Sensual, mítico es un auténtico clásico de Italia y del mundo

Hacer un tributo a los clásicos de Italia es obligada parada en el singular  y sorprendente  mundo del vino. Acuden al pensamiento el Piamonte y la Toscana, dos incuestionables referencias por la tipicidad de sus vinos y por lo que representan en la gastronomía de este país.

Toscana y su cofre de maravillas
Historias, leyendas y grandes vinos encarnan las maravillas de la Toscana: los Chianti, Brunello de Montalcino, Nobile de Montepulciano o Carmignano. Es la región vitivinícola donde las tradiciones han tenido notable continuidad,  el  “cuarto de máquina” del vino italiano. Allí  la innovación va de la mano con familias de profunda y noble raíz histórica, como los Frescobaldi o los Antinori.

En los años 60 surge un movimiento renovador que persigue cambiar las viejas reglas de elaboración del Chianti, sin dudas el vino de más tradición e historia de la región. Dicha rebelión es conocida  como el fenómeno Supertoscano, y fue encabezada por un grupo de bodegas (Sassiscaia , Tignanello, Solaia ,Ornellaia, y Ceparello, entre otras) que transformarían  el vino de Italia. Nacían los irreverentes Supertoscanos.
Todos estos vinos, y los nombres que lo gestaron surgieron como respuesta al anquilosamiento que padecía el Chianti Clássico en las últimas décadas: barricas de maderas casi putrefactas, obligación a unos ensamblajes absurdos, empleo de viníferas blancas, exigencia por los excedentes, rendimientos desproporcionados, prohibición de solo tipos barricas (solo se aceptaban los grandes toneles de roble de Eslovenia, no se podían elaborar vinos monovarietales de Sangiovese). La “cultura del vino” apostaba por la cantidad y no por la calidad.

Los enólogos desempeñaron un papel relevante en el nuevo escenario de los Supertoscanos. Los primeros fueron franceses, sobre todo Michel Rolland, con su propuesta de vinos más modernos, repletos de frutas y con una maduración a tono con el mercado.

Por otro lado, surge un grupo de vinos capaces de eclipsar al Sassiscaia, que hasta entonces era el revolucionador de la región. Tal fue el caso, por ejemplo, del Ornellaia Masseto, o el Guado al Taso en la prometedora zona de Bolghieri.
Hay tres estilos en los Supertoscanos, que es justo consignar: el que se elabora solo con Sangiovese, el que se produce con variedades foráneas a la cabeza (Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah o Pinot noir, por separado o por mezclas), y las mezclas con la  Sangiovese, Cabernet y Merlot. De estos estilos dan fe La Pergole Torte de Montevertine; Sassiscaia, Ornellaia y Masseto, así como Tignanello y Solai, respectivamente.

El escenario del Masseto
La DOC Bolghieri- Sassicaia rompió con los conceptos más conservadores. Su éxito conllevó a la profusión de nuevas bodegas gracias a las especiales condiciones del Terroir en Bolgieri, ideal es para variedades de uvas  foráneas como Cabernet Sauvignon, Merlot y Cabernet Franc. Un escenario poco favorecedor para la omnipresente Sangiovese.

El único vino de la zona de Bolghieri que fue capaz de compararse en resultados  al Sassiscaia fue Ornellaia, finca fundada por Ludovico Antinori. El estilo de sus vinos semeja a los de Burdeos. Las suaves colinas, el suelo de arena pedregosa de La Maremma  y su cercanía con el mar dieron lugar a vinos de enorme clase y equilibrio.
En la Tenutta Ornellaia siempre ha predominado la Cabernet Sauvignon, pero el porcentaje de Merlot  aumentó desde finales de los años 90. Sus vinos se maduran en barricas durante 12 meses, más 6 meses en botella. Son ricos en aromas y sabores de incisiva complejidad, fuerza y estructura. Con estos antecedentes se gesta el Masseto.

Masseto nació en 1986, a la sombra de Ornellaia, mezcla de Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Merlot. Fue creación de Ludovico Antinori y André Tchelistcheff, enólogo californiano de origen eslavo. Dada su gran calidad, en 1987 toma el nombre del viñedo.
En el 2002, la propiedad fue adquirida por Robert  Mondavi  y los Marchesi Frescobaldi. Desde el 2007 es 100 % de los Frescobaldi.

Desde su primera cosecha gozó de  alta consideración, convirtiéndose en un vino perseguido por coleccionistas, de grandes subastas. En el 2001 la revista Wine Spectator le otorgó 100 puntos. En 2007 tuvo el mismo precio del venerado e icónico Sassiscaia. El 2006, y en especial el soberbio 2010, reciben altísimas notas de la prensa especializada. El vino se convierte en un “trotamundos” entre los Supertoscanos.

Masseto es un puro Merlot. Las vides gozan de  un terroir ideal. El emplazamiento de  esta uva bordelesa permite que las mismas se desarrollen sanas y su benéfico clima posibilita la lenta maduración del cepaje. La perfecta ubicación del viñedo da al vino un soberbio potencial tánico. Su textura sólida hace gala  de complejidad y profundidad en nariz, y en boca su estructura resulta evidente, pero hay suficiente fruta para enmascararlo. Sensual, mítico, es un auténtico clásico. En sus grandes añadas puede tener una curva de vida de más de 30 años.
Podemos pensar en la aseveración que lo bendice, es el vino perfecto.

 

Masseto: The Perfect Wine
Masseto is a legit merlot. The grapevines are blessed with a special terroir. The plantations of these Bordelaise grapes let them grow healthily, while the climate guarantees the right ripening. Their solid texture is enshrined with complexity and a profound smell, and even though its structure stands its own ground in the mouth, it’s fruity enough to go undisguised. Sensual and mythical, this is a genuine classic. The aging process can churn out wines of over 30 years. So, make no mistakes about it: this is no doubt the perfect wine.