De Audi ya hemos probado el A4, con un comportamiento envidiable para su segmento y una transmisión multitronic que complace a los más exigentes. Esta vez nos tocó subir el listón hasta el A6; sin embargo, el que probamos es el de inicio de contacto con la gama. Viene bien de base con pobre equipamiento y en nuestro caso, con una transmisión automática multitronic de ocho velocidades.

El A6 destila distinción, como todos los Audi posee un acabado de primera. Tiene 4.91 m de largo, 1.87 m de ancho y 1.45 m de alto. La llave de acceso, con mando a distancia, puede viajar contigo en el bolsillo y para poner en marcha el motor hay que presionar un botón colocado en la columna central (si no se presiona el freno no arranca). La emergencia es eléctrica y también está situada en la columna central, para conectarla y desconectarla también hay que presionar el freno. La palanca de cambios es de fácil acceso y ergonómica, lo que facilita los cambios cuando ponemos la transmisión en modo manual (M).

Nuestro primer tramo, rumbo este desde el corazón de la capital, lo realizamos con la transmisión en modo automático (D). El Audi A6 se mueve con soltura a muy bajo régimen del motor, por debajo de 2 000 rpm, un factor que garantiza su bajo consumo, que alcanza valores por debajo de 7.0 L/100 km. Para conseguirlo cuenta con un eficiente y potente motor L4 de 2.0 L de desplazamiento, sobrealimentado, que entrega una potencia de 180 CV entre 4 000 rpm y 6 000 rpm, con un par motor máximo de 320 Nm a partir de 1 500 rpm. Es precisamente la buena relación de transmisión que presenta su caja automática, combinada con el generoso par motor los que garantizan su bajo consumo. No obstante, si se pisa el acelerador a fondo el consumo sí es alto, pero te queda como consuelo sus excelentes prestaciones.

Así llegamos hasta la más oriental de las playas del este, Brisas del Mar. Está a unos treinta minutos del centro de la ciudad, muy cerca de la popular playa de Guanabo. Brisas tiene varios bares, restaurantes y discotecas. Muy pintoresco y próximo se encuentra el Valle Campo Florido, uno de los más bonitos de la provincia La Habana, que tiene como plus el servicio de transporte en tren eléctrico a través del valle, se llama Hershey y cubre el tramo desde Casa Blanca en La Habana hasta el valle de Yumurí en Matanzas.

Durante el trayecto a Brisas, por la Carretera Monumental primero y luego por la Vía Blanca, pudimos disfrutar de su climatizador bizonal con flujo regulable hacia la fila trasera y del excelente equipo de sonido con doble entrada de puerto para tarjetas SD, entrada auxiliar y bluetooth, este último fue el que utilizamos para amenizar el viaje con la música grabada en el teléfono. Toda la información del equipo de sonido, al igual que otras funciones del auto, se puede controlar a través de una pantalla a color situada al centro del salpicadero. Los mandos al volante facilitan el control del equipo de sonido, mientras que para acceder al menú hay un botón situado en la columna central. Así puedes cambiar el modo de transmisión, amortiguación y dirección con opciones que van desde confort hasta dynamic (deportiva). 

Desde Brisas nos fuimos hasta el Complejo Morro-Cabañas, centro turístico que fue en otros años y será en este la sede de FIT 2014. El Castillo del Morro, en épocas de la colonia, parecía impenetrable; sin embargo, los ingleses lo tomaron al adueñarse de la loma donde hoy se encuentra la fortaleza San Carlos de la Cabaña. Esta nueva fortificación junto a la fortaleza de San Salvador de La Punta y el Castillo de la Real Fuerza formaron un bastión para La Habana y la defendió, por aquellos años, de los ataques enemigos. Actualmente es un complejo cultural y museístico. Dentro de las principales y más emblemáticas actividades que se realizan allí está el “Cañonazo de las nueve”, acto que se realiza todos los días a las nueve de la noche y que antiguamente anunciaba el cierre de las puertas de las murallas de la ciudad.

Y de la fortaleza colonial a nuestro lugar de pruebas contundentes, la Autopista Nacional. Últimamente, dada las condiciones de la carretera y que somos supervisados para poder darle riendas sueltas a nuestros coches a prueba, usamos el tramo de la autopista entre Bauta y Mariel. Para llegar a nuestra base de pruebas hay que atravesar toda la ciudad, incluso salir de sus fronteras y adentrarnos en la nueva provincia Artemisa.

En nuestros predios y desde parados le dimos todo gas. Lo hicimos en el modo manual y llevando el motor muy cerca de las 6 000 rpm para sacarle todo su poder. En poco más de ocho segundos y casi al unísono de poner la tercera velocidad alcanzó 100 km/h. Sin embargo, queríamos saber si la información previa que habíamos visto en sus catálogos era cierta. No teníamos por qué dudar, el consumo medio estuvo en los rangos y la aceleración de 0 a 100 km/h también. Pero la adrenalina nos invita a probar, ahí vamos…

En primera 70 km/h, en segunda 100 km/h, en tercera 130 km/h, en cuarta 165 km/h, en quinta 200 km/h y en sexta 225 km/h. todos estos cambios los hicimos con el motor girando muy cerca de las 6 000 rpm, Cuando tiramos la séptima el tacómetro bajó bruscamente mientras que el velocímetro (analógico a la derecha del panel de instrumentos y digital con mejor visión al centro de los relojes, en una pantalla digital monocromática) siguió ascendiendo hasta marcar 234 km/h, el tacómetro rondó 5 500 rpm. La octava marcha mantuvo la velocidad, pero el régimen del motor bajó a 5 200 rpm.

Aunque está destinado para albergar a cinco pasajeros, la realidad es que el ocupante del centro no va muy cómodo, aunque en viajes citadinos no se echa a ver. El habitáculo se presenta amplio en sentido general y con una insonorización exquisita, más aún con la motorización de gasolina. Las butacas delanteras son cómodas y de fácil regulación. Como ya comentamos, dos personas atrás viajan a sus anchas.

Otro punto a favor del A6 es su dirección de cremallera con asistencia eléctrica. Es muy precisa y combinada con la amortiguación y la excelente aerodinámica hace que te sientas seguro, incluso, cuando la velocidad excede 200 km/h. No obstante, el verdadero placer se siente cuando la velocidad oscila entre 60 y 80 km/h en ciudad y entre 90 y 110 km/h en carretera. A esas velocidades se viaja extremadamente seguro, más aún si tenemos en cuenta el sistema de frenos, con discos ventilados en el tren delantero y macizos en la zaga.

Resumiendo. El Audi A6 es una berlina de gama medio alta que presume con justeza de elegancia, pero sobre todo de confort y comportamiento excelente a altos regímenes del motor. Aunque sé que el modelo probado es básico, extrañé el acceso al auto sin llave, algo común en los más recientes coches de su gama que hemos probado. O sea, tanto para abrirlo como para cerrarlo hay que usar la llave.

Excelencias del Motor realizó este viaje de prueba con la colaboración de la firma italiana Resigum, la agencia de viajes Excelencias Travel y la rentadora de autos Rex.