Una ventana abierta a los jóvenes creativos
Recientemente se ha celebrado en el pabellón de Italia de Barcelona, aledaño al recinto de la Feria de Muestras, al lado de la plaza de España, la 12ma. edición de Swab, la feria de arte contemporáneo que reúne a jóvenes artistas a través de galerías ya consagradas y otras de reciente creación. En total se han mostrado las obras de trescientos artistas que han ocupado los espacios de setenta y cinco galerías procedentes de una veintena de países, principalmente de España y América Latina. En esta edición la afluencia de público ha sido superior a la del año pasado, ya que la han visitado quince mil personas, con un aumento de tres mil —un veinte por ciento— que, aun no siendo un número muy considerable para una feria, sí lo es en este caso por sus singulares características, teniendo en cuenta que se trata de un certamen donde predomina el arte emergente, con unos precios asequibles que van desde los veinte euros (una publicación) a los setenta mil, aunque los precios en general se adaptan perfectamente a los bolsillos de cualquier coleccionista. Según su director, el arquitecto y coleccionista barcelonés Joaquín Diez-Cascón, quien junto a su hija Carolina es el fundador, nos informa que el setenta por ciento de las galerías venden, aunque no se dan a conocer los resultados económicos debido a la confidencialidad de los galeristas.
Ocurre la circunstancia de que la feria no ha coincidido con la Barcelona Gallery Weekend, donde más de una veintena de galerías de la ciudad inauguran a la vez, y que permite al público descubrir nuevas propuestas artísticas que dan a conocer tanto el arte contemporáneo como las vanguardias históricas.
Aparte del Programa General, en el que se incluye por primera vez la subsección Emerging, donde exponen galerías con menos de cinco años de existencia, en esta edición se han presentado las siguientes propuestas: Swab Seed, con espacios independientes que se adentran en la parte más innovadora del arte; Swab Reading, que ofrece el concept store editorial, que permite al público conocer otras maneras de arte a través de los libros; Swab onpaper, comisariado por Carolina Diez-Cascón, que ofrece el trabajo de artistas relacionados con la abstracción geométrica como «recurso de expresión del espacio, inestable y lleno de desequilibrios»; MYFAF (My First Art Fair), espacio en que muestran sus obras las galerías que aún no han participado en una feria internacional; Swab Ephemeral, que comisaria Caterina Almirall, donde se presentan trabajos de artistas originados en residencias como Barcelona Hangar, Fabra i Coats y La Escocesa; Swab performance, comisariado por Alexandra Laudo, donde el arte digital es el principal protagonista; Swab Thinks, que presenta un ciclo de charlas, dándose a conocer el trabajo de la Fundación Josep Santacreu, que «tiene como objetivo visibilizar el talento artístico desde una posición integradora de personas con diversidad funcional, enfermedad mental o en riesgo de exclusión», y también el Centro Espronceda, que trata la figura del comisario actual y de la mujer en el contexto artístico; y Swab Kids, como espacio infantil, gracias a la aportación de la Fundación Ernesto Ventós.
Como novedades se han presentado las secciones de Swab Video Box. The Identity Show, en el que se explora la creación mediante el videoarte, en colaboración con Aesthetica Magazine, cuyas propuestas giran en torno a las tensiones existentes en las relaciones humanas, y, sobre todo, México en femenino, gracias a la aparición de cinco artistas mexicanas representadas por cuatro galerías de su país que reivindican el papel de la mujer dentro de la historia del arte. Este año hay otra novedad sobresaliente: poder visitar la feria a tiempo real vía online y adquirir obras gracias a la plataforma Artsy.
De las setenta y cinco galerías presentes, veintidós son latinoamericanas, o sea, el treinta por ciento, incluso más que las procedentes de Barcelona, con quince, lo que indica la importancia que ha adquirido el continente americano.
Respecto a las galerías del continente americano y Portugal, comentaré sobre los artistas que me han parecido más interesantes. Por países, en primer lugar, la presencia de Perú se centra en dos galerías, una de su capital, Fixed Project Lima, y la otra de Callao, a través de Tokio Galería, donde destaca Sujetka Val y sus creaciones conceptuales.
Procedentes de México hay diversas galerías. De su capital hay dos: Janet 40, con los trabajos de Julieta Gil; y Pequeños bribones, con la obra de María Conejo, quien siente una gran atracción por el dibujo en blanco y negro. De Tijuana procede la galería Deslave, con los artistas Lucía Vidales y Alida Cervantes. Ambas se mueven dentro de la pintura figurativa, tratando el color y la forma desde una óptica expresionista. De Querétaro, Galería exhibe unos excelentes trabajos de Berta Koltenluk, a través de sus creaciones abstractas, en las que se sumerge en el terreno del informalismo gestual y tachista. Y finalmente, fuera de este ámbito, la galería Casa Equis, también de la capital mexicana, con los paisajes y las escenas de la vida cotidiana desde una línea cercana al neo-pop de las obras de Emilio Lameiras.
Junto a México, Argentina es el país latinoamericano más representado en Swab, sobre todo las galerías de su capital: Quimera, con las abstracciones geométricas monócromas de Guadalupe Ortega o los interiores y bodegones desde la óptica neocubista de Nacho Canvas. De Wunsch Gallery son muy interesantes las fotografías digitales de Rodrigo Reinoso, mostrando el cuerpo desnudo de un hombre, y de Andres Denegri, por su instalación fílmica en el Pabellón 4Arte Contemporáneo. En Miranda Bosch Gallery, Andrés Arzuaga exhibe sus abstracciones lumínicas, con un cierto predominio del negro. La galería Gachi Prieto, con Andrés Waissman al frente, muestra una obra plenamente abstracta y monócroma. Sabrina Merayo se acerca al mundo conceptual con sus pequeños objetos imposibles. Granada Gallery exhibe las obras de Valeria Traversa y sus abstracciones geométricas plenas de sensibilidad. Asimismo, las fotografías antiguas en blanco y negro e intervenidas con óleo de Lucas Garsés recuerdan de algún modo al dadaísta y surrealista Man Ray. De los Andes proviene la galería La Arte, de Salta, con diversas propuestas entre esculturas, instalaciones, obra gráfica y pintura.
De Costa Rica, la Galeria Petrus de San Juan exhibe los acrílicos de Bobby Cruz, mediante una figuración muy contemporánea, cuyo protagonista es el color rosa. También de la misma ciudad, la galería Km 0.2, con Michael Linares y sus objetos colgados, que están más cercanos al arte povera que no al arte conceptual. Y por último, la galería Embajada, con dos artistas que muestran unas obras de enormes dimensiones, tanto en la pared, a modo de tapiz (Gabriella Torres Ferrer), como en el suelo, en una alfombra (Raúl Martínez).
De Santiago de Chile estuvo la galería Factoría Santa Rosa, con la aportación de Felipe Rivas San Martín, mediante unas imágenes digitales impresas en blanco y negro sobre lona plástica de mujeres desnudas procedentes de alguna de las culturas chilenas.
La presencia de Brasil no es muy numerosa, ya que solamente hay dos stands, uno que corresponde a Noadress Gallery, de Río de Janeiro, con Andrea Saltini, que muestra unas piezas donde se perciben unos rostros infantiles que aparecen en distintas zonas de la composición que rompen la armonía existente en un paisaje cromáticamente exacerbado y a la vez de una gran expresividad gestual. El otro es la galería Luciana Caravello Arte Contemporanea, con un solo representante: Alexandre Mazza, que exhibe Waters, una serie de obras en la que intenta «llamar la atención sobre los milagros que nos rodean». De Portugal estuvieron las galerías lisboetas Las Palmas y The Switch, esta última con las pinturas azules de Skoya Assemal-Tessandier, que parecen evocar a Yves Klein.