nueva etapa comercial para Maserati. En 1968 la fábrica produjo 733 automóviles. Ese año Citroën compró acciones de Maserati. En 1970 se produjo un nuevo motor V6 para el Citroën SM. En 1971, Citroën ganó el Rally de Marruecos, pero en 1975 la crisis del petróleo debilitó a Citroën, que tuvo que retirarse de Maserati. Es ahí cuando la firma cae en manos de Alejandro de Tomaso. La nueva administración lanza otra versión de Quattroporte, en 1976, que resultó el mejor modelo vendido por Maserati en toda su historia. En 1993 FIAT compra todas las acciones de Maserati. La marca del tridente fue puesta bajo control de Ferrari (quien lo diría) en 1997. En 1998 salió el Quattroporte Evoluzione. Hoy en la factoría de Viale Ciro Menotti, de Módena, unos 230 obreros construyen alrededor de 2000 autos anuales. Maserati sigue siendo sinónimo de calidad, tecnología y belleza.