HOLGUIN Tierra hermosa
Con autenticidad la provincia de Holguín se abre al mundo como un destino turístico inigualable, en la rica región nororiental de Cuba, afincada a sus orígenes, regodeada en su historia y cultura y cuajada de míticas tradiciones autóctonas e hispánicas.
Al llegar a sus costas, por Cayo Bariay, el Almirante Cristobal Colón, dijo ser esta la tierra más hermosa vista por ojos humanos. Desde entonces los holguineros, y toda Cuba, en Las Antillas, recuerdan este, el más reconocido de los halagos para un caribeño. Un extenso recorrido de uniones, encuentros y desencuentros vivieron por centurias aborigenes y españoles, más tarde llegaron africanos y gente de otras latitudes. Esa es la esencia de sudores y alegrías entre Espana y el Caribe, común por tanto a Holguín, zona situada a poco más de 700 kilómetros de La Habana y habitada por más de un millón de personas. Hasta 14 ciudades principales integran este territorio, entre ellas, Banes, la capital arqueológica de Cuba, Mayari y Moa, centro de ricos yacimientos minerales y lateríticos de niquel y cromo, y Gibara, denominada Villa Blanca, de miras al mar Atlantico, tal vez la mejor conservada en Cuba en su arquitectura colonial ibérica. Y muchos pueblos más, unos en puertos y cercanos a bahías, como la de Nipe, la mayor bolsa del mundo, otras tierra adentro, donde se cultiva caña de azucar por excelencia, para la industria en 10 centrales o ingenios azucareros, en cada uno de ellos, una comunidad diversa, laboriosa, amante de la cultura y de las tradiciones, expectante y activa como pocas, ahora, ante un impetuoso turismo internacional. La populosa Holguín, cambiante y atractiva, tiene su mayor encanto en su gente. Conocer sus costumbres e intercambiar amigablemente con sus habitantes es disfrutar de la hospitalidad proverbial de los cubanos. Ciudad mezcla de arquitectura española, viviendas rústicas en barrios periféricos apegadas a lo tradicional y casas tipo chalet, influenciadas por el estilo americano norteño, y sobre todo ello, una cultura arraigada en lo Iberoamericano. La Fiesta de la Cultura Iberoamericana es otro buen momento de la vida de los holguineros. Cita anual de intercambios de artistas, escritores, poetas y pensadores, que buscan en esos encuentros durante una semana, una unidad de sentimientos y revitalización de las raíces comunes. DOBLE SENTIDO Faustino Oramas Osorio, El Guayabero, a los 87 años de edad, acabados de cumplir el pasado 4 de junio, continua embrujando a las gentes con sus picarescas canciones. Como los juglares de antaño, paseó con su tres o guitarra criolla por toda la zona rural cubana en su primera juventud, luego tuvo el Rincon del Guayabero, seguido siempre de gran público y aún hoy continua haciendo música. Trovador y sonero, se le ocurre aparecer y le llueven peticiones junto a su grupo.
REINA EN EL ATLANTICO La playa Guardalava es la reina del Atlántico en esta parte del archipielago cubano. No hay otra como ella. Aguas límpidas y azules, arenas blancas y finas, como para caminar descalzos, techada de sombras por las uvas caletas que la protegen en una amplia extensión, y brisas y sol a raudales, pronto todo a la vegetación cercana. El corte naturalista del turismo en Holguín atrae anualmente a unos ocho mil turistas-día, pero a la vuelta de tres años, en el primero del siglo XXI, se estima que la cifra de visitantes extranjeros crezca en más de tres veces. Ello se debera, según palabras del gerente regional de turismo, Neurys Barzaga Laffite, al incremento de capacidades de alojamiento. Las nuevas instalaciones en construcción, previstas para su entrada en explotación turística en el invierno 1998-1 999, son la villa Bungalows Delta Las Brisas, en Guardalavaca, y el Hote Río de Oro, primer cinco estrellas de la provincia de Holguín, listo para su estreno en playa Esmeralda, a cinco minutos de distancia entre ambos balnearios. Al lado opuesto está el Cerro de Yaguajay, del cual se extienden en anillo numerosos sitios arqueológicos, que conforman más de la tercera parte del mundo habitacional de los más antigüos pobladores de la nación cubana descubiertos hasta ahora, y en cuya base se abre el parque natural Chorro de Maita. Como testimonio de la vida de los antepasados cubanos en Chorro de Maita hay un museo, levantado al natural, en el área de enterramientos funerarios de la comunidad primitiva residente allí hace unos 10 000 años atrás y separada por una carretera, está por inaugurar una aldea taína de la cultura de los aruacos. Siguiendo la vía principal de la playa se puede llegar a Banes, ciudad tranquila y de afables moradores, donde no es posible despedirse sin antes visitar el museo Indocubano Bani.
MAYARI, UN MONUMENTO DE LA NATURALEZA Otra senda larga y asfaltada lleva a las montañas cercanas de Mayari, parte del grupo montañoso Maniabon, con elevaciones y senderos ecoturísticos, y a más caminos, al borde de los mares, Cayo Saetía y sus numerosas playas solitarias. Pinares de Mayari bien puede ser un monumento de la naturaleza que se une intramontañas a Santiago de Cuba y su exuberante geografía. Detenerse en los Pinares sirve para apreciar una de las áreas protegidas de Cuba, situada en una meseta de más de 700 metros de altura a 90 kilómetros al Sur de Playa Guardalavaca y cuentan con una estación científica para las investigaciones integrales de la montaña, donde viven más de un centenar de especies. A partir del conjunto hotelero Pinares de Mayari se puede escalar la loma de Mensura, de casi 1000 metros de altura. Al noroeste está el Cayo Saetía a la entrada de las bahías de Nipe y Levisa, de extensas praderas donde habitan diferentes animales de caza. En cada punto hay instalaciones habilitadas para calmar la sed y el apetito, descansar a la sombra, al aire libre o dormir en cómodas habitaciones y mirar desde alturas increíbles bellezas naturales.
<>PARQUE NATURAL CHORRO DE MAITA, VIAJE AL PASADO CUBANO Desde el Cerro de Yaguajay la vista domina en panorámica una amplia faja del mar Atlántico, precisamente desde donde hace poco más de medio milenio, antiguos pobladores del lugar presenciaron el cruce de tres grandes "pajaros marinos" sobre las aguas costeras de Cuba. Aquellas "aves" fantásticas eran las famosas naves de Cristobal Colón, que observadas desde tal balcón natural produjeron revuelo e inquietud en la comunidad nativa. Luego todo volvería a la normalidad. El cacicazgo de Bani imperaba al momento de esta historia, como anillo abierto y abarcador de la actual provincia de Holguín, poseedora de la tercera parte del potencial nacional arqueológico encontrado hasta el momento. Esa primacía le ha dado a Banes, en particular, el título de Capital Arqueológica de Cuba. El Padre Las Casas, observó las costumbres de estos hombres primitivos y gracias a muchas de sus ilustraciones, hoy día es posible reproducir detalles y objetos propios de aquella cultura. Los aruacos, agricultores-recolectores, eran procedentes, según, hipótesis, de Centroamérica, del norte Venezolano, desprendidos en un lento proceso migratorio hacia Las Antilla, de etnias ligadas al mosaico cultural de los pueblos americanos.
ALDEA TAINA EN CHORRO DE MAITA Una suerte de espíritu fundacional se apropió hace poco de un grupo de artistas, diseñadores y especialistas en cultura aborigen, que decidió construir una aldea similar en el propio sitio de habitación de una aldea taína en la base del Cerro de Yaguajay, cercano a playa Guardalavaca. El parque natural Chorro de Maita cobra así caracteres de mítico, un lugar que ya era celebre, al contar con el único museo del Caribe, expositor de hábitos funerarios primitivos, un cementerio. Allí se muestran al desnudo 56 de los 108 esqueletos encontrados, entre ellos el único craneo de un europeo, posiblemente español. En Chorro de Maita también apareció un ídolo en forma de cabeza de ave que representa al Dios Inriri Cahababayael, muy adornado con cuentas de coral rosado y de cuarcita, útil a la hora de invocar la buena ventura de la naturaleza. El doctor Jose Manuel Guarch, inspirador del proyecto de la aldea, lo identifica como al hijo de Cahababa, la Madre Tierra, uno de los 18 ídolos de oro encontrados en Cuba. La fidelidad del conjunto proviene de varias manos, escultores y ceramistas liderados por el maestro Argelio Cobiellas e hijo, Caridad Rodriguez Cullel, Cacha, en el diseño de vestuarios y artesanías, y el artista de la plástica Daniel Santiesteban, cuyas cerámicas, cesterías, tejidos a punto, atuendos típicos y adornos, sellan la veracidad del mundo taíno. La fundación de esta aldea taina, recreada con gusto en lo artístico, histórico y cultural, sostiene como columnas de acero los cimientos de una identidad nacional y viene igualmente a eslabonar la comunicación efectiva con lo más raigal de nuestra cubanía. Podría ser este el punto exacto del comienzo y el final del arcoiris de Las Antillas, en un fluir de hombres americanos que van y vienen desde hace más de 10 000 años, viajeros del Caribe en busqueda constante del amor y el calor humanos.