LA ISLA CUENTA CON TODAS LAS POSIBILIDADES DE UBICARSE DENTRO DEL GRUPO DE NACIONES QUE LIDERAN ESTA VARIABLE TURÍSTICA EN AMÉRICA

Cuba dispone de condiciones para desarrollar el turismo MICE sin duda alguna. Experiencia le sobra además, y voluntad por insertarse con fuerza en este segmento del mercado, también.
Tras el énfasis mayoritario en el destino de sol y playa, fortalecer «la competitividad, diversificación y sostenibilidad del sector del turismo» es una de las directrices política, estatal y legislativa a corto, mediano y largo plazo que guían a la Isla en su rumbo hacia el desarrollo.
El turismo de reuniones –sea grupal o individual– está entre las variables en las que se trabaja para lograr la diversificación del destino Cuba. Se planteó como meta en los ya icónicos Lineamientos de la Política Económica y Social aprobados por el VI Congreso del Partido Comunista en 2011, y se mantiene en los posteriores documentos estratégicos del país. Se estableció incluso mucho antes de que el boom en la llegada de viajeros entre 2015 y 2017 volviera a situar a la «industria del ocio» como la más dinámica de la economía cubana.
El turismo de reuniones o de negocios, más conocido como MICE por sus siglas en inglés (Meetings, Incentives, Conferences and Exhibitions), refiere al conjunto de corrientes turísticas cuyo motivo de viaje está vinculado con la realización de actividades laborales, de ocio, profesionales y/o asociativas, a través de la realización de reuniones de negocio, congresos, convenciones, viajes de incentivo y encuentros similares.
Según algunos autores, el turismo MICE comenzó a evolucionar en Cuba en 1979, con la inauguración del Palacio de las Convenciones de La Habana para ser sede de la 6ta. Cumbre de los Países No Alineados (NOAL). Desde entonces la promoción del turismo de eventos, especialmente científicos, sociales y congresos, tuvo como eje a la instalación, a la que se agregaría el Hotel Palco y luego el recinto ferial PABEXPO.
Los centros de convenciones con hoteles aledaños o cercanos, ahora abundan en la Isla, de Varadero a Holguín, de Cienfuegos a Camagüey, sin olvidar por supuesto a Santiago de Cuba.
La especialidad floreció en la Mayor de las Antillas durante las décadas de los años 80 y 90 del pasado siglo y en los primeros años del que transcurre, aunque luego sufrió un declive, tendencia que ya se revierte, como puede apreciarse en las tablas 1 y 2, que muestran el arribo de viajeros internacionales a Cuba por motivos de viaje en los últimos diez años.
CONFIRMACIONES
La celebración en La Habana de la 22 edición MITM Americas, el encuentro sobre turismo de reuniones más influyente en la región, confirma las potencialidades de Cuba en este giro. Especializada en el MICE B2B y a la que asisten en exclusiva profesionales del sector, representa la tercera feria que GSAR Marketing/MITM Events realiza aquí, primero fue en Varadero (2004) y luego en la capital (2009), a donde ahora regresa.
El asunto volverá a ser centro de la opinión pública y las autoridades técnicas el próximo año, en la 39a. Feria Internacional de Turismo (FITCuba 2019), que estará dedicada al turismo de eventos e incentivos (a España como país invitado de honor, y a La Habana en el aniversario 500 de su fundación).
La Asociación Internacional de Congresos y Convenciones (ICCA por sus siglas en inglés) ubica a Cuba alrededor del puesto 18 entre las plazas de turismo MICE en América del Norte y Latinoamérica. Las características de la Mayor de las Antillas, sin embargo, pudieran situarla más temprano que tarde en el grupo de naciones que lideran esta oferta en el continente.
No es ni mejor ni peor que otras naciones, pero Cuba tiene peculiaridades únicas para el turista MICE, tal vez aún no para el de alto estándar (que negocia sumas elevadas de capitales e incurre en grandes gastos), mas sí en el área social y científica, un segmento de mercado para el que la innovación, la probidad y la eficiencia de la Isla son más que elocuentes.
El desarrollo y masificación en la salud pública, la educación, la cultura, el deporte, la biotecnología y la industria médico-farmacéutica, la seguridad social y la asistencia social, y en otras áreas de beneficio y empoderamiento de la población, han hecho del Archipiélago plaza obligada para miles de visitantes que llegan cada año a aprender, compartir y enseñar sobre estos temas.
Por otro lado, la denominada «Actualización del modelo», con su apertura a la inversión extranjera, despierta gran interés entre mujeres y hombres de negocios del planeta.
En 2017 los capitales comprometidos por parte de inversionistas foráneos rondaron los 2 300 millones de dólares, y con respecto a 2007 casi se duplicaron los arribos de visitantes internacionales por motivos de negocio o profesionales. Y apenas estamos en los inicios de la reforma económica.
Las publicaciones especializadas en turismo MICE vaticinan que este año la modalidad estará marcada por varias tendencias, entre ellas: «el evento como eje central», «la seguridad de la ubicación», «la tecnología al alza», «relax y bienestar al acabar la jornada», y «unión del viajero con el destino».
Exceptuando el tema tecnológico, porque se ha atrasado en el desarrollo de Internet, Cuba tiene todo eso. Y mucho más.