Hijo legítimo de la caña de azúcar, el Ron es el licor por Excelencia en las grandes ocasiones y en los momentos cotidianos.

Para quedarse unida luego a la historia de las futuras naciones caribeñas, la caña de azúcar fue introducida por los españoles tras la llegada del almirante Cristobal Colón al llamado Nuevo Mundo. Los primeros canutos de caña entraron a La Española desde Canarias en el segundo viaje de Colón, en 1493 y en enero del año siguiente fecundaron las primeras plantas, según cuentan los cronistas. Esa gramínea, considerado su orígen en Asia, tiene en la isla de Santo Domingo hacia 1516 el primer ingenio y es la principal fuente de vida en el Siglo XVI. De ésta la lleva a Cuba Diego Velázquez, quien funda las primeras siete villas y se establece como primer gobernador (1511-1524). Pero será a finales de la centuria (1595) cuando la Corona autoriza la constru cción de los primeros trapiches para producir melado y pequeñas cantidades de azúcar. A partir del Siglo XIX se convierte en la industria nacional por excelencia. De su melaza se extrajo también el aguardiente, que se usaba en los rituales de los esclavos negros. Ya entre 1762 y 1792, Cuba abastecía al mundo de aguardiente. Ese mismo aguardiente se convirtió en ron. El tiempo, sin embargo, fue elástico para ese surgimiento y se le supone su nacimiento entre los siglos XVIII y XIX. El aguardiente no dejó de existir, ni el ron surgió de buenas a primeras. El ron cubano fue tomando linaje con el tiempo, y hoy lo consumen pobres y ricosLos bebedores son muchos, desde un Francis drake, el rudo pirata que invadiera La Habana en el SXVI hasta un Premio Nobel de Literatura como Ernest Hemingway, quien acuñó una forma muy particular de beber a partir del Daiquiri.

DON BOUQUET FUERTE Los amantes de las impresiones completas jamás se pueden sustraer del placer de fumar un habano con un trago de buen ron. Es prácticamente un ritual ahora, de moda en el mundo y, sobre todo en Europa. En España, por ejemplo, se vende en estos momentos más ron que en la propia Cuba; Italia, Alemania y Francia están marcadas por una copiosa demanda de esos licores . Los principales consumidores de ron en el mundo son Estados Unidos, Filipinas y México -en ese orden-, aunque el segundo realmente prefiere uno de fabricación local. En el país azteca, durante 1995, se vendieron más de siete millones de cajas de ron (de 12 botellas) lo que lo colocó en el rango del 90 por ciento de las ventas de bebidas, en una nación donde se degustan productos tan fuertes como el tequila y el mezcal. Existen de cuerpo ligero (Light rum), entre 45 y 55 grados de alcohol y de mucho cuerpo, entre 48 y 58 grados. De los primeros, Cuba y Puerto Rico son los líderes, de los segundos, Jamaica y otras naciones de las Antillas Menores. Sin embargo, la tradición, el constante degustarlo, su refinamiento y sobre todo las mezclas, hicieron a los cubanos los más populares. Las mezclas son algo cotidiano en Cuba, donde la nacionalidad se conformó en el siglo XIX a partir de varias procedencias. La coctelería cobró mucho brillo a partir del ron cubano y preparados tan elementales como el Mojito se convirtieron de la noche al día en los más importantes y conocidos. Existen muchas marcas, pero el líder es el Havana Club, en cuya etiqueta se señala como fecha de creación 1878, por Don José Arechavala y Aldama, de origen español. Havana Club se creó con una cuidada selección de cañas, un tratamiento exquisito en el proceso de fermentación y destilación de las mieles y varios años de añejamiento en barricas de roble. La marca se expandió por el mundo bajo el mismo procesamiento y con las mejores mieles, siendo el lider en los años 20 en toda Cuba, donde llegaban extranjeros de todo el mundo y en especial americanos huyendo de la prohibición. Después de la revolución la producción se vió interrumpida durante cuatro años. En 1966 continua con la receta tradicional alcanzando de nuevo un gran éxito y adoptando como símbolo de marca el símbolo de la ciudad de La Habana: La Giraldilla. En Santa Cruz del Norte, un poblado costero hacia el este de la capital cubana, se asentó en 1919 una importante destilería que hoy se emplea en la fabricación de ron Havana Club. Fue en 1993 cuando entró en juego la firma comercializadora francesa Pernod Ricard que se asoció con la empresa local Cuba Ron (productora) para aportar capital, mercado y reactivar esta industria también afectada por la crisis económica que afectó el país a principios de los 90.

“DENOMINACION DE ORIGEN”’ De más de 56 millones de cajas de ron que se producen en el mundo anualmente la marca Bacardí acapara hoy día el 40 por ciento de la comercialización, pero en estos momentos su gran problema radica en la “denominación de origen”. A mediados del s. XIX el español, Facundo Bacardí Massó conoció a un vinatero francés que decidiría su vida, frente al ron más popular del momento: el jamaicano. El paladar agresivo de los rones de las restantes Antillas fue enfrentado por una fórmula secreta de un ron más suave y fuerte a la vez, muy agradable al paladar. Bacardí Massó llega a Santiago de Cuba, donde aún existen las plantas productoras de ese ron. Los documentos marcan entre 1862 y 1874, cuando Bacardí y un hermano se hacen con los alambiques correspondientes para crear “José Bacardí y Compañía”. El 9 de mayo de 1886 muere Bacardí y su emprendedora esposa en los primeros meses de 1900 La herencia la adquirieron sus hijos Emilio y Facundito, y tales negocios tuvieron un receso durante la guerra de independencia y luego de 1898 reanimaron su industria que fue próspera por mucho tiempo. En virtud de la Ley de Nacionalización de 1960, la fábrica Bacardí pasó a ser propiedad estatal al igual que otras firmas como Arechabala y sus herederos se marcharon hacia el extranjero. Aunque recuperaron su reinado colocándolo en Miami y Puerto Rico, con bases comerciales en otros países latinoamericanos, careció de uno de los principios que ellos mismos enarbolaron como bandera: la denominación de origen.