Así lo pone de manifiesto el alto número de establecimientos de calidad que en la actualidad componen su oferta culinaria y la intensa dedicación y profesionalidad de quienes se hallan al frente de esos  restaurantes y paladares, nombre atribuido por la población a los establecimientos no estatales.

Una excelente noticia que, se produce, además, en un momento de capital importancia, ya que es  ahora, más que nunca, cuando la gastronomía se revela en todo el mundo como un referente fundamental y decisivo de la actividad turística.

Es sabido que una oferta gastronómica de calidad determina en la mayor parte de las ocasiones la   elección del destino, y por ello, debe destacarse el notable esfuerzo que en este sentido vienen realizando las instancias administrativas del país caribeño, los responsables de los restaurantes y los  muchos chefs que no cesan de innovar, en aras de situar la cocina cubana en el lugar preeminente que por tradición e historia debe corresponderle.

De todo ello hemos sido testigos en una reciente visita realizada a La Habana por una delegación de la Academia Iberoamericana de Gastronomía, atendiendo la amable invitación realizada por el Grupo Excelencias, corporación empresarial que desde hace años viene apostando de manera valiente y generosa por el desarrollo turístico y gastronómico del país, y que tiene en su Presidente, José Carlos de Santiago, a un encendido defensor de las mejores virtudes de este país.

Con ocasión de la celebración de este III Seminario Gastronómico Internacional Excelencias Gourmet  2013, hemos podido participar del interés creciente por potenciar importantes sectores de negocio y hemos oído respuestas inteligentes sobre temas tan fundamentales y variados como la venta de vinos,  la rentabilidad de los bares, la identificación del verdadero chocolate, la cocina en miniatura, la carta de panes, o las nuevas formas de gestión de la gastronomía en Cuba.

Un apasionante debate al que, modestamente, le hemos aportado un mensaje de completo apoyo por  parte de la Academia Iberoamericana de Gastronomía.

Nuestra institución, que siente como propio todo lo relacionado con esta región, como lo demuestra, entre otros hechos, el importante convenio de colaboración suscrito recientemente con la Secretaría General Iberoamericana, tiene la plena convicción de que es imprescindible reforzar las plataformas que vinculen a la gastronomía, al turismo y a la cultura en toda Iberoamérica y por ello seguimos animando a todos los representantes de estos sectores a que aúnen fuerzas para crear instancias que permitan su crecimiento y desarrollo, lo cual le reportará, sin duda, evidentes beneficios al conjunto de la economía del país.

Y para nuestra satisfacción, hemos encontrado una alta receptividad en todos los sectores implicados, así como un deseo manifiesto por seguir profundizando en este amplio campo de actuación. Todo ello queda retratado en los excelentes platos que hoy se sirven en muchos de los restaurantes de La Habana y en el excelente servicio que se le presta a los clientes.

Inmejorable resultó la experiencia vivida en una noche suave en el paladar “Atelier”, donde la “tarjeta de estiba” que simboliza su carta ofreció primores de refinado taller de comida gourmet.

O el sabroso almuerzo entre recuerdos cinematográficos en el restaurante “Casa Vieja”, o, por citar sólo otro momento, la racial comida castellana que se sirve en el restaurante “Asador del Rey”.

Todo ello resultó muy gratificante. Como la visita al restauranteproyecto “Artechef”, donde el  Presidente de la Federación de Asociaciones Culinarias, Eddy Fernández, volvió a demostrarnos que el futuro de la cocina cubana está en muy buenas manos, entre platos de alta cubanía y recetas estilizadas y sanas.

Allí tuvimos oportunidad de conocer el brillante trabajo que se lleva a cabo con los chefs que completan  su formación, y por el que apuesta decididamente Miriam Rendón, Directora del Sistema de Formación Turística Cubana (Formatur).

En definitiva, que Cuba avanza hacia un fecundo horizonte gastronómico que aúne cultura y turismo y que cada vez amplíe en mayor medida su reconocida tradición culinaria. Y mucho mejor, si este desarrollo se produce en el marco de una instancia que acoja a todos los sectores que lo protagonizan.

Para que cada vuelta a La Habana provoque sorpresas mágicas y agradables que puedan ser contadas en  libros tan reveladores como el que acaba de publicar el conocido especialista Jorge Luis Méndez, que lleva por título Hablando con la boca llena, y que ya se ha erigido en el gran diccionario gastronómico que marca el nuevo y firme rumbo de la cocina cubana.