Panamá Viaje a los sabores.
Al arribar al aeropuerto internacional de Tocumen, en la capital panameña, el visitante emprende el camino hacia el corazón de la ciudad. En ese recorrido, un espectáculo singular se presenta ante sus ojos: cientos de tiendas de diversos tamaños y productos se alínean a lo largo y ancho de la carretera. Imponentes y modernos "malls", sofisticados supermercados, lujosos restaurantes... y junto a ellos, en un ambiente más popular, sitios destinados a la exhibición y venta de las artesanías típicas, puestos de frutas y vegetales, lugares dedicados a la venta de las comidas tradicionales -al estilo de las "fondas" que se encuentran por todo el país- en un mundo multicolor, bullicioso, saturado de olores, y sobre todo de sabores, anticipo del sello de particular identidad que caracteriza a la nación istmeña. La República de Panamá, "puente de las Américas", como también se le conoce, posee una rica historia, y ha logrado mantener intactas sus costumbres y tradiciones; resultado del mozaico étnico que la caracteriza, donde predominan las culturas amerindia, española y africana. En ese legado de costumbres y tradiciones, se destaca la cocina típica panameña, rica y variada, algo propio y auténtico. Se aprovecha del clima y de la riqueza de sus mares -con costas al Pacífico y Atlántico, y en éste, al Caribe- y de sus suelos, que la surten de carnes, mariscos, aves, frutas, vegetales y arroces; aunque el toque mágico de las recetas lo dan las manos de generaciones de panameñas que con su inventiva y originalidad, las han hecho llegar hasta nuestros días. El listado de ingredientes y platos, de comidas y bebidas es inagotable. La langosta, los camarones, el bacalao, las almejas, el merlín, la sierra, el pez espada, el atún, la corvina y el pargo se usan para confeccionar arroces con bacalao y coco, con almejas, con calamares, el ceviche de langostinos, el chupe de camarones y el pescado relleno de maíz. Las carnes de res y de cerdo, las aves -el pollo, la gallina- dan lugar a exquisitos y suculentos platos: bolitas de carne al vino, lechón asado, lomo de puerco navideño, mondongo criollo y ropa vieja. Capítulo aparte merece el popular "sancocho panameño", sopa que se confecciona con ñame o yuca, culantro, ajo, ají criollo y orégano, y que se acompaña con arroz blanco y plátano asado. El maíz es la base para numerosos platos: los tamales panameños, de maíz nuevo, las tortillas de maíz (changa), bollos changos; con la yuca se hacen las carimañolas y las frituras, de otoe o de ñame. Las sopas son muy bien acogidas en el menú popular, en especial, el gallo pinto (con frijolitos chiricanos, carne de puerco y yuca), el serén (de maíz y puerco) y el caldillo panameño (a base de pescado, cangrejo y camartones). Son muy apetecidas las ensaladas de aguacate y langostino, de yucas y los pasteles de plátano, yuca y berenjena. Los postres rematan un buen menú y hay gran variedad:pesada de nance con coco y maíz nuevo, mamellena (pudín de pan); cake de aguacate y queso; dulce de marañones, cabanga (coco seco y papaya verde), suripico (dulce de leche), alfajores (maíz y miel de caña), pudín y dulce de zapallo. Entre las bebidas destacan el chicheme, a base de maíz, leche y azúcar, el arroz con piña, la chicha de maíz, la chicha loja y la resbaladera. Sin lugar a dudas, es imposible visitar Panamá sin probar su gastronomía típica, en tan generosa variedad de platos. Ellos forman parte de su patrimonio cultural, como lo son las molas; las polleras y el montuno; la mejorana y el tamborito; la cumbia y el atravesao y la fiesta del Corpus Christi, en la Villa de Los Santos.