En el centro se puede saber cuál es el sabor de un pueblito mexicano. Calles bulliciosas, casitas de un piso, la plaza principal con la majestuosa Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, puestos de fruta y dulces. Amplia variedad de restaurantes, galerías de arte, tiendas de artesanía y ropa completan la escena.

IMPRESCINDIBLE Dedicar unas horas o un día para vagar sin rumbo ni prisa por sus calles, sin dejar de subir hasta el cerro, en el área llamada Gringo Gulch. Tomar un jugo de frutas, visitar las galerías de arte o comprar un recuerdo de su maravillosa artesanía. Eso sí, con zapatos muy cómodos…deje el calzado formal para la cena.