En los últimos años, el caribe mexicano se ha convertido en el destino de bodas más exitoso en Latinoamérica

Playas, barcos, restaurantes, parques naturales y hoteles con instalaciones y servicios especiales para bodas se convierten en escenarios idílicos para casarse, especialmente para europeos y canadienses, en el Caribe Mexicano.

En el Hotel Moon Palace, de Riviera Maya, o en el Hotel Hyatt, de Cancún, las bodas son parte esencial de su operación, llegando casi al millón de casamientos al año. También Playa del Carmen o Tulum están entre los destinos del Caribe Mexicano más escogidos por los novios.

Además de las concurridas bodas, las lunas de miel son de ensueño, así como los atardeceres en la Laguna Nichupté, los recorridos de aventura, los spas. Existen organizadores de bodas locales con servicios que incluyen toda la ejecución del evento; desde la selección del tipo de boda, los trámites para la ceremonia civil y religiosa, hasta los detalles y recuerdos que se obsequian a los invitados.

Sólo se requiere una visita previa al lugar para que la pareja vea en tres días todo lo relativo a su boda. Durante ese encuentro se les entrega un programa de los proveedores que podrían participar en su evento y se visitan todas las instalaciones; desde el hotel, la iglesia y hasta se conoce al padre que oficiará el servicio nupcial. También se empieza a diseñar la decoración, decidir la música y, por supuesto, el menú de la fiesta.

De igual manera se preparan paquetes económicos para los invitados que vayan a asistir a la boda: hotel, avión y transportaciones. Se planean actividades para los días previos al casamiento, como golf, pesca, buceo y/o visitas a parques arqueológicos. A los novios se les entrega un calendario de pagos con mucho tiempo de anticipación al evento, para que pueda pagarse durante los meses previos a la boda.

En fin, el Caribe Mexicano está pensado como un Todo Incluido para hacer que los preparativos de un día tan especial resulten también placenteros.