La pandemia del COVID 19 tiene al mundo entre sombras y, lógicamente, a esta realidad no escapa el Campeonato Mundial de Fórmula 1, que no ha podido encender los semáforos de la temporada y ve desde la distancia cómo las principales plazas del inicio se han visto obligadas a suspender la acción.
De esta forma, una revisión del calendario refleja desde bien temprano el desolado panorama de cancelaciones y posposiciones de los circuitos de marzo, abril y mayo, a la espera de qué sucede con el virus para poder dar la largada en el Gran Premio de Canadá, en fecha para el 14 de junio.
En la edición anterior hablamos del inicio del campeonato programado para Australia, y de la esperada batalla por el campeonato entre las principales escuderías del momento: el campeón Mercedes y los retadores Ferrari y Red Bull, una situación que se vivió con intensidad en los test de pretemporada, donde al parecer todos se guardaron ases bajo la manga.
Para esta entrega, cuando aún se desconoce qué será de la campaña de 2020, proponemos un acercamiento a la escudería austriaca de la bebida energética, que tiene su cuartel general en Milton Keynes, Reino Unido. Y es que espera que su mejor carta, el holandés Max Verstappen, le regale un título de campeón del mundo, honor que no gozan desde que Sebastian Vettel lo consiguiera en 2013.
Los de Red Bull, que desde el curso de 2019 cuentan con las prestaciones de un motor Honda, tienen inscritos también en su principal equipo al tailandés Alexander Albon, pero su papel es totalmente secundario ante el empuje de Max, ganador el pasado curso en tres carreras y ubicado nueve veces en el podio de premiaciones.
Por ello, los de Milton Keynes trabajaron fuerte junto a Honda para conseguir que el RB16 tenga todo lo necesario para que Verstappen pueda convertir en realidad sus amenazas de los últimos años. En 2019, el holandés quedó tercero de la clasificación de pilotos (por detrás de Lewis Hamilton y Valtteri Bottas), mientras que Red Bull igualmente se ubicó en la plaza tres entre constructores (antecedida por Mercedes y Ferrari).
Para este curso, aunque no se ha podido ver su efectividad en carrera, el grupo de ingenieros de Red Bull apostó por una idea novedosa en la configuración de la suspensión. En la justa de 2019, los del toro rojo usaron una suspensión de enlaces múltiples para su triángulo superior, aspecto que en el RB16 se trasladó al triángulo inferior para maximizar el rendimiento aerodinámico sin comprometer la cinemática del sistema.
Si miramos ambos modelos desde el frente, se puede notar que la nariz del bólido de 2020 es más fina respecto a su antecesor, lo que obligó a un empaque diferente de las piezas del chasis con soluciones que pueden revolucionar las prestaciones de esta zona.
Aston Martin Red Bull Racing pretende encarar las carreras del curso para intentar destronar a las dos escuderías gigantes de la velocidad actual. Los de la bebida energética tendrán por último año a Aston Martin como patrocinador; y para la temporada que aún no comienza, su sucursal italiana tendrá el nuevo nombre de Alpha Tauri (antes Toro Rosso).