Cada vez más funcional y moderna, Ciudad Panamá es referencia de renovación y desarrollo.

El turismo, que genera el 5 % del PIB mundial, representa hoy el 6 % de las exportaciones globales, uno de cada 12 empleos y 743 000 millones de dólares en inversiones. Es aliado clave del sector de negocios e impulsa grandes obras de infraestructura, edificios, carreteras y otros proyectos que dinamizan el sector de la construcción y la economía.

Comprobar lo anterior es fácil: solo hay que mirar a Dubái y sus imponentes Burj al-Arab y Burj Khalifa o las Islas de las Palmeras, aeropuertos como los de Barcelona, Beijing o Bangkok, terminales de cruceros como la de Hong Kong y recintos feriales como Messe Berlin. En este panorama, América Latina y el Caribe son escenarios de proyectos cada vez más audaces y complejos. Panamá es sin dudas uno de los destinos más dinámicos. A la ampliación del Canal (5.500 millones de dólares) se unen la construcción del metro de la capital (1.452 millones), un aeropuerto, más de 20 nuevos hoteles con una inversión de 1.500 millones de dólares, y obras que multiplicarán las capacidades operativas de Tocumen para convertirlo en hub intercontinental y manejar de 12 a 15 millones de pasajeros anuales hacia 2018. Brasil se prepara en grande para el Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. Además de unos 300 proyectos hoteleros hasta 2017, mejoras en estadios y un tren bala Río-Campinas-Sao Paulo, desarrolla en Río de Janeiro obras como el parque olímpico y la ampliación de 14 km del metro (2 247 millones de dólares). Recientemente, consorcios locales y de Ar­gen­tina, Francia y Sudáfrica, se adjudicaron las concesiones de los aeropuertos de Guarulhos (Sâo Paulo), Viracopos (Campinas) y Juscelino Kubitschek (Brasilia), que operan el 30 % del tráfico aéreo de ese país. Tras una inversión total de más de 9 000 millones de dólares en nuevas terminales, deben aumentar su capacidad total en más de 14 millones de pasajeros anuales, que se sumarán a los más de 50 millones que atienden hoy. Sâo Paulo, que ya cuenta con el mayor centro de ferias y eventos de América Latina, Anhembi (400 000 m²), planea construir otro de más de cinco millones de metros cuadrados. Es una tendencia acentuada en los últimos tiempos en la región, a la que se suman los proyectos de centros de convenciones de Amador, en Panamá; Punta del Este (Uruguay) y Bogotá (Colombia). Otras obras importantes son la terminal de cruceros de Mar del Plata, que debe estar lista este año, luego de que en 2010 se inaugurara la terminal bonaerense Quinquela Martín; Mar de Indias, un complejo de cuatro hoteles y dos mil unidades residenciales en el Caribe colombiano (600 millones), y el mega resort Baha Mar, en Bahamas, el mayor emprendimiento hotelero de la región (2.600 millones), un proyecto desarrollado con capital chino que debe abrir en 2014 con cuatro hoteles y 2 250 habitaciones, campo de golf de 18 hoyos, tiendas, centro de convenciones y casino. En República Dominicana resaltan el desarrollo inversionista en Punta Cana, las mejoras en los puertos de cruceros de Don Diego y Sans Souci y en la Zona Colonial de Santo Domingo, así como la construcción de autopistas como el Boulevard Turístico del Atlántico (Santo Domingo-Las Terrenas, Samaná) y El Coral (Punta Cana-La Romana). En los últimos seis años, el 21,8 % de la inversión extranjera directa en el país fue al sector hotelero, inmobiliario y turístico. Puerto Rico ha emprendido importantes proyectos en los últimos años, incluido el moderno Distrito de Convenciones de San Juan y su Puerto Rico Convention Center, además de inversiones hoteleras en el sector de alta gama. Cuba, que igualmente ha invertido fuerte en resorts ubicados en sus cayos y administrados por cadenas como Meliá y Barceló, en la infraestructura hotelera y en aeropuertos como el de Varadero, negocia importantes proyectos de golf y desarrolla una de las obras ingenieriles más importantes de la región: el nuevo puerto y Zona Especial de Desarrollo del Mariel, al oeste de La Habana, una inversión de cerca de 900 millones de dólares, que debe entrar en operaciones en 2014 en cooperación con Brasil y convertirse en hub regional. Aunque no directamente relacionada con el turismo, la obra implicará trasladar las actividades comerciales desde la Bahía de La Habana, lo cual permitirá avanzar en un proyecto incipiente de reformulación urbanística de esa zona, que comprende espacios verdes, proyectos inmobiliarios, zonas deportivas y centros culturales, y promete dar en próximos años una nueva imagen a la capital cubana.