Uruguay. Pequeña joya de la América austral
País de clima templado, cautiva por la belleza de sus paisajes costeros y fértiles llanuras. Más allá de Montevideo y la ciudad marina de Punta del Este, espera al visitante con ciudades coloniales, tranquilos pueblos para el turismo rural o de naturaleza, pintorescos puertos fluviales y una cultura que tiene entre sus pilares el tango, el fútbol, el mate entre buena conversación y la ritual parrillada.
País de clima templado, cautiva por la belleza de sus paisajes costeros y fértiles llanuras. Más allá de Montevideo y la ciudad marina de Punta del Este, espera al visitante con ciudades coloniales, tranquilos pueblos para el turismo rural o de naturaleza, pintorescos puertos fluviales y una cultura que tiene entre sus pilares el tango, el fútbol, el mate entre buena conversación y la ritual parrillada.
El ritmo sincopado del candombe, el tango, la milonga y el folclore charrúa hacen la noche en El Milongón, un sitio nocturno de Montevideo cuyo espectáculo intenta ser una síntesis del Uruguay profundo, que también se encuentra en el Mercado del Puerto, en las calles empedradas de Colonia del Sacramento o las dunas de Cabo Polonio. Estamos en la puerta del Río de La Plata, melancólica y alegre, tradicional y moderna, para desde allí adentrarnos en el «paisito» de Benedetti que, muy posiblemente, nos hará decir como al poeta local Lucio Muñiz: «Pena es no tener más ojos». Aún siendo el segundo país más pequeño de Suramérica, Uruguay se abre en enormidades interiores con sus praderas, llanos y cerros, ríos y lagos, pueblitos apacibles dedicados al agroturismo y un largo litoral que impresiona por su naturaleza y facilidades turísticas. En los últimos años, el país –único de Suramérica localizado en su totalidad en la zona templada– ha sido situado por la ONU y otras organizaciones internacionales entre los de mejores índices del continente en alfabetización, percepción de la corrupción, desarrollo humano, distribución de ingresos y Producto Interno Bruto per cápita. Pequeño, pero de literatura grande, gran consumidor de yerba mate y orgulloso de su gran garra e historia en el fútbol.
Montevideo Fundada entre 1724 y 1726 por las urgencias españolas de contener el avance portugués en el Río de la Plata, la capital más austral de América tiene desde hace poco la terminal aérea más moderna de la región, la número 2 del aeropuerto de Carrasco, cuyo nombre oficial es General Cesareo L. Berisso, y que es la principal puerta de entrada al país. Montevideo no abruma al visitante gracias a sus avenidas arboladas y tranquilas calles de barrio, sus abundantes espacios verdes y una población que no llega al millón y medio de habitantes. La Iglesia Matriz (1790-1804) y el Cabildo (1804), restos de la antigua muralla y la Puerta de la Ciudadela contrastan en la Ciudad Vieja (epicentro cultural y nocturno) con los modernos edificios de la urbe, rica en ejemplos de arquitectura del XIX e inicios del XX y la influencia del Art Nouveau. La Fortaleza del Cerro (1799) ofrece una amplia vista de la ciudad y en la peatonal Sarandí se camina entre galerías de arte, artesanos, espectáculos callejeros y mercados populares. No puede faltar el Mercado del Puerto: sitio para la auténtica parrillada junto a un vino Tannat nacional; lleno de cafés, restaurantes y boliches, con ventas que van desde hortalizas y las famosas carnes locales hasta antigüedades y artesanías de cuero. Hipódromo, casinos, íntimos cafés, ferias populares y centros comerciales son otros atractivos. Y, por supuesto, las playas y la Rambla, avenida costanera de más de 20 km. que deja ver las varias caras de Montevideo, desde las lujosas viviendas del barrio Carrasco hasta el sector colonial, y que es paseo y espacio de deportes y recreación. El Carnaval de Montevideo, de enero a marzo, se distingue por el sonido de los tambores y personajes del candombe de origen africano, el canto de la murga uruguaya y las comparsas. Su historia se recoge en el Museo del Carnaval, cercano al Mercado del Puerto. La Riviera Uruguaya El mar no es cálido como en el Caribe (la temperatura media anual del país es de 17 ºC), pero tiene bellezas que atraen a los turistas desde el siglo XIX, año tras año en temporada alta (de diciembre a marzo). Hay varios centros turísticos, pero Piriápolis y Punta del Este son polos de fama mundial, centenarios. Punta del Este, además del lujo, tiene el glamour de todo destino de celebridades, es sede de un famoso festival de cine y hasta fue «centro del espionaje internacional» durante la II Guerra Mundial. Allí termina el litoral rioplatense y comienza el Atlántico. Es ciudad de hermosas playas con unos 120 hoteles, decenas de restaurantes, sector residencial, un aeropuerto internacional y un puerto de yates para 500 embarcaciones; casinos, tres cursos de golf, galerías comerciales, cines y plazas de artesanos. Acoge con asiduidad eventos internacionales de automovilismo y maratón, y ofrece facilidades para deportes náuticos, pesca y caza deportivas. No deje de visitar el Faro (de 1860 y con 45 metros de altura), el museo de arte moderno Casa del Pueblo y las islas Gorriti y de Lobos (acoge la mayor colonia de lobos marinos de Suramérica).
Cultura y naturaleza Colonia del Sacramento, fundada por los portugueses en 1680 a orillas del Río de la Plata, a la altura de Buenos Aires, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1995. Es un auténtico viaje en el tiempo por calles empedradas y angostas, entre casas coloniales. Abundan los servicios para turistas, desde restaurantes y tiendas hasta renta de bicicletas y motos. La región circundante es una de las plazas fuertes del turismo rural en Uruguay. En el departamento de Rocha, fronterizo con Brasil, hay importantes humedales, reservorios de valiosas especies de flora y fauna. En la Laguna Merín (120 km de largo por 35 km de ancho) hay hermosas playas y alojamiento diverso (lujoso hotel, chalets, bungalows, camping), y se practica la pesca deportiva y la vela. Tal vez la experiencia más fuerte en los 180 kilómetros de costas de Rocha sea el Cabo Polonio, aislado asentamiento de pescadores con grandes dunas de arena y una cercana reserva de lobos marinos. Perfecto para quienes buscan alejarse del lujo y la comodidad de los grandes centros hoteleros, y sumergirse en una naturaleza deslumbrante, como un resumen de lujo de lo que puede ofrecer Uruguay al visitante.
Montevideo es cuna de reconocidos literatos y dramaturgos, y ofrece una variada cartelera cultural. Sin embargo, lo más llamativo de la ciudad se descubre durante el día: sus comercios, numerosos restaurantes, cafés y terrazas abiertas desde las que el visitante siempre tendrá una perspectiva sobre las avenidas, calles y parques arbolados que la distinguen como una urbe muy tranquila y humana.
Uruguay se abre en enormidades interiores con sus praderas, llanos y cerros, ríos y lagos, pueblitos apacibles dedicados al agroturismo y un largo litoral que impresiona por su naturaleza y facilidades turísticas.