Nuevamente el lienzo tomó vida, forma y colores en cuerpos humanos. En mágico complot la pintura se fusionó con la moda para traernos de la mano de artistas plásticos renombrados como Tomás Sánchez, Moisés Finalé y Alfredo Sosabravo, el diseño único de 18 profesionales cubanos, en la sexta edición de Arte y Moda. Crossing Fashion Cuba fue el lema inspirador de una cita en la que también artistas europeos sirvieron de motivación a diseñadores cubanos. En las pasarelas de La Habana se admiraron los trajes de modistos de Europa, fundamentalmente austríacos e italianos; y el público pudo disfrutar también de los más auténticos elementos del imaginario boliviano convertidos en alucinante vestuario. Arteymoda 2010 fué un extraordinario ejercicio de lucidez que permitió asumir al artista, la obra y la época, resolver las tensiones entre lo artístico y lo conceptual, entre la anticipación estética y la concreción de un diseño novedoso. «Enlazando culturas» se convirtió entonces en el slogan que reunió esta vez a maestros de ambas ramas de la creación artística en el Edificio de Arte Cubano del Museo Nacional, en La Habana. Aunque podría decirse que las creaciones para hombres y mujeres estaban llenas de extravagancia, el arte contemporáneo se vio plasmado en piezas con diseños de rostros gigantes y cortes colmados de texturas y color. Y es que arte y moda definitivamente no andan, ni andarán reñidas. La fiesta demostró que, amén de las diferencias en cuanto a costumbres y tradiciones, la cultura del buen gusto siempre unifica los más diversos saberes. La amplia selección de expresiones artísticas contemporáneas, que han servido de inspiración a muchos diseñadores en sus creaciones, devino novedad para los seguidores. La vista y el tacto se concatenaron en estas aperturas que constituyeron también testimonios de confluencias humanas. Tales fueron los lazos comunicantes entre arte y moda, para situarnos en la perspectiva de una descarga poética de insospechados aristas.