Manolo Brenes es abuelo de una amiga y compañera de clases de mi hijo.  Es un excelente mecánico, especializado en restaurar autos de época ingleses, sobre todo MG y Triumph, y conoce este Healey Silverstone – uno de los 105 jamás fabricados – desde los sesenta, pues un vecino y colega –el Sr. Ricardo Medel– lo reparaba.  

Dejaron de saber del auto por un tiempo, hasta ubicarlo en un taller de la barriada de Marianao, al fallecer su dueño, un doctor en medicina de apellido Iglesias. El Healey comenzaba a reflejar el paso del tiempo y Manolo recuerda que entonces tenía problemas con el motor de arranque, frenos y los instrumentos. Repararlo era complicado y, por eso, sus dueños buscaban comprador, y vuelven a perderlo de vista.

Lo rencuentra, años más tarde, cuando Ricardo le pide ayuda en su reparación. Lo había traído a casa sin la carrocería, solo el chasis y los agregados, para reparar varios problemas mecánicos. Los nuevos dueños habían conocido de Ricardo y le habían buscado.  Finalmente, el Healey había sido adquirido por alguien que lo apreciaba. Manolo recuerda haber trabajado en el embrague, aunque Ricardo hizo mucho más. Supo que incluso utilizaron especialistas en carrocerías de aluminio para su reparación, rastreando hasta los tornillos originales del Silverstone. A ese mimo se llegó en la restauración del exótico automóvil.

A Cuba llegó este, importado por el Dr. Iglesias, desde los Estados Unidos, quien lo vendió después a un técnico de aviación.  De él lo adquiere, ya deteriorado, la Sra. Julia Medina.  Compitió varias veces aquí, siempre con el No 7, existiendo constancia de un 6to lugar en la Carrera Pinar del Río-Habana de 1958.

A partir de entonces, el auto es visto esporádicamente en las calles habaneras. Su dueña, la Sra. Julia Medina, lo conduce hasta el Salón del Automóvil Excelencias del Motor, el pasado julio. Allí, dispara la atención del público y especialistas, conscientes del privilegio al poder admirar el único ejemplar existente en todas las Américas. Un verdadero patrimonio automovilístico de Cuba, al cual Excelencias se enorgullece de contribuir.

 

HEALEY SILVERSTONE D-CUBA, THE UNTOLD HISTORY

Manolo Brenes is the grandfather of one of my son’s friends and classmates. He is an excellent mechanic, specialized in the restoration of British vintage cars, with emphasis on MG and Triumph, and he first saw this Healey Silverstone back in the 1960s, since a neighbor and colleague –Mr. Ricardo Medel– used to repair it.  

The car was brought from the United States to Cuba by Dr. Iglesias, who later sold it to an aviation technician. It was later acquired by Mrs. Julia Medina. It was present in several races, always showing number 7. There are reports of a 6th position won in the 1958 Pinar del Rio-Havana Race. The car’s owner, Mrs. Julia Medina, drove it to the Excelencias del Motor Show held back in July. It caught everybody’s eyes, who were aware of the privilege of standing in front of the only model of its kind on the Americas. This is a true car heritage representative in Cuba, and Excelencias is proud of contributing to this condition.