Marcel Renault, el hermano de Louis
Cuando se fundó Renault Freres (Hermanos Renault), en 1898, la compañía la formaban los tres hermanos:
Fernand, el mayor, Marcel, el del medio y Louis, el más pequeño. Se repartieron las labores: Fernand sería el económico, Marcel, comercial y publicitario, y Louis quien fabricaría los automóviles. Esta división del trabajo hizo que Marcel fuera quien vendiera los autos y diera a conocer en breve tiempo la novel empresa. Marcel, barbudo y jovial, conversador y amante de las mujeres y el peligro, se tomó muy en serio su papel de negociador y publicista y logró cerrar grandes negocios que obligaron a Louis a trabajar fuerte para cumplir. Marcel era un excelente promotor y para ello usaba lo más popular de aquellos tiempos: las carreras de automóviles. Y con los autos hechos por Louis, ganó varias competencias. Marcel no perdía oportunidad para demostrar que los autos Renault eran los mejores de cuantos se fabricaban en Francia. Dentro de su categoría, aceptaba todo tipo de apuestas y ganaba fama por doquier.
PARÍS-VIENA
Una de las carreras más espectaculares de aquella época fue la que se corrió entre París, capital de Francia, y Viena, capital de Austria, válida para la mundialmente famosa copa Gordon-Bennett. El 26 de junio de 1902, comenzó la justa que además atravesaba Suiza. Los mejores pilotos con los autos poderosos de la época son los contendientes. Se inscribieron 218 vehiculos de todos los tipos categorías. El Renault rojo de Marcel, con el número 147, de solo 14 CV, pasa inadvertido. Por delante aguardaban 1 080 km de caminos y terraplenes. La salida fue escalonada, el público se arremolinaba en la meta.
A las 3:30 am parten los primeros, son los cuatro grandes: El Panhard de René de Knyff, el Mors de Fournier y el GV de Girardot, todos franceses, y el inglés Edge con su Napier. Los pronósticos dan a alguno de ellos como ganador. El resto sale por grupos; horas después solo quedan 137 corredores en la justa, es una prueba demoledora.
En primer lugar sale Girardot con el CGV, pero pronto sede el puesto a Knyff, que lleva su Panhard a más de 100 km/h. La primera parada es en Belfort, fronteriza con Suiza, donde llega Knyff delante con casi dos horas de ventaja sobre Edge, que ha tenido problemas con su Napier. El segundo día la carrera es de Belfort hasta Bregenz, por carreteras suizas. Los suizos impusieron bajos promedios de velocidad y el corredor que lo sobrepase será descalificado. Todavía no hay nada decidido porque de Bregenz a Viena hay 600 km de carrera, pero la copa Gordon-Bennett tiene su meta en Innsbruck, a solo 150 km. Viene una etapa muy difícil porque hay que cruzar los Alpes austriacos, donde existen repechos con subidas y bajadas impresionantes. Los punteros parten de
Bregenz a toda velocidad, pero pronto los caminos del Tirol dieron cuenta de los carros de Fournier y de Girardot, que quedaron en la cuneta. Knyff moderó la marcha por su ventaja, pero el radiador de su auto hervía al llegar a lo más alto de los Alpes. La bajada fue peor, los frenos no respondían y tenía que usar el motor para reducir velocidad, el Panhard bufaba y sucedió lo inevitable: cerca de Innsbruck, se rompió el diferencial. Por su parte el inglés Edge llevó suave su Napier y fue el único de los cuatro que llegó a Innsbruck para ganar la copa Gordon-Bennett. El resto de los pilotos no iban por la Copa y siguieron a Viena.
Marcel Renault marchaba bien clasificado, pero la lucha por la victoria se suponía que estaba entre los autos grandes: Panhard, Mors y Mercedes. Sin embargo, el Renault de Marcel subía las montañas con inusitada rapidez y las bajaba, con su menor peso, mucho más ligero que los grandes coches; así fue dejando atrás muchos contendientes.
Marcel fue el primero en entrar a Viena y se dirigió al hipódromo, meta final de la carrera. Llegó solo, con ventaja suficiente para quitarse el polvo del camino y recibir la corona de laureles antes de que arribara el segundo lugar. El éxito fue total, Renault le había ganado a las marcas más prestigiosas en una carrera abierta.
PARÍS-MADRID
Para el 24 de mayo de 1903 se señaló la salida. El Automóvil Club de Francia había obtenido 34 millones de francos de ganancias en la París-Viena y para la París- Madrid se inscribieron 314 corredores, incluyendo una mujer: madame Camille Du Gast “la Walkiria de la Mecánica”. El triunfo de Renault implantó una nueva regla: los vehiculos competirían por su peso, motos: 50 kg, “voiturettes”: 250-400, autos ligeros: 400-650 y “grosses”: 650-1000. La Mercedes del corredor belga Jenatzy dio la nota, la báscula marcó 1 120 kg. ¡Sería descalificado! Jenatzy gritó a su mecánico: “quítale el capó”, 1 090. Jenatzy colérico dijo al mecánico: “quítale los asientos”. “Pero dónde nos vamos a sentar”, replicó éste, “colocaremos una piel de cordero sobre el depósito de combustible”. 1 020. Jenatzy, fuera de sí, arrancó la parte trasera de su Mercedes y el juez dijo aliviado: “990 kg”. Así se logró el peso en muchos automóviles.
La partida se señala para las 3:30 am, hay cientos de autos rugiendo en la meta; emocionados los presentes dan ánimo a los corredores, entre ellos el Presidente de la República francesa: Emilio Loubet. Sale primero el inglés Jarrott con su De Dietrich, le sigue De Knyff con su potente Panhard, detrás va Louis Renault con uno de sus autos, Marcel saldrá mucho más atrás. ¡Comenzó la carrera!
A unos 30 km de la salida, el francés De Knyff pasa a Jarrott, el inglés no se inmuta, sigue a su paso. Pronto Louis avista a Jarrott y lo pasa, va buscando a De Knyff, lo ve tirado, ha sufrido un accidente, Louis Renault lleva la punta de carrera. Detrás, el barón de Caters toma una curva velozmente y termina en la cuneta, contusionado; el irlandés Porter choca con su Wolseley, el auto se incendia y perece su mecánico. Louis Renault pasa por Angulema delante,
lo persigue Jarrott, van camino a Burdeos; los accidentes han crecido, muchos no llegarán. Thery pasa en 7mo lugar, le siguen Farman y Marcel Renault, que va ganando terreno. Pronto Marcel pasa a Farman y va a dar caza a Thery, que es una nube de polvo en lontananza.
Viene una curva muy pronunciada, el juez tiene bandera amarilla, Thery disminuye la velocidad y Marcel, que no ha visto al juez porque va en medio de la polvareda, cree que Thery le da paso y acelera. De pronto la curva, pero es tarde ya para Marcel, gira, trata de esquivar los árboles y choca aparatosamente estrellando su Renault. Queda muy mal herido y fallece al día siguiente, 25 de mayo de 1903, a los 31 años de edad. Todos están consternados, los accidentes han empañado la belleza de la competencia, el Rey de España suspende el paso por su país y el evento queda trunco, no habrá más carreras de este tipo. A Marcel le erigen un monumento donde tuvo el accidente.