Almacigo o Almacigo colorado(Bursera Simaruba)
Baobab o Pan de Mono (Anansoia Digitata)
Bija o Achiote(Bixa Orellana)
Cayeput(Melaleuca Leucadendron)
Caña de Azúcar (Sacharun officinarum)(Sacharun officinarum)
Cedro (Cedrila Odorata)
Dagame (Calycophyllum andidissimun)
Pandano o Palma caracol (Pandanus)
Pino Macho (Pinus Caribaea)

En el Popol-Vuh, libro sagrado de los indios quichés de Guatemala, se explica la génesis del hombre a partir del maíz: de maíz fue creado. Si en casi todas las religiones la representación ideal del Paraíso coincide con la de un vasto jardín botánico, intuición quizás del valor de la vida vegetal, los aborígenes americanos fueron más lejos al concebirla como materia primigenia en la conformación del género humano. Pero independientemente de las diferencias religiosas e incluso de que se tengan o no creencias, hay una realidad irrefutable: sin árboles, sin vegetación, no puede existir la vida.

El Caribe tropical, con su clima, sus épocas de lluvia, abundantes ríos y feraces tierras, exhibe una espléndida flora endémica y autóctona con cientos de miles de ejemplares caracterizadores de sus paisajes; por otra parte, la fácil aclimatación y propagación de especies oriundas de otras regiones del mundo, ha contribuido a la creación de panoramas cuya exuberancia y colorido son fuente de inspiración para naturales y foráneos.

LOS BOSQUES TROPICALES Nuestros bosques encierran grandes riquezas para el amante de la naturaleza: suelos tapizados por hierbas rastreras como el abrojo, innumerables especies de malvas que representan un alto por ciento de la vegetación espontánea, variedades de helechos y alrededor de mil especies de cactos, plantas arbustivas o arborescentes que resultan de las más exóticas y típicas de nuestros paisajes, muy especialmente el de México. La constitución carnosa, sin hojas o con algunas muy reducidas, la multiplicidad de formas y las flores y frutos peculiares, convierten a los cactos en una de las especies más buscadas con fines decorativos.

Bejucos o lianas, plantas trepadoras o enredaderas, van tejiendo el entramado boscoso y aportan su diversidad y utilidades; así por ejemplo, el aguinaldo de Pascua o flor de Pascua, de amplia distribución en la América tropical, trepa sobre cercas, matorrales y árboles de gran talla. Su floración, desde noviembre hasta febrero, aparece como saludo de la naturaleza a las celebraciones navideñas; el albo manto de campanillas es entonces muy visitado por las abejas, cuya misteriosa inclinación las lleva hasta una de las mejores plantas nectaríferas del mundo.

Muchas especies de grandes árboles, con majestuosas copas y ramajes que recorren diversas tonalidades, crean en algunas regiones el ambiente umbroso y húmedo que actúa como estabilizador del clima y ofrece ideal hábitat a las variedades fáunicas del área caribeña. El ácana y sus distintas especies; la guásima; la jagua; el cedro, parte de la flora autóctona de todos los países latinoamericanos y cuya olorosa madera es de gran demanda en los mercados madereros mundiales; la majagua; el sabicú, existente en Cuba, Haití, República Dominicana y las Bahamas, muy apreciado para la carpintería naval y la fabricación de implementos agrícolas; el guayacán o palo santo, de madera caracterizada por su resistencia y alto contenido de aceite; la jocuma; el almácigo; la yagruma; el júcaro, de incorruptible madera; el pino cubano, antillano o del Caribe; el cabo de hacha y su hermana la siguaraya, una de las mejores nectaríferas del trópico; constituyen sólo algunos ejemplos de los árboles que en la región ofrecen el tesoro de sus maderas para disímiles usos, desde la construcción de instrumentos musicales o científicos de precisión hasta la de incontables artículos íntimamente relacionados con la vida diaria. Hojas, cortezas, flores y resinas son utilizadas en la elaboración de productos medicinales y de perfumería; tintes o pinturas y extractos de variadas aplicaciones en la industria.

CAOBA: ANTILLANA EN EL ESCORIAL Una de las especies maderables más valiosas y probablemente la más conocida y apreciada para ebanistería en el mundo, es la caoba antillana, exportada a Europa y Estados Unidos durante siglos. Entre 1563 y 1584 fueron utilizados grandes cargamentos de caoba antillana en la fabricación del Palacio de El Escorial, en España y posteriormente, en la construcción de la Armada Real Española y el mobiliario de numerosos palacios europeos; pero los objetos más antiguos de caoba que han sobrevivido están en la Catedral de Santo Domingo, República Dominicana. La flor de este árbol fue seleccionada como Flor Nacional por los dominicanos.

LA CEIBA: SAGRADA, MAJESTUOSA, INVENCIBLE Al referirse a las características que concebía para una literatura americana, el destacado escritor cubano Alejo Carpentier, decía: "... la palabra ceiba- nombre de un árbol americano al que los negros cubanos llaman la madre de los árboles- no basta para que la gente de otras latitudes vean el aspecto de columna rostral de este árbol gigantesco, adusto y solitario, como sacado de otras edades, sagrado por linaje, cuyas ramas horizontales, casi paralelas, ofrecen al viento unos puñados de hojas tan inalcanzables para el hombre como incapaces de todo mecimiento. Esos árboles existen. Son árboles americanos que forman parte, por derecho y presencia, de la novelística americana...".

Tal como señalaba el eminente escritor, la imponente ceiba, aunque crece también en otras regiones, es uno de los árboles mayores y más característicos de la América tropical. Su crecimiento es lento; puede durar siglos y demora años en comenzar a florecer; llega a alcanzar alrededor de 40 m de altura y el diámetro, por encima de sus enormes estribos, suele ser tal que no alcanzan diez hombres tomados de la mano para medirlo. En Cuba es considerada como árbol sagrado, respetado por rayos, huracanes y ciclones; ante ella se inclinan y presentan sus ofrendas los practicantes de la Regla de Ocha, los de la Regla Palo Monte y los de la sociedad secreta Abakuá.

El principal producto de este legendario árbol es la lana o algodón que rodea a sus semillas; se comercializa con el nombre de " kapok" y es empleada para el relleno de colchones, almohadas, cojines y otros artículos.

CUATRO PROTAGÓNICOS: CAFÉ, CAÑA DE AZUCAR, CACAO, TABACO Café. De las tres más importantes bebidas no alcohólicas que la civilización ha producido- té, café y cocoa- el café ha resultado ser la más indispensable para los pueblos del hemisferio occidental. La historia de su introducción en América es una aventura romántica: en 1720 un caballero normando, Gabriel Mathieu de Clieu, que servía como capitán de infantería en Martinica, logró con gran esfuerzo que la primera planta sobreviviera a la dureza de la prolongada jornada a través del Atlántico. La planta pronto se desarrolló, fructificó y multiplicó en su nueva patria; poco después serían llevadas posturas desde Martinica a Santo Domingo, Guadalupe y otras islas del Caribe. Más tarde, fue introducida por los holandeses en las Guayanas y de allí pasó al Brasil, convertido hoy en el mayor productor mundial.

También en Colombia se cultivan grandes cantidades de café. Otros países como El Salvador, Costa Rica, Guatemala, Haití, República Dominicana, Cuba, Puerto Rico, México y Venezuela contribuyen con sus cosechas, junto al gigante sureño, a que en la actualidad se produzcan en América las cuatro quintas partes del café del mundo.

El caballero normando del siglo XVIII seguramente que no pudo medir el alcance de su perseverancia durante la travesía atlántica. El aromático y estimulante grano se extiende hoy en hermosos sembradíos, con sus hojas de verde intenso y sus rojos frutos maduros por toda la América, donde crea paisajes tan bellos como valiosos desde el punto de vista económico. En muchos de nuestros países el sorbo de café mañanero o el obligado ofrecimiento de una taza del sabroso néctar al visitante, constituyen ritos irrenunciables.

Caña de azúcar. Se dice que en el año 755 a.n.e. la caña era cultivada en la región de Andalucía. En su segundo viaje ( 1493) Cristóbal Colón la trajo a este continente, a La Española ( hoy República Dominicana); de allí Diego Velázquez la trasladó a Cuba durante los primeros años de su gobierno. La isla antillana se convertiría, con el decursar del tiempo, en el primer exportador mundial de azúcar, seguida de cerca por Brasil y México. Otros países como República Dominicana, Puerto Rico, Perú, Costa Rica y Argentina realizan producciones exportables. Los verdes y ondulantes cañaverales constituyen una de las mayores riquezas económicas de estas naciones y representan elemento identificador de paisajes del Caribe tropical. La producción azucarera fue un factor determinante en la configuración racial de nuestros pueblos.

Cacao. El árbol de cacao es oriundo de la parte septentrional de Suramérica, donde se puede encontrar silvestre en algunas zonas. De su fruto se obtiene la cocoa y el chocolate de comercio, por lo que es objeto de intenso cultivo en los trópicos. Como principales productores se destacan Brasil, Venezuela, Ecuador y República Dominicana; también se cultiva en México, Costa Rica, Panamá, Haití, Cuba y Trinidad. Es grande la relación de confituras, helados, dulces, licores y otros productos alimenticios que pueden ser elaborados a partir de la cocoa como ingrediente básico. Su exquisito sabor sitúa al chocolate como una de las preferencias más generalizadas en el mundo. El cacao produce dos importantes cosechas: la mayor, de abril a junio y la de Navidad, de diciembre a enero.

Tabaco. Es una planta nativa de la América del Sur. Posiblemente durante milenios fue utilizado por los aborígenes americanos como estimulante. Los arqueólogos han encontrado hojas de tabaco en tumbas de la costa central del Perú, cuya antigüedad se remonta a unos 4500 años. Pocos días después del descubrimiento de América, los españoles tuvieron conocimiento del empleo del tabaco por los aborígenes.

Esta planta requiere un complejo y meticuloso trabajo y amorosos cuidados para el logro de la calidad en la hoja, que es su característica principal. Como el mejor del mundo es reconocido y considerado el tabaco cubano. La selección de los terrenos idóneos para las vegas, el mejoramiento genético al cual es susceptible este cultivo y una arraigada tradición en la industria tabacalera, contribuyen a su calidad inigualable.

La coca, arbusto de cuyas hojas se extrae la cocaína, era también usada, según el padre Las Casas, por los indios cubanos en sus ceremonias, de igual forma que en Perú, de donde se cree originaria. Aunque la cocaína es de gran utilidad en la Medicina, su empleo indiscriminado como droga alucinógena, convertido durante el pasado siglo en lucrativo negocio, es combatido por organizaciones progresistas y gobiernos de todo el mundo.

OTRAS PLANTAS ESTIMULANTES El mate es una planta americana cuyas hojas se emplean como las del té, es una bebida estomacal, excitante y nutritiva. Conocida también como té del Paraguay y té de jesuítas, es la infusión preferida por los argentinos.

El pulque y el mezcal, licores de gran aceptación en México, son elaborados a partir de magueyes, término generalizado para numerosas especies del género agave, que constituyen parte de la vegetación típica de ese país. En las Antillas y Centro América crecen también algunas muy apreciadas por la fibra que se extrae de sus hojas, tal es el caso del henequén.

LOS COMESTIBLES Aunque sería extensísima la relación de vegetales comestibles de gran cultivo en el Caribe tropical, mencionaremos sólo algunos de los que eran ya cultivados por los aborígenes, como la yuca, el boniato o patata dulce, el maíz, los frijoles, el ají, el maní y la calabaza, además de una gran cantidad de frutales. De todos ellos, fueron la yuca y el maíz los de más extenso cultivo y constituyeron la base alimentaria de nuestros más lejanos antecesores.

LOS PULMONES VERDES DE LAS CIUDADES Con su función como depuradores de la atmósfera, atenuadores de polvos y ruidos, y su indispensable presencia en el paisaje caribeño, los árboles se yerguen como verdes y fragantes pulmones de las ciudades. Grandes laureles, almendros, algarrobos, ocujes, júcaros, jagueyes, flamboyanes y variedades de palmas ofrecen su sombra en avenidas, parques y carreteras.

S.O.S. La desertificación amenaza hoy a la tercera parte de la superficie del globo terráqueo; es el resultado de largos y complejos procesos, paradójicamente vinculados al desarrollo de la civilización. Los dos elementos más importantes para la vida son la tierra y el agua, pero su estabilidad y existencia están indisolublemente unidas a las de los árboles: protegerlos y amarlos es salvaguardar la vida presente y la de generaciones futuras. Hagamos nuestro este principio ecológico mundial: Esta tierra no la heredamos de nuestros padres, sino que se la hemos pedido prestada a nuestros hijos.