El caballo, a lo largo de la historia de la humanidad ha sido fuente de inspiración de artistas que lo han convertido en protagonista de sus creaciones.

En las empresas más audaces de la historia siempre ha habido un hombre y su caballo. Como dijo el poeta,...el camino del hombre hacia la gloria está sembrado con huesos de caballo. Según los cronistas de la conquista de América, algunos territorios fueron fácilmente sometidos, debido a que muchos de sus habitantes confundieron a los colonizadores con dioses montados sobre bestias. De acuerdo con tales testimonios, no había caballos en América cuando llegaron los europeos. Sin embargo, si nos atenemos a los estudiosos del tema, en el Pleistoceno ya existía el Equus (Caballo verdadero), el cual emigró al resto del mundo. Su extinción, después de al menos cuatro épocas geológicas, continúa siendo un misterio no resuelto hasta el momento. Pero lo cierto es que, en adelante, toda la historia de la independencia de los países del continente americano está muy ligada a este animal. También lo estuvieron las dos más grandes conflagraciones mundiales de este siglo, en las que a pesar del desarrollo bélico alcanzado por las naciones involucradas, unidades de caballería protagonizaron verdaderas epopeyas.

Un apoyo insustituible En los tiempos modernos el gran desarrollo de la ciencia y la técnica ha desplazado al caballo de su papel protagónico en la historia. Sin embargo, sigue siendo insustituible en algunas actividades, fundamentalmente en las labores agrícolas, lo que no quiere decir que en la actualidad éste sea su único uso, ni exclusivo de los países con una economía rural. Sus múltiples y diferentes empleos, desde el fuerte trabajo de tiro, pasando por el transporte hasta el elegante deporte de equitación, lo colocan en una posición ventajosa. La mayoría de las naciones de la región dispone de diferentes razas de caballos: Arabes, con su característica cabeza y hocico pequeños, ojos expresivos, cuello largo y arqueado; el purasangre inglés, de extremidades anteriores largas, músculos largos y finos y cuyo porte exige homenaje; Appaloosa, la piel moteada irregularmente con manchas blancas y negras, antiguamente empleado por los indios Nez Percé para sus recorridos por zonas montañosas y los Quarter Horse, Españoles y otros. Soberbios ejemplares, muchos de ellos importados y desarrollados posteriormente por los criadores nacionales, quienes obtienen sus propias estirpes a partir de sementales. Cuba no es una excepción y hoy en día cuenta con magníficos ejemplares. Esto, por supuesto, es producto de un duro y sostenido esfuerzo en el mejoramiento de las razas, lo que ha sido posible gracias a la creación de un fondo genético de gran calidad. Hoy por hoy puede exhibir una masa equina que bajo la vigilancia de un personal altamente calificado, se desarrolla en las haciendas de recrías, en especial en las regiones occidental y central del país, la mayoría administradas por la Empresa Nacional para la Conservación de la Flora y la Fauna. Esta labor le ha permitdo, a través del Grupo de Empresas Alcona-Ecotur, introducirse en el mercado con soberbios animales, que son comprados en particular por algunos países del área para la Equitación. Sólo es necesario alejarse unos 40 km de La Habana para confirmarlo en una de sus fincas, Rancho Azucarero, centro de recría de caballos pura sangre inglés, que desde hace más de 30 años trabaja en esa dirección.

Caballos andaluces

Los caballos andaluces han sido muy apreciados por su calidad y apariencia desde los tiempos de los romanos. Los Moros invadieron España en el siglo séptimo y trajeron los caballos árabes con ellos. Estos caballos fueron cruzados con los caballos españoles dando el caballo andaluz. Fueron criados principalmente por los monjes Cartujos en la Edad Media, los cuales fueron excelentes criadores y entrenadores, manteniendo la sangre muy pura. CARACTERISTICAS El caballo andaluz tiene una distinguida apariencia, con colores como blanco, gris claro y bayo. Es compacto con excelenctes proporciones. Las crines y la cola son abundantes. Su hozico es convexo y plano, orejas pequeñas y un cuello importante. Patas bien proporcionadas. Gran habilidad para aprender y un soberbio temperamento.