Volkswagen Amarok Canyon
Y lo cierto es que salta a la vista por el distintivo color naranja cobrizo de su carrocería, aunque también incluye otros elementos exteriores como los faros traseros oscurecidos, los pasos de rueda en negro o las exclusivas llantas de 17 pulgadas; si bien opcionalmente se puede solicitar unas de 18 pulgadas, así como un soporte para el techo con cuatro faros adicionales o una cubierta retráctil para la caja trasera.
Precisamente, este último espacio dispone de anillas de enclavamiento para asegurar la carga que puede alcanzar hasta los 889 kilogramos, mientras en su equipamiento lo más destacable es el botón offroad de serie, que una vez pulsado y en pendientes de más de 10 %, activa el control de descenso tras
tocar el freno por primera vez.
No en vano, los motores del Amarok Canyon son los ya conocidos TDI 2.0 de 140 y 180 CV, respectivamente, el último de los cuales tiene claramente un empuje superior, al punto de permitirle remolcar hasta 3.2 t. Ambos vienen asociados de serie a un cambio manual de 6 velocidades, lo suficientemente rápido para que el ímpetu de los motores no decaiga en absoluto, apoyados también
en la tracción 4Motion permanente o conectable y la caja reductora, mientras que el bloqueo de diferencial trasero será un extra para quienes quieran ‘‘sacarle el jugo” a las ya de por sí excelentes capacidades offroad de este modelo.
Finalmente, en el apartado de seguridad nada ha sido dejado al azar tampoco, con múltiples airbags para el conductor y el acompañante, el control de estabilidad (con función de estabilización del remolque), el sistema antideslizamiento o el sistema an-tibloqueo ajustados para el uso todoterreno del vehículo. Una versión especial, sin duda, del “mitológico lobo” de Volkswagen.