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El Škoda Yeti es un coche diseñado para circular principalmente por asfalto y con ciertas capacidades para hacerlo también fuera de él. Llegó al mercado en septiembre de 2009 y mide 4.22 m de longitud, 1.79 m de ancho y 1.69 m de alto. Dinámicamente, el Yeti tiene unas reacciones más cercanas a las de un turismo que a las de un todoterreno. Es cómodo y transmite seguridad en todo tipo de carreteras.

En el Yeti se puede elegir entre tres motores de gasolina de 105 a 160 CV y cuatro Diesel de 105 a 170 CV. Todos están turboalimentados. No todos los motores están disponibles con tracción total y hay cuatro tipos de cajas de cambio: dos manuales y dos automáticas de doble embrague (DSG). Con cualquiera de los motores diesel, el Yeti es de los todoterrenos que menos consume.

Fuera del asfalto, el Yeti da un resultado correcto en pistas en buen estado aunque sus neumáticos de carretera no garantizan una buena tracción en zonas de poca adherencia. En función del uso que se le vaya a dar, las variantes con tracción delantera pueden ser suficientes. Lo que lo hace mejor que un turismo para circular fuera del asfalto es una altura libre al suelo mayor (180 mm) y un control electrónico de descenso de pendientes. También tiene protecciones de plástico negro en algunas partes de la carrocería para evitar roces sobre la pintura y sus faros antiniebla están en una posición elevada, donde es más difícil que se rompan. 

El interior es espacioso para cuatro ocupantes y transmite sensación de calidad. Sobresale por la funcionalidad de los tres asientos traseros, que pueden desplazarse longitudinalmente, regularse en inclinación, abatirse y extraerse individualmente, así como por la cantidad de huecos portaobjetos que hay disponibles.