- Bienestar vs. Silencio
Con más de una década de experiencia, el Programa de Urología, Andrología y Salud Sexual que desarrolla la Clínica Central Cira García constituye un servicio líder para la atención integral a la salud masculina en América Latina y el Caribe. “Ponemos en el centro la calidad de vida”, explicó el máster en Sexualidad, doctor Ramiro Fragas Valdés, miembro de la junta directiva de la Sociedad Cubana de Urología y presidente de su Sección de Andrología.
“Muchas veces, cuando un hombre siente que su salud sexual está afectada, sufren en silencio tanto él como su pareja y evitan hablar del tema e incluso buscar ayuda, porque creen que no tienen solución. En ello inciden muchos estereotipos y prejuicios como el machismo, que obstaculiza el acceso a un diagnóstico y tratamiento oportunos”, comentó el experto.
De acuerdo con estadísticas resultantes de numerosos estudios en el mundo y la región, y con las cuales coinciden las investigaciones cubanas, alrededor de un 50 % de los hombres entre 40 y 70 años presentan problemas de erección, asociados al inadecuado control de factores de riesgo y estilos de vida no saludables. “Más de la mitad de ellos no va a manifestar su preocupación ni acudirá a los servicios de salud”, enfatizó el doctor.
Justamente, una de las fortalezas de la Clínica y del Programa es la visión holística con que se abordan estos trastornos, a partir de la atención de un equipo multi e interdisciplinario que cuenta, además, con tecnología avanzada para realizar procedimientos quirúrgicos convencionales, de mínimo acceso y por microcirugía.
“Nos valemos de un amplio grupo de expertos y colaboradores de centros especializados de alto prestigio para poder abordar la salud del paciente de modo integral”, refirió Fragas Valdés, quien enfatizó las ventajas de poner a disposición de los pacientes desde la atención sicológica y clínica, hasta el resto de las especialidades médicas que se requieran para el manejo particular de cada caso.
El Programa contempla el tratamiento de las disfunciones sexuales masculinas, como es el caso de la disfunción eréctil o impotencia sexual. “Disponemos también, para cuando es necesario, de implantes de prótesis peneana, tanto maleable como hidráulica, esta última una técnica novedosa, mucho más simple, estética, rápida y segura”, enfatizó el profesor.
La Clínica tiene a disposición del Programa, además de los tratamientos medicamentosos o quirúrgicos, un equipamiento que incluye las ondas de choque de baja intensidad, las cuales contribuyen a mejorar la revascularización de los cuerpos cavernosos del pene y lograr que el hombre aumente su potencia sexual.
Asimismo, el equipo acumula una vasta experiencia en el abordaje de los trastornos eyaculatorios –ya sea la eyaculación precoz, retardada, retrógrada o ausente– y los del deseo sexual.
Las patologías del pene como la fimosis, la enfermedad de Peyronie y las curvaturas congénitas o adquiridas a raíz de un trauma o microtrauma inadvertido, que provocan la desviación de este hacia una dirección llegando a afectar la erección y penetración; y el traumatismo del pene, dígase la fractura o el pene pequeño, son otras de las aristas de tratamiento del Programa.
El servicio cuenta con las herramientas para realizar la vasectomía sin bisturí con fines anticonceptivos, la vaso-vasostomía microquirúrgica (reversión de la vasectomía), la cirugía del varicocele y otras enfermedades del escroto y su contenido, como quistes y tumores.
La urología tiene dentro de este programa un peso importante. “Abordamos los tumores del aparato genitourinario, litiasis (cálculos) renales y vesicales, las enfermedades de la próstata: cáncer, hiperplasia y prostatitis; infecciones genitourinarias, incontinencia urinaria y trastornos del desarrollo genital, así como el campo de la urología pediátrica”, expresó el entrevistado.
Insistió en la fortaleza de disponer de un conjunto amplio de estudios de laboratorio y medios diagnósticos avanzados para el tratamiento del cáncer de próstata y los tumores de riñón, por ejemplo. También hizo énfasis en el trabajo de prevención y control de los factores de riesgo modificables relacionados con los estilos y calidad de vida.
“Pero, para nuestro equipo, el apego a la ética y la adherencia a los protocolos que deben ser usados en la medicina sexual, nos lleva a transitar de lo menos a lo más invasivo. Evaluamos lo que realmente necesita la persona, y es su bienestar nuestra premisa”.