En los poco más de 30 años que se fabricaron las motocicletas inglesas Vincent, tuvieron tres logotipos, cada uno de los cuales identifica una época, un propietario o un mercado. Aquí están sus historias y significados de cada uno de ellos.

Al estallar la I Guerra Mundial, en 1914, el corredor de motocicletas Raymond Howard Davies integraba el equipo de competencias de la prestigiosa marca británica de motos Sunbeam. Durante la guerra fue hecho prisionero y mientras estaba en cautiverio, maduró la idea de construir motocicletas deportivas. Y lo consiguió en 1924 con la complicidad de  un amigo, amante también del motociclismo.

Junto a su socio E. J. Massey, Raymond Howard Davies fundó su empresa para fabricar motos, a la cual bautizó con sus iniciales: HRD. Y por supuesto, el logotipo inicial de las motocicletas (que aparecía en el tanque) era H.R.D. Fueron motocicletas elegantes e innovadoras, máquinas muy avanzadas para su tiempo que incorporaban tecnología de punta, con características únicas.

En 1925 ganaron el famoso TT (Tourist Trophy) de la Isla de Man, la carrera más importante de esa época y, además, la moto estableció récord de velocidad para el circuito: 66.13 mile/h (106.4 km/h). La fama no se hizo esperar y las motos HRD eran conocidas y admiradas en el mundo de la velocidad sobre dos ruedas. Pero Raymond era un corredor que construyó sus motos para ganar carreras, no un industrial y mucho menos un capitalista. 

Satisfechos sus deseos de constructor de éxito y corredor famoso, terminó por vender su fábrica de motocicletas por 500 libras esterlinas, en 1928. El comprador fue Philip Vincent, un joven estudiante de la Universidad de Cambridge quien, con el apoyo de su familia se hizo de la constructora HRD en Wolverhampton. Fabricar buenas motos era el sueño de Phil Vincent desde niño, que no era un corredor sino un industrial. La nueva empresa se llamó: Vincent HRD Co. Ltd.

Al logotipo de grandes iniciales (HRD), se le puso encima, en letra pequeña Vincent. Fue una nueva etapa para las Vincent HRD, en la cual se fabricó la motocicleta más famosa de la marca: el modelo Black Shadow. Era de color negro intenso, incluido el motor y la caja de velocidades, tenía una gran pantalla de cinco pulgadas en su farol delantero y un enorme cuenta-kilómetros que marcaba 240 km/h, con una velocidad crucero entre 100 y 125 mile/k (160/200 km/h). 

La Black Shadow fue la motocicleta estándar más rápida del mundo, y la máquina con que soñaban muchos amantes a la velocidad sobre dos ruedas. El éxito abrió nuevos mercados, entre ellos América. En esta apertura, cambió el logotipo: desapareció HRD y solo quedó Vincent. Así llegó a Estados Unidos y a Cuba. La Vincent Black Shadow ganó en Cuba múltiples competencias, especialmente en las carreras entre ciudades que se llevaban a cabo en los años 50. Y se hizo famoso un corredor de pequeña estatura, negro, muy valiente y osado, siempre ganador. Su nombre no lo sé, solo sé que le llamaban Black Shadow, como la moto que corría. 

En 1955, durante una cena con propietarios de motos de la marca, Phil Vincent anunció que dejaría de fabricar motocicletas y vendió la fábrica a Harper Ingeniería. Una de estas joyas de la ingeniería británica fue cotizada hace poco en 329 000 USD.