Turismo en CUBA 2019 y PERSPECTIVAS 2020
En estos últimos dos años, el turismo internacional en Cuba como actividad económica se ha visto limitado en su desarrollo por problemas estructurales endógenos de la economía de difícil solución. Entre los más relevantes están la insuficiencia del ahorro doméstico, la escasez crónica de divisas y de financiamientos externos, las distorsiones en el sistema de precios relativos derivadas del uso de un tipo de cambio sobrevaluado, los mercados segmentados y la dualidad monetaria y cambiaria, entre otros. Este escenario ha contemplado la permanencia y recrudecimiento de las restricciones comerciales, económicas y financieras impuestas por el gobierno estadounidense, que mostraron su peor cara a partir de la segunda mitad del año 2019.
UNA MIRADA AL ESCENARIO INTERNACIONAL
El aumento de las tensiones globales ha impactado negativamente en muchos países, que son tradicionalmente emisores de viajes y turismo para Cuba desde Europa. El año 2019 demostró claramente que el orden económico internacional enfrenta incertidumbres y transformaciones que revelan el agotamiento y las limitaciones del actual modelo de desarrollo; dando cuenta que la recuperación económica será lenta en los próximos años.
Desde Europa, los principales mercados turísticos se han visto afectados por la prolongada incertidumbre ante la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit); lo que ha provocado el colapso de Thomas Cook, uno de los mayores operadores mundiales de turismo y viajes; perturbando también a varias aerolíneas, que han afectado los viajes a 38 países, particularmente de América y Europa, cancelando 8,6 millones de asientos de avión en los últimos tres meses de 2019.
Ante estas realidades, que indican que el turismo deberá enfrentar tiempos tormentosos que ralentizarán su crecimiento; la expansión del SARS-Cov2 coadyuva a que el escenario se torne aún peor, con pronósticos muy negativos para los próximos meses. No obstante, como en anteriores ocasiones, la industria de los viajes y el turismo mostrará su rápida capacidad de recuperación ante situaciones similares.
Hay que agregar que la desaceleración de los viajes y el turismo internacional a la subregión del Caribe en particular, de la que Cuba no está exenta, ha estado influenciada en los últimos años por tres factores principales: el surgimiento de nuevos destinos emergentes en varias subregiones del mundo, que compiten fuertemente con el turismo caribeño; la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos; y la ausencia de una renovación real y efectiva de los productos turísticos en la oferta.
EL TURISMO EN CUBA EN 2019
A pesar del actual escenario perverso, y desde el comienzo de la apertura de Cuba al turismo internacional, la situación económico-financiera de la isla, las restricciones del gobierno estadounidense mantenidas durante muchos años, las sanciones y la persecución de activos cubanos por parte de la Oficina de Control de Activos (OFAC), se mantienen y se ratifican con las restricciones del gobierno estadounidense ampliadas constantemente con nuevas regulaciones en 2019. Ello es un impedimento real y significativo al arribo de visitantes, al cumplimiento del plan de desarrollo y a la calidad del servicio turístico.
En el año 2019 las llegadas internacionales reportaron 4 275 561 visitantes, un decrecimiento de 9,3% en relación al año anterior. A pesar de las restricciones, viajaron desde Estados Unidos 1 051 433 residentes en el territorio vecino, de ellos, 552 895 cubanoamericanos y 498 538 estadounidenses; ninguno lo hizo como turista, pues las regulaciones prohíben hacer turismo en esta isla caribeña.
Resulta significativo el decrecimiento de los mercados emisores tradicionales europeos, lo que confirma que factores políticos y económicos de alcance global, generadores de incertidumbres en varios mercados del viejo continente, inciden negativamente en el turismo.
Los resultados reportan 19 366 871 turistas días, un 1% de incremento en relación a 2018, con un ingreso turístico de poco más de 2,616 millones de cuc.; ligeramente superior al año anterior. En este sentido, los crecimientos del turismo de estancia procedente de Canadá y Rusia coadyuvaron a mejores resultados en este indicador.
En 2019, la infraestructura de alojamiento cerró con 74 211 capacidades alojativas distribuidas en 422 instalaciones, en que el 74,7 % de las habitaciones corresponden a la modalidad de playa, con 188 hoteles. El alojamiento para el turismo masivo de sol y playa concentra el 85,6 % del total de habitaciones 4 y 5 estrellas del país.
Según estudios de tendencias del mercado, publicados por World Tourism Cities Federation (WTCF), el turismo urbano o turismo de ciudad cobra importancia debido al crecimiento de estos segmentos de viajeros con mayores ingresos y motivados por la cultura. En este sentido, el plan de desarrollo hotelero del país, para los próximos años, deberá enfocar sus esfuerzos en la construcción y remodelación de hoteles de ciudad con categoría 5 estrellas, y en algunos casos superior, en especial en las ciudades de La Habana y Santiago de Cuba.
En el ámbito de la gestión y comercialización hotelera, el año 2019 cerró con 105 contratos de administración hotelera firmados con 21 gerencias extranjeras de diez países, que involucran a 132 hoteles con 50 207 habitaciones, algunos de estos en proceso constructivo.
CUBA EN 2020, TRANSITAR CON INDEPENDENCIA Y SOBERANÍA
Actualmente, el turismo y los turistas son otros; el concepto de las vacaciones ha variado, la forma de disfrutarlas es diferente, la explosiva aceleración de las altas tecnologías está presente en todas las etapas del viaje y marcan los derroteros que deberán seguir los destinos turísticos de cada territorio, apoyados por las políticas gubernamentales.
Para el sector turístico cubano, el 2020 representará un año colmado de grandes obstáculos y retos: una intensificación constante en las restricciones impuestas por el bloqueo y la política estadounidense; el enfrentamiento a la pandemia SARSCov2, cuyas consecuencias afectarán los flujos normales de visitantes internacionales; la adaptación al cambio climático y otros fenómenos meteorológicos; y la falta de recursos financieros para continuar los proyectos del plan de desarrollo.
La posibilidad que tiene el sector turístico cubano de apropiarse de los beneficios del turismo depende de varios factores internos; uno de estos es la competitividad de la industria local y su capacidad para proveer a las empresas del sector en la tan necesaria sustitución de importaciones. Ningún país puede tener éxito en su desarrollo turístico alejándose de la esfera de la producción endógena.
La inversión en la infraestructura resulta indispensable en el proceso de desarrollo turístico. En este aspecto, pueden hacerse grandes hoteles, magníficos puertos, aeropuertos y carreteras; pero el real aporte al desarrollo se materializa en la medida que los sectores productores de alimentos, bienes y servicios incrementen aceleradamente sus acciones y producciones; facilitando entonces el aprovechamiento eficiente de las infraestructuras.
La actual coyuntura exigirá un esfuerzo inclusivo que garantice la sustentabilidad mediante la innovación constante, apoyado en el crecimiento de los demás sectores productivos, como respuesta a los cambios del mercado, y que dinamice realmente la economía, manteniendo un equilibrio con lo ambiental y lo social.
Fomentar y ampliar la oferta de los destinos turísticos cubanos responde no solo a la necesidad de incrementar la capacidad de financiamiento proveniente de fuentes externas; también contribuye a elevar la satisfacción espiritual y material de la mayor parte de la sociedad cubana que accede a esos destinos, que se siente parte de ellos y que piensa como país.