El camión americano nació de la mano de Autocar en 1899, cuatro años después del europeo que construyó Karl Benz. Se desarrolló de manera vertiginosa dadas las características de Norteamérica: inmenso territorio donde el transporte de cargas resultaba imprescindible para el constante progreso llevado a cabo.
Así comenzó el cambio del transporte de tracción animal por el de vapor, primero, y luego por el de propulsión de motores de combustión interna, cuyo combustible
son los derivados del petróleo. De ahí surge la pujante industria automotriz norteamericana, y una de las perlas de su corona son los camiones.
En abultado tropel aparecieron las marcas con pequeñas producciones y, después comenzaron las uniones y ventas para que, finalmente, desaparecieran algunas y prevalecieran las más fuertes. En la actualidad están, entre las marcas más reconocidas del mundo, las americanas Kenworth, Freightliner, Mack, International Trucks, Peterbilt y Western Star. Hoy les contaré de Kenworth.

El camión hecho a su gusto
 
Los hermanos George T. y Louis Gerlinger crearon, en 1912, una empresa de autos y camiones en Seattle, la Gerlinger Motor Car Works, en un local de Edgar
Worthington, quien se interesó por el negocio. Los Gerlinger hicieron un camión en 1914 llamado Gersix (motor de 6 cilindros) que se vendió muy bien y comienzan a fabricar camiones a pedido de los clientes.
En 1917 el negocio no marcha y Worthington, fascinado con el Gersix, convence a Frederick Kent para comprar la empresa. Para 1923, con más de medio centenar de camiones ya fabricados, nombran su empresa como Kenworth Motor Truck Company. ¿Y de dónde ha salido ese nombre? De la unión de Kent y Worthington, los apellidos de sus dueños.
Se amplían en 1927, montan una fábrica en Canadá y, en 1929, otra nueva planta en Seattle. La Gran Depresión los frena, pero mantienen la fabricación de camiones de bomberos. En 1933 fue el primer fabricante de camiones en EE. UU. que usó motores diesel.
Cuando en 1935 las nuevas normativas exigieron menos peso, Kenworth hizo cabinas de aluminio. En 1940 habían fabricado 226 unidades, pero entre 1941 y 1944 produjeron 1 500. Ese año (1944), las familias Kent y Worthington venden la empresa a PACCAR, actual propietaria de otras marcas como Peterbilt y DAF.
Hoy día el Kenworth T800 es uno de los camiones de mayor demanda por sus rendimientos. Su motor, un Cummins ISX turbo inter-cooler, tiene una de
400-500 HP, con un torque entre 1966 y 2237 Nm. Se apoya en una caja de velocidades Eaton Fuller de 15 marchas.