Alberto Lescay. Arte y Fe
El artista plástico santiaguero celebra su cumpleaños 60 con una exposición personal. Prolífico creador, fiel a esa parte de sus raíces llegada allende los mares, presenta nuevas piezas inspiradas en esos influjos entre los que creció, atemperó su carácter y fijó desde hace algún tiempo cada acto suyo de creación.
La influencia etérea de mágicas sensaciones conmina al artista, lo invita al tributo a su Nganga –nombre de su más reciente exposición personal–, el cual convierte en obras, en piezas tangibles que hacen terrena esa espiritualidad. Mas, sabe el artista que las líneas que dibuja son revelaciones de su existencia misma. Cuadros y platos cerámicos revelan una contagiosa espiritualidad. Con cada uno de ellos, Lescay hace manifiestas sus raíces, aquellas que tocan su alma, su esencia, su fantástica e irreversible fuerza. Nganga es una invocación cromática perceptible a los sentidos, pero sobre todo lógica reverencia a su fuente de inspiración. Génesis Apenas 16 años y ya el adolescente era premiado en el Salón de Jóvenes Artistas de Santiago de Cuba, un comienzo que marcaría su vertiginoso andar dentro del mundo de las artes plásticas. La Escuela Taller de Artes Plásticas de su provincia natal, la Escuela Nacional de Arte Cubanacán, en Ciudad de La Habana; y la Academia Repin de Leningrado lo nutrieron del tan necesario conocimiento técnico que más tarde lo haría destacarse en su desempeño profesional. La academia dio paso a un hacer más experimental que le valió reiterados reconocimientos en exposiciones dentro y fuera de Cuba. Su graduación de Maestro en Arte en la especialidad de escultura, arquitectura, pintura y gráfica amplió sus posibilidades de creación. Multifacético, fértil, de insondable vigor creativo, antes de descubrir el tema mágico-religioso, que se ha vuelto muy recurrente en su obra, dejó una huella indeleble en el movimiento escultural de la Isla. Un Maceo enérgico domina la Plaza de la Revolución de Santiago de Cuba, la escultura en bronce eterniza la mayestática presencia del héroe mambí y con ella al artista. Sólo 40 años de vida y legaba el elemento principal de un complejo monumental que indiscutiblemente lo sobrevivirá. Privilegio multiplicado en la escultura del Che, el monumento a Maurice Bishop, el busto de Mella, de Martí, la esfinge dedicada al Cimarrón, su homenaje en bronce a Wifredo Lam, interminable lista que perpetuará por siempre su presencia, principalmente en la geografía de su patria. Su arte y la fe… ¡Cómo negarse esos «alumbramientos» en los que arte y espiritualidad se hacen un todo! No puede el artista apartarse del camino que sus «seres omnipresentes» le muestran, él no conoce de irreverencias, ni desafueros, respeta el poder místico de sus ancestros y a ellos dedica sus enigmáticas metáforas.
Sitio web del artista www.albertolescay.com