Auténtica potencia de la llamada industria sin chimeneas en el continente americano, México acaba de dar un paso más, e inédito, hacia el reforzamiento de esa privilegiada posición, con la realización a comienzos de octubre último de la Primera Bolsa Internacional de Turismo BITUR-97. Expositores de más de una veintena de países convergieron en el Palacio de los Deportes del Distrito Federal. Así, por primera vez, la tierra de los aztecas abrió un importante espacio para que la vasta oferta mexicana y la de sus competidores del área se colocaran al alcance de quienes desean conocer la calidad y variedad de productos turísticos de que dispone una región como la de América Latina y el Caribe. México, un país de larga tradición en la realización de tianguis (mercados) turísticos de productos locales, saltó de ese modo al ruedo de las ferias internacionales de la más próspera industria de finales de siglo. BITUR-97 POR DENTRO La Primera Bolsa Internacional de Turismo de México, BITUR-97, ocupó dos de los recintos del capitalino Palacio de los Deportes para dar vida a sendos espacios bien diferenciados : el Salón México, destinado a multiplicar el alcance promocional del producto turístico de ese país, y el Salón Internacional, en el que entidades de una veintena de países de América y Europa ofrecieron a turoperadores y agentes de viajes locales la posibilidad de establecer contactos, y hacer negociaciones. Particularmente atractivos, tanto por su oferta como por su diseño, resultaron dentro del Salón México los stands de Michoacán, ciudad Juárez, Sinaloa y Chiapas. Dentro del Salón Internacional, España, República Dominicana y Cuba constituyeron los espacios mejor concebidos para un área en la que resultaron notorios, además, el elevado número de líneas aéreas participantes y el espacio dedicado a las nuevas tecnologías : internet, sistemas de reservas en línea y cursos de capacitación mediante discos multimedia y a través de la denominada autopista de la información.