En agosto de 2019 Emporium Cigars, Distribuidor Exclusivo de Habanos, S.A. en Brasil celebró su primer concurso Habanos World Challenge (HWC), en São Paulo. El certamen fue ganado por Sergio Cimerman y Claudio Haase, quienes presentaron su Habanos Moment con Cohíba Talismán y Porto Taylor´s 1966. La pareja representa al gigante suramericano en la III edición del Habanos World Challenge Internacional en La Habana, como parte del XXII Festival  del Habano. Un suceso que, al decir de ambos participantes, significa la realización de un sueño personal. Con ellos conversó Excelencias, para conocer sobre sus vivencias y expectativas.

 

Ustedes poseen una experiencia previa en este concurso. ¿Cuáles fueron los momentos más exigentes que enfrentaron? 

Nuestra experiencia fue en la etapa nacional de Brasil, realizada en la ciudad de São Paulo en dos etapas, donde participaron amantes del Habano de todo el territorio nacional. La primera fase fue de conocimiento técnico con preguntas en formato de test en La Casa del Habano, seguido de un coctel para los participantes, con la clasificación de 5 parejas para la gran final realizada en el Restaurante Iulia en Jockey Club. El momento más exigente fue la degustación a ciegas. 

Aseguran Sergio Cimerman y Claudio Haase que el desafío más duro para ellos fue el estudio de todas las marcas de Habanos, ya que el mercado brasileño no las comercializa todas, y para la etapa en La Habana esta también es la mayor complejidad: acercarse a marcas que les pueden resultar desconocidas. No obstante, se sienten emocionados y contentos de poder mostrar su conocimiento y así honrar de la mejor forma a Brasil y Emporium Cigars, que los está apoyando en todos los sentidos.

Además de afilados conocimientos sobre los mejores puros Premium del mundo, para intervenir en una competencia de este nivel se necesita mucho estudio y conocer el Habano con profunda técnica. Por eso, para el binomio brasileño es importante nutrirse de información en libros, internet y apoyarse en la experiencia de amantes del Habano que lo degustan desde hace mucho tiempo. Asimismo, consideran fundamental tener la capacidad de extraer lo mejor de un Habano, crear una memoria degustativa que permita hacer un maridaje con bebidas de todo tipo, y tener siempre en cuenta el estado de ánimo, pues “el espírituu siempre influye en la fumada”, precisan.

Médico en infectología es Sergio Cimerman, quien labora en una clínica privada y dedica parte de su quehacer a atender a la población carente. Cuenta que nunca pensó que podría quedar cautivado por el tabaco, “pero como tengo un lado gourmet en mi vida, noté que el Habano no era simplemente tabaco. Descubrí que me aportaba notas muy parecidas al vino, que es mi otra pasión. Empecé entonces a disfrutarlo y ya no paré. 

“Un buen Habano es igual al buen vino: una experiencia gastronómica sublime que te proporciona un gran placer. No hay necesidad de ser rico para fumar un Habano, este concepto está equivocado y debe ser combatido, pues usted puede fumar uno de marca y precio menor; sin prescindir del placer de disfrutarlo en el momento adecuado”. 

Cimerman y su compañero Claudio Hasse, quien es abogado, afirman que un tabaco cubano es sinónimo de un momento único. “Cuando estamos bien, fumamos un Habano para relajar, disfrutar en buena compañía, pensar en la vida. Cuando estamos mal, ayuda a buscar una solución, a ahuyentar el estrés. Definitivamente, fumar un Habano es la mejor parte del día”.

Representar a Brasil en la tierra del mejor tabaco del mundo es meta, anhelo y reto al mismo tiempo. Un sueño que se hizo realidad, porque podrán estar en contacto directo con las mejores marcas, los mejores torcedores, los mejores maestros.

“Cuba y el tabaco cubano siempre generan curiosidad y constituye una gran responsabilidad poder representar un país en un certamen de tanto prestigio mundial”, opinan Haase y Cimermann.

“Ser parte del Festival del Habano es el momento de mayor felicidad para los amantes del tabaco cubano. Vivir cada día del evento e intercambiar con los amigos de todas las partes es mágico. Los lanzamientos tan esperados nos hacen sentir como niños; la misma sensación provocan las fiestas, las plantaciones, las fábricas… Es una semana totalmente dedicada a una pasión. Estar en La Habana, estar en Cuba, es sinónimo de orgullo y respeto por esta tierra de personas queridas y lindas en todos los sentidos”.