- Un rayo de esperanza
Para cualquier persona aquejada de cáncer, conocer de la existencia de un tratamiento que le brinde la oportunidad de sentirse mejor desde el punto de vista físico y anímico, prolongue los períodos libres de recaída y pueda tener incluso repercusiones positivas en materia de supervivencia, significa encontrar un nuevo resquicio para el alivio y la esperanza.
Por ello tantos pacientes oncológicos de Cuba y el mundo agradecen hoy a su industria biotecnológica, así como al saber de sus médicos especialistas por el desarrollo reciente de vacunas terapéuticas y anticuerpos monoclonales que han venido a ser como un rayo de luz para quienes sufren por esta enfermedad escurridiza, que no respeta edades ni latitudes.
Escuchar al estadounidense Mick Phillips, por ejemplo, con cinco años viajando a la isla caribeña para consultas de seguimiento en el Centro Internacional de Salud La Pradera y para llevarse escondidas a su país nuevas dosis de CIMAVAX EGF®, fue para muchos la mejor confirmación de que los seres humanos son capaces de superar cualquier obstáculo en la lucha por mantener su vida.
Pero tanto CIMAVAX EGF® como Racotumumab, ambas con la etiqueta de vacunas basadas en el principio de la inmunoterapia e indicadas en los tumores de pulmón de células no pequeñas en estadios avanzados, no son más que otras alternativas muy modernas de tratamiento. Su mayor éxito reside en que se integran como parte de un completo programa de oncología que Cuba viene desarrollando desde hace años.
Rectorado por el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR), con el respaldo de otras entidades médicas y de investigación, ese programa también aboga por hacer frente al cáncer desde el concepto de ofrecer bienestar y calidad de vida a personas que les darán un valor muy especial.
Mick Phillips: una voz entre muchas
Numerosos son los reportajes divulgados en los últimos tiempos, con voces de pacientes de todo el mundo que han venido a Cuba para atenderse un cáncer de pulmón, en etapas en que radiación y quimioterapia no garantizan más que algunos meses sin recaída. Entre estos pacientes sobresalen los estadounidenses, porque se ven obligados a quebrantar la ley del embargo para viajar a La Habana en busca de una esperanza de vida.
“No hay duda de que sin esta medicina ya estaría muerto”, aseguró en 2017 a medios de prensa de ese país el señor Mick Phillips, de 69 años y diagnosticado desde hacía más de cinco con la terrible enfermedad. Su testimonio de supervivencia “gracias a la vacuna CIMAVAX” es quizás uno de los más conocidos.
Resulta significativo que el médico de Phillips, el oncólogo Timothy Goggins, de Appleton, Wisconsin, también reconoció que este tratamiento había ayudado a la remisión de su cáncer. “He visto pacientes que responden a la quimioterapia y están bien por un período de tiempo, pero casi todo el mundo recae, y por lo general dentro de un corto período. Vivir cinco años con esto es bastante increíble”, manifestó el especialista.
Estas y otras tantas aseveraciones similares, han propiciado el creciente interés de muchos expertos e investigadores de la industria médica de Estados Unidos por estudiar las alternativas de inmunoterapia desarrolladas en Cuba.