A dos años de la creación de esta organización (fundada el 14 de febrero) sus miembros decidieron hacer una caravana de autos desde el complejo turístico Taramar (Habana del Este) hasta el mirador Bellomonte, al norte de la playa Guanabo. Después de la caravana disfrutaron de las ofertas del centro de recreación que reside en esa área, además de una exposición de coches, de audio y de luces. Posteriormente, a medida que avanzó la noche, comenzó la exhibición de 360.

A estas demostraciones se les conoce profesional y deportivamente, de esta manera, pero la forma popular de llamarlas es “trompo”. Ernesto Salazar, presidente del club, nos comentó que de estas exhibiciones se deriva el nombre de esta organización  (Club 360), fanática del mundo del motor. 

Salazar explicó que él fue jefe de actividades del Club Amigos del Motor, pero estuvo separado un tiempo por problemas de salud, y al recuperarse, se le ocurrió que con la experiencia adquirida y un grupo de amigos, podría crear uno nuevo. 

“Nuestro club tiene como regla de oro, al igual que todas las organizaciones de automovilismo en Cuba, y el mundo, la seguridad vial. Ante todo cuidar la vida del peatón, del chofer, la vida humana en general. Decidimos ser solo 100 miembros porque mientras más pequeño fuera el grupo habría más entendimiento, compenetración y familiaridad entre todos. Hasta ahora ha funcionado perfectamente. Estamos analizando si se extiende la plantilla a 150, pues hay alrededor de 30 personas interesadas en unirse a nuestras filas”.

A esta formación de fanáticos del motor pueden incorporarse los propietarios de autos de cualquier marca y modelo, incluso, aunque no se tenga vehículo alguno, solo al interesado tienen que gustarle los automotores, y unirse al club.

Las marcas que más se pueden contar en este joven club son Ladas, Moskvich, y autos antiguos como Chevrolet. Sin embargo, a pesar de catalogarse como un club de autos, también tienen motos en sus filas. “Esto es para todo aquel que le guste el mundo del motor”, explica Salazar.