CAYO COCO. Jardines del Rey
En Cuba existe un sitio especial para los amantes de las aventuras o de un verdadero descanso. Se trata de la cayería centro-norte del país, parte del Archipiélago Sabana-Camagüey, espacio bautizado en épocas coloniales (1522) como Jardines del Rey en honor al monarca español Fernando El Católico.
Mientras el avión aterriza en la ciudad de Ciego de Avila, en el centro cubano, todo el viaje parece monótono, pero minutos después la aventura comienza. Pocos minutos después aparece el mar. El vehículo se dirige directamente hacia la Bahía de los Perros y penetra en ella, como en un viaje endiabladamente mágico.Es una vía que conecta la tierra “firme” con los cayos norteños, donde se encuentra el paraíso turístico de más realce en estos momentos en Cuba. En las proximidades de los cayos surge ante la mirada un sitio de observación, el parador La Silla, donde se puede descansar y mirar alrededor. Allí existe un pequeño criadero de cocodrilos yaves, además de obtener una vista de la parte sur de la cayería. El Adelantado Diego Velázquez reconoció en 1522 las bellezas del lugar y las otorgó al soberano de su país. Ese puede ser el principio de toda una historia que hoy cuaja para el turismo. Es el sitio de los Cayos Coco, Guillermo, Paredón Grande y Antón Chico. La perspectiva es también embarcaderos de fuerte infraestructura para permitir viajes con mejores equipos, un buceo contemplativo insustituible y acaparar con la vista esos lugares de excelencia. Cuenta Cayo Coco con un aeropuerto de 1.500 metros de pista, por lo tanto sólo aterrizan aviones de pequeño porte. Cayo Coco constituye el cuarto islote en extensión de la República de Cuba, con 370 kilómetros cuadrados y 22 kilómetros de playas virginales, además de abundancia de vegetación, sobre todo manglares y cocoteros. Cayo Guillermo es de menor tamaño con 18 kilómetros cuadrados, donde destaca la playa El Pilar - en honor al barco de Ernest Hemingway, de igual nombre -, con dunas de hasta 16 metros de alto. Por allí se encuentran plantas como las caobas, sabinas, almácigos, manglares y cocotrinas, todo un jardín apenas soñado. Muy cerca se ubica una barrera coralina de 400 kilómetros, considerada por algunos expertos como la segunda mayor del mundo tras la australiana. Este es el mundo de la cayería, un sitio inolvidable al cual acuden cada día gente que desea estar lejos del mundanal ruido.
LAS VERDADES DE LA CAYERIA
Abarca esa zona turística cayos que antes eran sólamente el espacio de carboneros y pescadores, abandonados a su suerte en un remoto paraje donde se estableció, hace mucho, el reinado del Ibis Blanco. Este es una ave brillante, ahora un poco escaso, que popularmente se conoce como el Pájaro Coco, de ahí el origen del nombre de ese islote de maravillas. Algunos recodos de playa reciben olas más fuertes y se puede nadar al poco rato de adentrarse en la mar, pero otros espacios tienen un puente largo, hundido en las aguas, para que los bañistas no tengan que caminar mucho con el agua a los tobillos. La brisa fresca durante el día atenúa el calor sofocante que en esta isla prevalece todo el año, sin embargo, el atardecer obliga a los turistas a colocarse alguna prenda de abrigo que proteja de un frío suave. Arbustos de baja estatura, arena fina, espacios donde el silencio siempre está acompañado del murmullo del mar, inspiran, lógicamente, la poesía, la aventura y el romance, y los recuerdos luego se ven marcados por un lugar de variada influencia y constante virginidad. Ese sitio tendrá un empaque final de mas de 22.000 habitaciones en toda su extensión, con edificaciones, enredadas entre la vegetación. Pero al margen de esas comodidades, el mar, los espacios solitarios, la posibilidad de descender al “mundo silencioso” con equipos de buceo, los paseos, todo ello acompaña los sentidos con ese don humano de imaginarse los tiempos de antaño, los viajes de piratas, el deseo de escapar de la turbulencia de la ciudad.
El Rancho La Güira
Reinaldo Abreu Figueroa, a quién todos conocen por el Tio; lleva 11 años trabajando allí y nos va a hacer de guía a la hora de descubrir este maravilloso paraje.
¿Por qué le llaman el Tio? Ese nombre viene desde 1970, cuando iba a estudiar meteorología y al salir acudía con mi sobrino a jugar béisbol. Como íbamos juntos, si yo llegaba antes, los compañeros decían; mira por ahí viene el Tio, por diferenciarme de mi sobrino. Y así me quede con ese nombre y hasta hoy.
¿Cómo comenzó a desarrollarse el turismo en Cayo Coco? Se pensó en aprovechar los recursos naturales de la isla, sus playas, su buen clima. Yo llegue aquí a montar una estación meteorológica en 1986. Poco después empecé a contactar con investigadores que se apoyaron en mi como guía, al ser un buen conocedor del Cayo. Gracias a ellos, amplié mis conocimientos sobre el cayo, su geografía y las demás ciencias que ellos iban aplicando aquí. Así comencé a trabajar con el turismo y fui dando a conocer la zona.
¿No existen rutas señalizadas para internarse en el bosque?. Sólo hay tres senderos señalizados. Muy pronto van a existir más. El Cayo tiene riqueza natural como para hacer un parque natural. Teniendo en cuenta la situación de los vientos, hay que planificar los senderos, para posibilitar la visión de los animales cuando se recorran. Si cuando caminamos por uno, el viento sopla desde detrás no veremos ninguno ya que los animales nos olfatean y se esconderían.
¿Dónde se puede conseguir información para visitar estos caminos? Hay que acudir a los bureau de información de los hoteles, pidiendo ver al Sitio la Güira, que es desde dónde se puede partir.
¿Cuando se descubrió Cayo Coco? Cayo Coco forma parte del archipiélago Jardines del Rey, bautizado así por Diego Velazquez en honor al Rey de España. Fue descubierto en 1492, por Cristóbal Colón.
¿Cómo animaría usted a los turistas a conocer el Cayo? Hay que trabajar con el gusto de los turistas, Cada país y sus turistas son diferentes. No tienen nada que ver los españoles con los italianos..
Para que los turistas lleguen a conocer bien el Cayo y a interesarse por los senderos, nosotros como revista ¿podemos indicarles a quién deben dirigirse? Como no. Pueden hablarles de mis compañeros y de mi. Nosotros estamos empezando con el turismo. Díganles que pregunten por el Tio, de la Güira.
Para acabar ¿Podría definirnos Cayo Coco? Es un jardín natural con una gran belleza en su entorno, que posee grandes recursos naturales; bosques, playas, diversas formas de vida animal. Deben venir a conocerlo.