Sustentar significa alimentar, conservar y sostener, pero para los caribeños marca el alcance de un sueño: una zona donde el turismo se articule con la economía y la ecología.

Pocos de los millones de sus visitantes anuales han escuchado hablar de este objetivo echado a andar por la Asociación de Estados del Caribe (AEC), una agrupación integracionista de 25 países. Sin embargo, en su alcance está en gran medida la posibilidad de un pleno disfrute futuro de estas tierras paradisíacas de siempre sol y playa. Según se define la proyectada zona de Turismo Sustentable resultará de una política deliberada y concertada para la accción del sector público y privado y la cooperación regional mediante un planeamiento articulado de manera permanente y armónica. En esta proyección se entrelazan como un todo la operación rentable del sector turístico, la previsión y control eficaz del impacto sobre otras ramas de la economía y el medio ambiente, la cultura y el principio de compartir con las comunidades los beneficios generados por la actividad.En cuanto a las estrategias para lograr estos ambiciosos propósitos el bloque caribeño se manifestó por garantizar que el desarrollo turístico, lejos de erosionarla, contribuya a consolidar la identidad caribeña y proteger los valores culturales. Elementos estratégicos novedosos son la participación de las comunidades en la toma de decisiones, la planificación, el desarrollo y los beneficios de la actividad turística, así como el desarrollo y aplicación de modelos de preservación, conservación y aprovechamiento sustentables del medio ambiente en las áreas de uso turístico. Como parte de los trabajos los miembros de la AEC decidieron iniciar la identificación, emprender el estudio para el desarrollo del transporte aéreo y marítimo, y fortalecer la interconexión regional del Caribe, así como facilitar e intensificar el concepto del multidestino.

PROTEGER EL PARAISO TERRENAL

La idea comenzó a hace dos años, cuando el Consejo de Ministros de la Asociación de Estados del Caribe, instruyó al Comité Especial de Turismo de la organización someter a la Tercera Reunión Ministeral un borrador con los principios y acciones fundamentales para la creación de la zona turística sostenible en el Caribe. Existía consenso desde la Cumbre de la Tierra (Río de Janeiro, 1992) respecto a la necesidad de elaborar estrategias definidas, sobre los pequeños estados insulares -de fragilidad ecológica y economía precaria, en muchos casos- cuya cita mundial se celebró dos años después en Barbados en busca de armonizar el medio ambiente y el desarrollo.