El turismo británico ante el Gran Caribe
Para el Dr. José Luis Perelló Cabrera, experto del Centro de Estudios Turísticos de la Universidad de La Habana, la excesiva estandarización del producto turístico caribeño es una tendencia preocupante
Para posicionarse hoy en el mercado del turismo no basta con ofrecer un bonito paisaje natural, gente amable y playas maravillosas. Más de lo mismo y lo mismo mejor hecho no recibirá la mejor respuesta ante los retos del presente y el futuro cercano. Esa es, por ejemplo, la característica del modelo turístico caribeño basado en el sol y la playa.
El modelo se va agotando y muchos se sorprenden con el 2,3% de decrecimiento en las estadías del pasado año. El turismo es crucial para las pequeñas economías caribeñas, como antaño lo fue el banano, el café o la caña de azúcar. Pero es necesario enfrentar urgente un proceso de «reingeniería». El Reino Unido ha disfrutado en los últimos años de un crecimiento económico estable, tipos de interés bajos, una libra esterlina sobrevalorada respecto al euro y al dólar, y un «boom inmobiliario» que ha generado una significativa riqueza en la población. Sin embargo, su mercado turístico está inmerso en una serie de transformaciones, que deberán actuar como resortes para una nueva visión en la oferta caribeña.
Los mercados emisores europeos más fuertes (Alemania y Gran Bretaña), que generan a nivel mundial más del 20% del total de los gastos por turismo, han sido -al mismo tiempo- los mercados de paquetes turísticos más grandes del mundo.
No obstante, un estudio de coyuntura del Patronato de Gran Canaria sobre el mercado británico apunta que los ingresos correspondientes a viajes independientes crecerán un 80% en los próximos 5 años hasta alcanzar los 21 billones de libras esterlinas.
Así como hay perdedores por la disminución de la venta de paquetes turísticos, también hay ganadores por el aumento de viajeros independientes. En este último grupo marcarán el paso los touroperadores especializados y de nicho, y los «armadores de paquetes» online. En esta carrera de relevo puede haber otros ganadores: los destinos con buenas conexiones aéreas, diversificación de su oferta, seguridad y calidad en los servicios.
En los últimos cinco años, el mercado turístico británico para Latinoamérica ha mostrado un crecimiento promedio de 21%, con puntuaciones muy superiores para Dominicana (42%) y Cuba (68%); este indicador para Centroamérica ha sido del 9,2%. El otro destino importante es Jamaica, con más de 175 000 arribos.
Sin embargo, el panorama ha ido cambiando. Los indicadores turísticos para la subregión en el 2007 están mostrando una desaceleración preocupante. Uno de las causas principales pudiera ser la excesiva estandarización del producto, que obliga a la reducción de tarifas ante la creciente competencia, y por consiguiente, el abaratamiento del producto más allá de los límites factibles.
Es necesario detectar a tiempo los problemas de la subregión para evitar que el producto turístico caribeño corra la misma suerte de la banana, el café o la caña de azúcar.