Ciudad México fue fundada sobre el Lago de Texcoco. Allí los aztecas vieron a un águila devorando una serpiente parada sobre un nopal, y en este sitio fundaron la urbe en 1325. Hoy, Ciudad México es la segunda metrópolis más poblada del mundo con 22.5 millones de habitantes. Sólo Tokio posee más personas, y los expertos pronostican que para el años 2010, la capital mexicana tendrá una población de 40 a 50 millones de habitantes ¿Sabes porqué se le llama Zócalo a la plaza central de la Ciudad de México? En 1842, el presidente Antonio López de Santa Ana mandó construir en la Plaza de la Constitución una Columna conmemorando la Independencia. Sin embargo, debido a múltiples problemas sólo se terminó la base o zócalo, la cual permaneció durante varios años en el lugar hasta que fue retirada. Canciones, tequila, trajes vistosos y buen baile alegran las fiestas mexicanas, donde siempre alguien terminará cantando….«México Lindo y Querido/ si muero lejos de ti/ que digan que estoy dormido/ y que me traigan aquí. / Que me entierren en la sierra/ al pie de los magueyales/ y que me cubra esta tierra / que es cuna de hombres cabales». Fibras vegetales, barro, cerámica, madera... todos los materiales cobran vida en el universo colorido de la artesanía mexicana donde se funden arte, conocimiento, técnica y tradiciones milenarias. ¿Los mejores lugares para comprar?: los mercados y puestos callejeros en los que encontrará diversidad, buena mano de obra y precios negociables con los vendedores. Cancún es un alarde de la naturaleza, un sitio exclusivo que combina las mejores opciones para las vacaciones de lujo en el Caribe Mexicano: infraestructura de primera, servicios personalizados, playas de ensueño. Un escenario perfecto apara eventos, convenciones, lunas de miel y viajes en familia, no importa la época del año. Otros sitios como Vallarta, Isla Mujeres y Cozumel ofrecen igual encanto para pasarla en grande. México significa «en el ombligo de la Luna»; del Náhuat «Metztli»(luna) y «xictli» (ombligo). Los aztecas lo pronunciaban «Meshico». Los españoles lo escribían «México», ya que no existía la pronunciación de la «j». Cuando cambió la grafía de la «x» a la «j» se le empezó a llamar «Méjico» pero se siguió escribiendo «México», lo cual es válido, pues la Real Academia de la Lengua permite excepciones para nombres propios.