Daniel León Curí

EN EL SALÓN EXCELENCIAS DEL MOTOR HUBO TAMBIÉN ESPACIO PARA TRES FORD QUE CABÍAN EN LA PALMA DE LA MANO

Hasta el II Salón Excelencias del Motor llegaron unos autos singulares, que pese a su tamaño —y de no formar parte de la exposición— fueron advertidos y admirados por muchos.  Los tres Ford ocupaban el diminuto espacio de una mesa, pues, aunque hechos a imagen y semejanzas de sus originales, se trataban de réplicas coleccionables a escala.

Junto a los «vehículos», Fernando González García y Daniel León Curí, nos trajeron buenas nuevas de esta afición que cada día atrae a más adeptos en Cuba. Hemos agrupado en La Habana algunos coleccionistas de estos autos a escala y estamos en los trámites de crear una asociación, explica Fernando.

Hace unos tres años comenzamos a reunimos y empezamos a buscar la manera de adquirirlos y traerlos desde México, Argentina, España, Estados Unidos y otros países, agrega.

Ya varios cuentan con una colección admirable y en ese aspecto nos habla Daniel, dueño de unos 40 de estos autos y propietario de los tres que irrumpieron en el Salón. Se trata de dos Ford Thunderbird, año 1956 y un Mustang, de 1964, el primero de ese modelo que lanzó la legendaria compañía automovilística.

Estos son modelos a escala 1:24, pero existen varias: la 1:18, más grande, y la 1:32, más pequeña. En mi colección tengo además Chevrolet, Pontiac, Cadillac… modelos que ruedan actualmente en Cuba, en su versión real, —explica Daniel.

Hasta el momento de manera activa se adscriben a este grupo de interesados unos ocho coleccionistas, algunos de ellos incluso que asumen la labor artística de reparar estos carros.

Creo que lo más importante es que las personas lo vean, que se puedan montar exposiciones, valora Fernando y adelanta la posibilidad (casi realidad) de que en al III Salón Excelencias del Motor se sume un stand de autos «pequeñitos».

Eso será dentro de un año, pero antes ya sabrán de nosotros, afirman con confianza.

An unexpected exhibition of “very small cars”

Some unique cars arrived to the Salon of Excelencias del Motor- in spite of their size - they were noticed and admired by many people. The three Ford occupied the tiny space of a table, because, although they were made in the image and likeness of their originals, they were collectible replicas to scale.

The three Ford fit in the palm of the hand.