Iván LinsUn hombre iluminado
Carioca de nacimiento, ex miembro de la selección de voleibol de Brasil en su juventud, ingeniero químico, Premio Grammy y, sobre todo, un músico muy inspirado, en esta entrevista exclusiva con Excelencias, el maestro brasileño reconoce su gran amistad con el cubano Chucho Valdés, su admiración por La Habana y que se siente poco entusiasta con las posibilidades de triunfo de su selección en el próximo Mundial de Fútbol 2010, en Sudáfrica.
Cuarenta años después de graduarse como ingeniero químico en la Universidad Federal de Río de Janeiro, Iván Lins aún no se explica qué móviles lo llevaron a optar por esa especialidad tan poco afín a la música. Nos lo hace saber en esta conversación que, inevitablemente, pasa por unos primeros momentos de intercambios introductorios y precisiones; y en la que desde el principio hace gala de su capacidad de expresarse con imágenes, siempre en tono jovial y hasta con lirismo, lo que bien explica la belleza de sus composiciones. Vamos entrando en materia y le comento «han pasado 14 años desde su primera actuación en La Habana y en aquella oportunidad, como en todas las posteriores, ha compartido escena con el maestro Chucho Valdés… con quien parece tener una relación de mucho afecto». Y dice Lins: «Somos como hermanos de alma. Tenemos una conexión fortísima, en especial porque somos brasileños y cubanos. Creo que hay una relación muy fuerte entre nuestros países en muchos ámbitos, pero especialmente profundos a través de la música, por la cultura negra que heredamos de África, como de un tronco común. «Además siento que Chucho es como yo, que tengo a la música como un sexto sentido. Además, tocamos los mismos instrumentos, tenemos el mismo pensamiento en cuanto a la música, la escuela es básicamente la misma, la clásica claro está, en la que entran el movimiento impresionista, los rusos -que son fabulosos- y el jazz, el cual mezclamos con nuestras raíces, nuestra identidad, con pensamiento y creatividad, que es algo muy positivo. «Un hombre creativo es un hombre importante, es un hombre iluminado, como un ángel; y uno de los más importantes ángeles que yo conozco, se llama Chucho Valdés.» Lins nació en el barrio de Tijuca, en Río de Janeiro; y como todo buen carioca siente un orgullo tremendo de su ciudad. Igual lo siente de su país, grande, diverso, que en muchos sentidos es muchos países a la vez, de los que asegura, también se siente parte. Entonces ejemplifica: «nosotros los brasileños podemos decir que tenemos un pequeñito pedazo de Caribe en el norteño estado de Pará. Casi lo es, realmente, pues por el río Amazonas entra toda la música caribeña y entran sus bailes y colores; y si vas a Belem, que es la capital de Pará, verás gente idéntica a las que encuentras por esas islas y escucharás una música muy típica del Caribe, con el que me identifico plenamente por esas influencias y por el amor al mar, a la naturaleza, a la libertad de convivir ofreciendo mi parte más bella que es la amistad, el cariño, la gentileza». «Esto lo siento de manera especial en La Habana, una de las ciudades más bellas del mundo, muy musical y con un pueblo encantador, que en mucho me recuerda al mío, también amante de la vida, del contacto humano; que gusta abrazar, besar; y que te expresa su cariño, su hospitalidad. «Yo debo reiterar en esta ocasión algo que he dicho otras veces y es que si La Habana es restaurada totalmente, será una ciudad imbatible, porque tiene toda la historia de la arquitectura desde el siglo XVI hasta hoy, por lo que recorrerla es una lección, un placer, como pasear por un museo vivo de arquitectura.» Vamos hablando con Iván de muchos otros temas; de su gusto por el tabaco, tópico infaltable pues ha venido a la capital cubana a participar en el concierto inaugural del XII Festival del Habano, invitado por su amigo Chucho; e incluso, de fútbol, ya que alguien que nos acompaña quiere escuchar de su voz algún pronóstico a propósito del Campeonato Mundial en Sudáfrica, pues es amante de este deporte y tiene hacia ese mundo un profundo apego, debido a que en sus años mozos, integró la selección de voleibol de su país. «No sería capaz de decir que Brasil pueda ganar esta vez. Sí creo que puede avanzar y llegar a las finales, pero tiene a España, que es un equipo maravilloso; y a los que siempre llegan, italianos y alemanes. Así que lo veo difícil», responde. Hacemos un alto. Iván Lins enciende un tabaco y confiesa, «por primera vez me fumé uno cuando cumplí los 50 años». Antes fumaba cigarrillos, pero los dejó después de perder la voz en medio de un concierto. Pensó «Dios, ya no puedo» y decidió ser un poco más estratégico: «cuando no tengo nada de conciertos, ni presentaciones, yo me zambullo de cabeza en los Habanos, porque es una de las cosas que realmente me dan un placer inmenso».
Los brasileños tenemos un pequeñito pedazo de Caribe en el norteño estado de Pará. En Belem, su capital, verás gente idéntica a las que encuentras por esas islas y escucharás una música muy típica del Caribe, con el que me identifico por esas influencias y por el amor al mar y a la naturaleza
Sin mucho más tiempo para otros temas que ya le había anticipado, el músico me pidió dejarlos para una próxima oportunidad: unas palabras sobre Ella Fitzgerald, que fue la primera artista que interpretó una canción suya fuera de Brasil; sus fórmulas de creación para alcanzar tanto éxito en su carrera musical; sus vínculos con el mundo de la televisión a través de la telenovela y otros géneros y producciones para las que ha producido música; su trabajo conjunto con Vítor Martins, coautor de una parte significativa de sus hits. «Eso lo haremos, pues no dejaré de volver a La Habana una y otra vez.».