En Cuba se han celebrado carreras casi desde la misma llegada del primer automóvil a esta Isla, que han sido seguidas a su paso por cientos de miles de personas. A mi juicio, podríamos agrupar estas carreras en siete etapas diferentes, a saber: 1- 1903-1915 Primeras carreras de pilotos nacionales e internacionales en carreteras y en el hipódromo Almendares. En las internacionales participaron los mejores corredores y autos de aquel momento. 2- 1916-1928 Grandes temporadas en el hipódromo Oriental Park (sobre pista de tierra) y otras por las carreteras de aquellos tiempos. Incluso en esta etapa se dieron buenas carreras fuera de la capital, en provincias como Pinar del Río y Oriente. A las celebradas en el Oriental Park, vinieron a correr drivers tan famosos como Louis Chevrolet, creador de los autos que llevan su apellido (Chevrolet), entre otros. 3- 1929-1950 En ese período hubieron muy pocas y esporádicas competencias oficiales. 4- 1951-1953 Carreras en el autódromo de Marianao con los pequeños autos Midgets. 5- 1954-1958 Carreras por carreteras interprovinciales y en circuitos cerrados en La Habana y la celebración de los dos Grandes Premios de Formula I en 1957 y 58, donde participaron las estrellas de la época, entre ellas el Campeón Mundial de automovilismo Juan Manuel Fangio. 6- 1959-1961 Gran Premio Libertad con autos de Formula 1, Indy, Sport y Stock, a donde acudieron el entonces Campeón Mundial Jack Brabham En esa etapa se celebraron otras carreras (nacionales) en circuito cerrado, hasta 1961, año en que se efectuó la última. SAGuA-HABANA Durante una de las mejores etapas del automovilismo en Cuba (1954-1958), se llevaron a efecto cuatro carreras interprovinciales entre las ciudades de Sagua la Grande, al centro-norte del país, y La Habana, con un recorrido total de 302 Km. Se efectuaba cada 10 de Octubre (conmemorando el inicio de las Guerras de Independencia cubanas, en 1868) y se corría a través de tres provincias: la antigua provincia de Las Villas (donde está Sagua la Grande), Matanzas y La Habana, con salida del Ayuntamiento (alcaldía) de Sagua la Grande y meta final en la Avenida del Puerto, de La Habana. Es bueno señalar algunas de las normas que rigieron aquellas carreras. Por ejemplo, sólo se aceptaban inscripciones de autos fabricados hasta 5 años antes de la fecha de la carrera. Se realizaban inspecciones técnicas a los carros y exámenes médicos a pilotos y copilotos; eran obligatorios el uso de cascos y cinturones de seguridad. Los Premios: $1,000.00 al primer lugar, $500.00 al segundo y $250.00 al tercero, además de los trofeos o copas. Las marcas de autos y de combustibles, neumáticos, bujías, baterías y demás, pagaban extra a aquellos pilotos que colocaban su publicidad en los carros. En la cuarta y última carrera Sagua-Habana, participaron dos pilotos mujeres (muy femeninas y bonitas, por cierto) con sus respectivos automóviles. En el curso de estas carreras, los autos llegaban a alcanzar velocidades superiores a los 230 Km/h. Es importante señalar que durante estas carreras sólo se registraron dos accidentes fatales, donde perecieron 3 personas. También es bueno recordar que año tras año los tiempos de carrera fueron mejorándose. I Clásico, 1954, ganó José Salazar Cubillas con un Buick del año (1954) que cubrió la distancia, bajo fuertes aguaceros, en 2 horas 13 minutos y 40 segundos. II Clásico, 1955, Elías Regalado con un Buick del año (1955) y su tiempo fue de 1 hora, 59 minutos y 09 segundos. Llovió también, pero menos, y Regalado fue el primero en bajar de las 2 horas el trayecto. III Clásico, 1956, Modesto Bolaños con un Jaguar deportivo del año (1956), que realizó el recorrido en 1 hora, 55 minutos y 42 segundos. IV Clásico, 1957, Pedro Bello con un Packard del año anterior (1956) que fijó el récord absoluto (nadie lo ha roto todavía) para la distancia, de 1 hora, 53 minutos y 38 sugundos, para un promedio de velocidad de 158.404 Km/h. En estas cuatro ediciones de las carreras Sagua-Habana, solamente seis automóviles lograron bajar la barrera de las 2 horas, y sólo dos pilotos pudieron repetir su victoria: Pedro Bello, en 1955 y 1957 en la categoría Stock, y Felipe Gutiérrez: 1956 y 1957, en la categoría Sport. En aquellas carreras participaron unos 190 autos, de los cuales terminaron 106.