Desde que los romanos declararon a enero como el mes del dios bifronte Janus, que mira delante y detrás, por lo cual le representaban con dos rostros, uno barbudo y viejo y el otro jovencito, la costumbre fue poco a poco entrando en Europa, y de allí extendiéndose al resto del planeta. Sin embargo, la cena de Nochevieja, el 31 de diciembre, no se convirtió en una festividad de moda hasta finales del siglo xix y principios del siglo xx, que a diferencia de la Navidad casi siempre se celebra entre amigos y en grandes reuniones.

En cuanto al momento de la celebración cada cultura tiene sus diferencias. Las asiáticas, por ejemplo, así como muchas amerindias, se siguen guiando por el calendario lunar, por lo cual no es extraño que el año nuevo lo celebren avanzado enero, e incluso en febrero, cuando cambia la luna. Muchas también son las tradiciones para esta fecha. En España, por ejemplo, se despide el año comiendo doce uvas al son de las campanas, en una tradición que data de 1909, cuando unos vinateros lanzaron una campaña para deshacerse así de las uvas sobrantes de su cosecha.

En Alemania, en cambio, se queman castillos de fuego para espantar a los espíritus malignos, mientras que en varios países de Suramérica se fabrica un muñeco gigantesco y se quema a las doce de la noche. Mientras, en Noruega se celebra el Hogmanay, una fiesta donde se le prende fuego a un barril de madera y se le pone a rodar por las calles para abrir paso al próximo año. Y no faltan quienes vayan al mar, aunque con características muy diferentes.

En Brasil, especialmente en Río y Bahía, se encienden velas y se lanzan al mar flores y pequeños barcos llenos de regalos en homenaje a la orisha Yemayá; mientras que en los Países Bajos y otros del norte europeo la tradición es darse un baño de mar el primer día del año, solo que hay que ser muy valiente, pues allí es invierno y la temperatura del agua es muy baja. Pero sin duda, donde mejor se refleja el arcoiris de costumbres para celebrar el nuevo año es en la mesa, en torno a la cual gira toda la fiesta, con exquisiteces propias de cada lugar.

Aquí también la diversidad marca la pauta. Según el hemisferio en el cual se esté, pero también dependiendo de las creencias y costumbres religiosas. En Venezuela, por ejemplo, antes de la medianoche las familias se reúnen en sus hogares y preparan una «hallaca», pastel de harina de maíz envuelto en hojas de plátano, con condimentos y rellenos, que se regala a los amigos durante la noche de víspera de Año Nuevo.

En Argentina, donde es pleno verano durante estas festividades, prefieren las ensaladas frías, la carne de cerdo agridulce y las frutas, aunque al igual que en la mayoría de los países colonizados por los españoles superviva la costumbre de los turrones, el pan dulce y las uvas a las doce de la noche. En Perú ha vuelto a ponerse de moda la «pachamanca », una comida de origen inca donde se cocinan varias carnes al calor de la Madre Tierra.

Y en Benin se toma abundante «chapalo », una especie de cerveza fermentada, mientras se sacrifican animales y se bebe parte de su sangre como ofrenda a los dioses por una buena cosecha. En Cuba se come lechón asado, congrí (arroz con frijoles negros), yuca y ensaladas de estación; mientras que en Inglaterra predomina el cordero asado, y muchos en Estados Unidos prefieren ese día un buen filete de res.

Sin embargo, quizás donde mayor significado tenga la mesa en el Nuevo Año sea en las culturas asiáticas, donde cada plato tiene un motivo. Así, en China es típico poner pescado (yu), que representa abundancia; la cebollina (chiu-tsai) que significa eternidad; los nabos (tsai-tou) de buen augurio; o se preparan bocadillos como el pudín de arroz glutinoso (nien-kao), para desearle a la gente que «avance hacia cargos más altos».

Los japoneses, también muy ceremoniosos, gustan que en la mesa haya comidas «largas», como los fideos, los brotes tiernos de bambú o los frijolitos de soya, todos los cuales significan larga vida, por lo cual es costumbre también preparar el maki-sushi. ¡Ah! Y antes de las doce del día del año nuevo, es tradición que la persona coma la misma cantidad de frijoles de soya de los años que cumplirá, como una forma de asegurarse una larga vida.

Receta Pierna de cordero asada Ingredientes pierna de cordero 1 diente de ajo cebolla en polvo, paprika, sal, pimienta, tomillo, mejorana, albahaca y mostaza en polvo 2 cucharaditas de aceite de oliva

Preparación Precalentar el horno a 180 ºC. Hacer un pequeño corte en la carne cerca del hueso e insertar un diente de ajo. Mezclar los condimentos. Con una brochita, untar la pierna con aceite, y espolvorear con los condimentos. Asar durante 2 ½ o 3 horas. Verificar si está a punto.