DIOSES DESCONOCIDOS
Si usted remonta el río Sepik, en Papúa, Nueva Guinea, encontrará una antigua tribu que cree tener una «amistad» especial con el cocodrilo marino, también llamado poroso o de estuario. Los nativos de Sepik se bañan junto a estos enormes estuarios, que pueden alcanzar hasta los siete u ocho metros de largo. La adoración llega a tal extremo, que cuando los niños se hacen hombres, se someten a un doloroso y a veces fatal proceso de iniciación, donde les cortan la piel de la espalda y los brazos para que las cicatrices semejen la epidermis de los cocodrilos.
Venerados desde la antigüedad, al punto de que en Egipto se han encontrado en las pirámides ejemplares momificados de hasta 9 metros, actualmente existen 22 tipos de cocodrilos, que incluyen los cocodrilos propiamente dichos, los caimanes americanos y los gaviales de la India. Todos juntos forman la familia de los cocodrílidos, supervivientes de un grupo de origen muy antiguo ya que empezaron a extenderse por la Tierra luego de la extinción de los dinosaurios (hace 75 millones de años) y ya tenían, desde su comienzo, una supervivencia de 250 millones de años, ya que los primeros especímenes fueron contemporáneos de los dinosaurios y pterosaurios. Los cocodrilos están considerados el depredador más eficiente y mortal de todo el planeta, y algunos miembros de esta familia se encuentran entre los reptiles vivos de mayor tamaño. Normalmente es fácil reconocerlos por sus hocicos largos y triangulares; hocicos que pueden tener proporciones intermedia como en el caso de los llamados gaviales; largos y delgados los de los aligatores y cortos y ovalados en los denominados caimanes. El cocodrilo marino, posiblemente el reptil vivo de mayor tamaño del planeta, alcanza una longitud registrada de unos 7 m y llega a pesar más de 1 000 kg; esta especie vive en las aguas costeras de la India, el sur de China y Malasia. Más pequeño pero igualmente mortal es el cocodrilo del Nilo, el cual se ha cazado tanto que sólo quedan unos pocos animales en el bajo Nilo, pero aún es abundante en el alto Nilo y, hacia el sur, hasta el cabo de Buena Esperanza.
En América hay cuatro especies. El cocodrilo cubano, que vive sólo en el sur de Cuba (Península de Zapata) y en la Isla de la Juventud (Ciénaga de Lanier) con un hocico comparativamente corto y que alcanza unos 3,5 m de longitud, muy diferente a los restos de un cocodrilo gigante de 10 metros de largo con cerca de 20 millones de años de antigüedad, encontrados por primera vez el pasado año en el centro de Cuba.
El cocodrilo pardo o lagarto negro, de tamaño inferior al del cocodrilo cubano (mide 2,5 m), vive a lo largo de la llanura costera del Golfo de México, en la Península de Yucatán, al sur de México, en Belice y en el norte de Guatemala. El cocodrilo del Orinoco es oriundo del sistema fluvial del río Orinoco y alcanza los 7,5 m de longitud. Mientras que el cocodrilo amarillo o cocodrilo americano, uno de los más grandes de América, alcanza longitudes de unos 7 m y tiene amplia distribución, desde Florida hasta Cuba y otras islasdel Caribe, el sur de México, América Central y el norte de Sudamérica.
Los ojos y la nariz se hallan entre las pocas partes sensibles del cocodrilo
Los huevos de cocodrilo se utilizan como alimento en algunas partes del mundo, así como su carne, especialmente de la cola, la cual es muy apreciada. También la piel es utilizada para la elaboración de artículos de cuero, lo que ha ocasionado su caza indiscriminada, y el extracto de las glándulas de almizcle se emplea en la elaboración de perfumes. Las fosas nasales de un cocodrilo y sus ojos están en la parte superior de su cabeza, permitiéndole ver y respirar mientras permanece en el agua. Puede respirar parcialmente sumergido, cerrando un pliegue de la garganta que evita que el agua penetre en los pulmones. Bajo el agua, las fosas nasales y los oídos se cierran y en sus ojos una membrana transparente se mueve en sentido transversal actuando como un tercer párpado. Además, gracias a un sistema de flujo sanguíneo voluntario, es capaz de enviar sangre oxigenada al cerebro, y así poder aguantar sumergido hasta más de dos horas mientras vigila a su presa.
Los cocodrilos son animales que «lloran» mucho, y no precisamente por sus grandes sentimientos. Esta característica, que dio incluso lugar a numerosas leyendas, se da porque sus glándulas segregan lágrimas para humedecer los ojos del animal. También «llora» mientras devora a sus presas, porque las glándulas lacrimales de este animal están situadas a muy pocos centímetros de las salivales y por tanto se estimulan constantemente cuando éste come. De ahí llega hasta nuestros días el dicho «llorar lágrimas de cocodrilo» cuando alguien se lamenta por algo sin mucha sinceridad.
Aunque fuera del agua aparentan torpeza, se ha demostrado que pueden saltar varios metros hacia arriba o hacia delante para sorprender a sus víctimas, «correr» a una velocidad considerable y arrastrar con la fuerza de sus mandíbulas a animales que pesan hasta el triple que ellos. A pesar de su ferocidad y habilidad para cazar, los cocodrilos no pueden masticar a sus presas, pues no tienen dientes cortantes. Gracias a una válvula hermética que poseen detrás de la garganta, pueden morder debajo del agua sin ahogarse, pero siempre engullen en la superficie. Para arrancarle algún pedazo hacen un giro mortal donde pierden gran número de piezas dentales, pero esto no es un problema para ellos, pues a lo largo de su vida pueden regenerar 15 000 piezas dentales dañadas o perdidas.
Se considera que un ejemplar consume, dependiendo de la edad, de 5 a 20 % de su peso corporal como alimento a la semana, aunque no tienen problema ninguno con pasar un poco de hambre, ya que se ha comprobado que pueden estar hasta dos años sin probar bocado, viviendo a base de las reservas de grasa acumuladas en la base de su cola. El único animal que es su amigo y al cual nunca comen, aunque literalmente se metaen su boca, es al chorlito, un ave que le ayuda a quitar los restos de comida que le quedan entre los dientes.
En Cuba, exactamente en la Península de Zapata (un humedal en forma de bota al sur del país), se encuentra un Parque Nacional que exhibe a los visitantes cocodrilos vivos, unos tranquilos después de comer y otros en busca del yantar. Todos, por supuesto,«llorando» mientras toman el sol. Por cierto, geográficamente hablando, en nuestra época se habla del cocodrilo verde del Caribe refiriéndose a la isla mayor de este archipiélago cubano y caribeño, muy parecida en su forma a un cocodrilo en acecho
Se dice que los cocodrilos «lloran» mucho. No es precisamente por sus sentimientos, sino para mantener húmedos los ojos