Chevrolet Bel Air 1956, el más popular
El Bel Air está en la familia desde hace diez años, cuando él y su padre fueron hasta Santa Cruz del Norte –70 km al este de La Habana- para adquirirlo. Desde entonces se ha ganado el cariño de todos. Su hermano primero, y luego él, lo usaron para sus bodas, con muy buena fortuna pues ambos matrimonios marchan con toda felicidad. Al momento de juntar estas letras, un primo también hará lo mismo, en lo que ya parece una tradición en la familia.
Viviendo en Matanzas -a 100 km al este de La Habana, y 50 de la idílica playa de Varadero- logró contrato con Taxis Cuba para brindar servicio al turismo, pues los autos clásicos son un furor para quienes visitan Cuba. Desde Varadero realiza excursiones hacia La Habana casi a diario, recorriendo unos 300 km. Por ello, su fiabilidad es algo de lo cual Gabriel se asegura con sus propias manos.
Sin dudas, el Bel Air de Gabriel está soberbio, pero hay muchos así en Cuba. Para llegar al público, a los clientes -nos dice- el auto es sólo una parte, el chofer debe complementarla de forma armónica. El carro nos habla, el sonido de su funcionamiento es su lenguaje. Hay que atenderlo y entenderlo. Luego, la elegancia, sobriedad y mucho buen humor, completan el conjunto. Hay que aportar todo, para que la gente se fije en nosotros, el Bel Air y yo, no solo en el auto, como un objeto: esa es la diferencia.
Chevrolet comenzó a denominar Bel Air a su tope de gama en 1953, en alusión al exclusivo barrio residencial en Los Ángeles, Estados Unidos.
En 1956 tenía un seis en línea de 140 CV, una trasmisión manual de tres cambios y luego había varias opciones, incluyendo el inmortal V8 de block pequeño. Entre los detalles que lo diferencian, el principal era la peculiar forma que creaban sus cintillos laterales, un alarde de fluidez y armonía. Además, había reloj eléctrico, guantera iluminada y con cerradura, y alfombras de piso personalizadas. Un hito de Chevrolet en 1956: la luz trasera izquierda, era la tapa del llenado de gasolina.
El Bel Air sedán de cuatro puertas y seis pasajeros 1956, tenía un precio de fábrica de 2 068,00 USD de la época.
Según comentarios especializados, incluso de los propios estadounidenses, Cuba es el lugar ideal para ver en acción a estos icónicos autos.
Chevy Bel Air 1956, the most popular
This is the most popular Chevy in Cuba. This is confirmed by having won, overwhelmingly, that category in the Iberostar Annual Grand Prize for the Conservation of Old Cars 2018, in Havana. According to its owner, Gabriel Sanchez, the Bel Air has been in the family for ten years, when he and his father went to Santa Cruz del Norte -70 km east of Havana- to acquire it. Since then, the car has won the love of all.