Cuando entras al Parque del Agrimensor (calle Arsenal y Avenida de Bélgica) no puedes menos que detenerte a observar las centenarias locomotoras a vapor, que datan de entre 1878 y 1925, restauradas por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.

Ubicadas muy cerca de uno de los fragmentos de Muralla que aún se conserva en el centro histórico, y justo frente a la Estación Central de Ferrocarriles, dan coherencia a tanta tradición contada por la propia ciudad, en un entorno perfecto para este museo al aire libre.

Con sello popular e ingenio se impone La Maquinaria 1, Monumento Homenaje a los Van Van —orquesta conocida como El tren de la música cubana— del escultor Lesmer Larroza, pieza del 2016, realizada sobre el coche Nº 1816, fabricado por Alco, año 1919, en Estados Unidos, y proveniente del antiguo central Toledo en la provincia de La Habana.  
Asimismo, en el recorrido podemos leer, como vestigios de sus centrales de origen, Central Progreso, o Narcisa, o Mercedita, en los vagones de las vetustas locomotoras… que suman en total cinco —además de la Alco, dos de la Porter; y dos de la Baldwin, fabricantes estadounidenses, firmas con notable presencia en Cuba— para completar la exposición. A las emplazadas en el parque se añaden tres colocadas en la Avenida del Puerto en el área frontal del Centro Cultural Antiguos Almacenes de Depósito San José.

En el proyecto, asumido por la Empresa de Restauración de Monumentos, trabajaron experimentados ferroviarios desde el 2007, no solo en las locomotoras a vapor que hoy se exhiben, sino en un grupo de 40 trasladadas desde diferentes provincias del país para su uso con fines históricos.
 
Al respecto Eusebio Leal comentó: “Debo decir que cada vez que entregan una, es una obra de arte, (…) un espectáculo realmente hermoso a la cultura tecnológica de Cuba, que fue uno de los primeros países del mundo que tuvo una línea férrea…”.

Las locomotoras, expuestas desde noviembre del año 2009 por el aniversario 490 de la fundación de la Villa de San Cristóbal de La Habana, muestran su temple y se integran con austeridad y elegancia al ambiente de viajantes, personas que conversan y disfrutan del frescor de los árboles, o aquellos que, seducidos por estas joyas cuidadosamente restauradas, tiran alguna que otra foto, o se sientan en sus cercanías movidos por aquello de que el que a buena locomotora se arrima buena historia lo cobija. En el parque o la avenida del puerto el ritmo de clave vanvanera llama: Ven ven ven… pa´que tú veas cómo está el tren.


Come Come Come… So You See How the Train Goes

When walking into the Surveyor Park (Arsenal Street and Belgium Avenue) you have to stop and take a look at the centenarian steam locomotives, which date back to the 1878-1925 and have been restored by Havana City’s Historian Office.

Parked near one of the wall fragments that can still be seen within the city’s historic core, right in front of the Central Train Station, they are in line with the tradition shown by the city, in a perfect environment for this outdoor museum. La Maquinaria 1 stands out with a popular seal as a Tribute Monument to Van Van —an orchestra known as The Train of Cuban Music—. It was created by sculptor Lesmer Larroza, back in 2016, on car Nº 1816, which was made by Alco in 1919, in the United States, and used at Havana province’s Toledo sugar mill.